Categoría: UN POEMARIO NEGRO

DEDICADO A LAS MUJERES


           DEDICADO A LAS MUJERES

Ayer nuestras madres

Hoy nuestras esposas

Mañana nuestras hijas.

Siempre compañeras

Siempre luchadoras.

Hoy discriminadas

Mañana iguales

Hoy maltratadas

Mañana amadas.

Que mañana sea hoy

Tenemos que lograrlo

Tenemos que conseguirlo.

Son nuestras madres

Son nuestras esposas

Son nuestras hijas

Son nuestras hermanas

Son nuestras almas.

Son iguales a nosotros

Son los genes del universo.

Son lo que amamos

Son lo que somos

Son lo que seremos.

Son los espejos de la vida.

Están maltratadas

Están discriminadas.

Son humilladas.

Son asesinadas.

Que sean amadas.

Que siempre sean amadas.

Nuestras compañeras.

Nuestras iguales.

Nuestras hermanas.

UN POEMARIO NEGRO XXIV


IN MEMORIAM MARILYN MONROE

Utilizaron tu hermoso cuerpo

Para templar su soledad

Y tu manipulaste su ingenuidad

Para comprar el precio de la fama.

Todos querían tu cuerpo,

Tu deseabas sus almas,

Ellos perdían, tú ganabas.

Era un contrato perfecto,

Pero ni el propio Mefistófeles

Hubiera podido llevar a efecto

Tan diabólico pacto.

Tu perdiste la vida,

Ellos ganaron un ídolo de barro

Al que aún adoran, blasfemos.

La belleza es un don del cielo

Pero siempre lleva su carga de dolor.

No todos estamos preparados

Para recibir un regalo de los dioses.

Cuentan que tus amantes

Eran príncipes y reyes,

Pero no por eso menos brutales

Que cualquier otro ser humano.

Utilizabas tu cuerpo de diosa

Para comprar las dosis de afecto

Que no encontrabas en el supermercado.

Ellos ganaban una lujuria triste

Tu perdías el afecto en besos comprados.

La magia te hizo presente

En la mente de todo un universo.

Ellos sabían que tu cuerpo

No se movía como un robot

Mientras se afanaban en desnudarte.

Ellos ganaban un placer solitario

Tu perdías la autoestima a chorros.

Sabías cuál era el camino

Hacia el oro y el laurel

Pero no eras consciente

De estar vendiendo tu alma de mujer.

Es hermoso cantar para un presidente,

Es hermoso actuar para el mundo,

Pero quién te canta a ti a la luz de la luna

Cuando tienes encogido el corazón.

Al apagarse los focos

Ya no eres Marilyn Monroe

Sino la desvalida Norma Jean.

Ya no sirven los aplausos,

Ni cosquillean las miradas ardientes.

Ellos no te conocen en el retrete

Donde te refugias para el sollozo

La píldora y la angustia a chorros.

Norma Jean es una mujer triste,

Ellos no lo saben mientras, sórdidos,

Se manosean entre cuatro paredes.

Marilyn perdió a Norma Jean

Ellos ganaron una mujer desnuda

En un gigantesco calendario.

No era fácil ser actriz

Y la estrella alumbraba

Todas las noches de la ciudad.

Ellos ganaron una estrella desnuda

Una farola con curvas en medio de la noche

Y tu perdiste la posibilidad de ser tu misma.

Todos caímos en tus redes celestes,

Eras la mujer de nuestros sueños adolescentes

Conocíamos cada poro de tu cuerpo desnudo

Pero ni un retazo de tu alma escondida.

Todos te violaban pero nadie hablaba contigo:

No tenían nada que decirte.

Tu pagaste el precio de la belleza felina,

Ellos se lo cobraron en fantasías como dardos

                                                  que dejaron tu corazón

con tantos agujeros

como un queso gruyere.

Al final todos contentos,

Ellos tienen su hermoso ídolo de barro

Y tu conseguiste librarte de ellos.

Ahora descansas en un lugar solitario

Barrido por ráfagas de viento

A donde nadie ya puede llegar.

