POEMAS DEL SALVAJE OESTE V



POEMAS DEL SALVAJE OESTE V


LA CARAVANA

Chirridos de ruedas
en una nube de polvo,
un grito seco en el silencio:
Nos espera un largo camino
Para llegar a las verdes praderas.

El guía, adormilado,
Un pañuelo en la boca,
Deja que el caballo
Elija su camino.

La tarde va cayendo
Sobre los lejanos cerros.
Nadie sabe cuándo llegarán,
Mañana, tal vez una semana.

Por la noche el fuego,
Café y un trozo de carne
Una guitarra, viejas canciones
Tal vez el guiño de una dama.

Es hermosa la llanura
A la pálida luz de la luna
Mientras suena el banjo
Y los jóvenes danzan.

La cabeza apoyada
en la silla de montar,
Soy ya un viejo canoso
Mi cuerpo es pura fibra
Y las manos como el rayo.

Me encontraron en el salón
De un viejo pueblo fantasma,
Una botella de buen whisky
Al alcance de mi mano
Ý la mirada perdida, lejos.

No ofrecí la menor resistencia
Lo hubiera hecho por unos centavos,
Adoro la llanura polvorienta
Y no temo a los indios
Más que a cualquier otro.

Todos son hombres rudos
Nacidos en cualquier camino
Curtidos por la madre miseria,
No creen en nadie ni en nada,
Solo en un sueño: El Far West.

Las Mujeres son duras,
sus rostros tensos
como el arco de un indio
aún conservan la belleza
salvaje del Gran Cañón.

Solo los jóvenes ríen
Mientras los viejos piensan.
Solo ellos danzan sin descanso
Mientras los otros miran.

Pronto acabará la diversión
Mañana nos espera un largo camino
Polvo, sudor y tal vez sangre
Hoy he visto humo en las colinas.

Amo el sabor del tabaco
Y una bella canción en la noche
Un fuego calienta mis huesos
Cerca pace mi caballo
Y para el peligro dos pistolas.
No puedo pedirle más a la vida
sólo un mañana, tal vez otro más.

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