LA VIOLENCIA


LA VIOLENCIA

Odio toda violencia,
la que brota de la carne
como una mala hierba
y la que exhala el espíritu
como una vaharada infernal.

La violencia de la carne
que conoce la tortura
del látigo del poder y del miedo.
La que espera agazapada
el paso tranquilo de la víctima.

La violencia del espíritu
que no conoce el perdón,
que no reconoce padres,
hermanos, esposos
hijos, amigos.
Que no sabe de lazos 
de sangre.



La violencia de la carne,
la del corazón-motor
del tanque acorazado
aplastando a tu hermano.
La de manos de pistolero
la de ojos de halcón.

Pero aún temo más la violencia del espíritu
la que nunca se mancha de sangre,
la que afila las palabras-cuchillo,
la que se oculta en un silencio cobarde.

La violencia del espíritu,
la que mira desde las celosías,
la que observa en silencio
el trazo candente de las balas.

La violencia del espíritu,
enmascarada en razones,
en deformes sentimientos.
La que se oculta detrás
de una falsa alegría.



Odio toda violencia:
La violencia ciega,
la violencia sin nombre,
la violencia absoluta,
la violencia sin padre,
la violencia religiosa,
la violencia serpiente,
la violencia cuchillo,
la violencia misil,
la violencia silencio,
la violencia razonable,
la violencia interminable.


La violencia se arrastra
sobre charcos de sangre,
deglute la carne,
no sufre, no descansa,
no espera ni desespera,
no se angustia ni padece,
no tiene frío ni calor.
No come, no bebe,
no nace, no muere.

La que está en todas partes,
la que te alcanza sigilosa,
la que te habla en la noche,
la que rompe tu ventana,
la que quema tu coche,
la que mira con odio
al niño que juega,
la que no respeta al anciano,
la que no responde a tu ruego,
la que se carcajea mientras otros lloran.

En el principio era el silencio,
las tinieblas lo cubrían todo.
La violencia se agazapaba
en el útero de la nada,
fiera y acechante, esperando
el anunciado Apocalipsis.

Cuando al fin la muerte se hizo carne
ella se retiró a su cubil infame.

UN POEMARIO NEGRO XXIII


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UNA VOZ EN EL SILENCIO

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Oí una voz en ninguna parte

Y me moví a ciegas en la noche:

Un ruido es mejor que el silencio,

Una voz más que la negra oscuridad.

 

Si me muevo ya no paro,

Busco como un sabueso

olfateando un rastro.

Me queda  todo un universo

por registrar palmo a palmo.

Infinitas dimensiones

pegadas a un trozo de papel.

 

No importa el cansancio

Cuando no se tiene cuerpo.

No tengo prisa

Por que no cuento el tiempo

con mis dedos invisibles,

Pero el ansia me consume:

Siempre imaginé desear algo,

Ahora que lo sé retorna el viejo dolor.

 

Había olvidado la sensación

De angustia royendo lo que queda

de un sentimiento humano.

Tal vez ya no lo sea,

O tal vez me engaño.

 

Recupero mi voz en la memoria

Y ahora voy por ahí gritando.

Si alguien existe en el silencio

No encontrará ningún obstáculo

Para escuchar mis lamentos:

Ni el tiempo que zozobra,

ni el espacio.

 

Basta la voluntad para encontrar.

¿Entonces por qué me desgañito tanto?

Lo sé, no me lo recuerdes, hermano:

Oí una voz en el silencio opaco.

UN POEMARIO NEGRO

UN POEMARIO NEGRO XXII


UN REQUIEM POST-MORTEM

Ahora que por fin has dado el paso
Lo sabes,
Sabes que no eras nada.
Que a nadie importabas,
Nadie te echará de menos,
Nadie…

Y tú que te creías el rey
De todo el mundo
Y tú que hablabas ex cathedra
Acariciando esas palabras
Que todos escuchaban embobados.
Ahora sabes que ni siquiera
Recuerdan una sola
Ni una
Ni una sola frase pronunciada
Por tus labios,
Ni una.

Caminabas y creías que todos
Te observaban
Que todas las miradas
Convergían en ti.
Y en realidad no te veían
Eras transparente
Miraban a través de tus huesos.

Ahora lo sabes, ahora,
Cuando el velo de Maya
Se ha rasgado.
Todo era mentira.
¿Cómo pudiste engañarte tanto?
Ni una sola lágrima
Ni una.
Y tú que creías que el mundo
Giraba a tu alrededor.
Era un hermoso espectáculo
Para tus ojos inquietos,
Una buena película
Con la que entretener
Tu mente juguetona.
Ellos, ellos, eran un espectáculo
Y ni siquiera te veían.
Has desaparecido en el aire,
Te has volatilizado,
Y nadie te echa de menos,
Nadie.

Creías que te amaban
Porque eras único
Y ni siquiera existías.
Pensabas que te hablaban
Porque necesitaban de ti
Y ni siquiera eras un agujero
En sus bolsillos,
Nada.

Soñabas despierto
Con cambiar sus vidas
Y ahora sabes que eres nada,
Nada.

Te pagaban el salario
Como si fueras un hombre imprescindible,
Comprabas,
Ante la mirada atenta
Del vendedor zalamero.
Y eras nada,
Nada…

Creías que tu amante te amaba
Cuando suspiraba entre tus brazos
Y ni siquiera te veía.
Otro estaba en su pensamiento,
Otro.
No tú, sino otro.

Tus hijos te adoraban
Y reían tus bromas,
Y eras nada,
Nada…

Nadie llora por ti,
Nadie.
Caminan tras un ataúd vacío,
Tu ya no existes
Por mucho que intenten disimularlo.
Así se divierten ellos,
Arrojan flores sobre tu tumba
Y comentan el partido de esta noche.

Y tú que te creías el rey
De todo el mundo
Y eras nada,
Nada…

Mañana será otro día
Para ellos, solo para ellos,
Porque tú no existes.
¿Cómo has podido engañarte tanto?

Ahora que el velo de Maya
Se ha rasgado, lo sabes,
Lo sabes.
El mundo sigue girando
Y tú no estás,
Nunca has estado,
Nunca.
El ombligo del Cosmos,
Tú,
Tú que nunca has existido.
La vida se hizo para ti
Porque merecías ser feliz.

Y cuando sufrías porque ellos
No te amaban
Entonces,
Entonces ni siquiera existías.

Ni siquiera un soplo de viento
En tu rostro,
Ni siquiera la sombra de un objeto,
Nada…

¿A quién dejas ahora tu herencia?
¿A quién?
Esos pensamientos profundos,
Esos escritos inmortales.
¿A quién?
¿Qué será de ellos cuando tú no estés?
No podrán sufrir mi pérdida,
Pensabas.
Y ni siquiera existías,
Eras nada.

Ahora lo sabes cuando el velo
De Maya se acaba de rasgar.
Un recuerdo imperecedero será tu huella,
Cada paso marcará un hito en el camino.
Y ni siquiera te veían.
Nadie te echará de menos,
Nadie…

¿Dónde está el amor,
dónde el odio?
¿Dónde la noche,
dónde el día?
¿Dónde reposas ahora tú,
tú que ni siquiera existías?

Tu hueco en el aire
Era el vacío,
Presto a llenarse
Con un viento frío.

Todos llorarán por ti,
Por ti, pequeño dios.
Todos hablarán de ti,
De ti, hombre bondadoso.
Y ni siquiera existías.

Ahora lo sabes,
Ahora que por fin has dado
El paso.
Demasiado tarde
Para ocupar un hueco
En sus corazones
Que aman a otros.

Por que tú,
Porque tú
Ni siquiera existías…

UN POEMARIO NEGRO XXI


LA VIOLENCIA

Odio toda violencia,
la que brota de la carne
como una mala hierba
y la que exhala el espíritu
como una vaharada infernal.

La violencia de la carne
que conoce la tortura
del látigo del poder y del miedo.
La que espera agazapada
el paso tranquilo de la víctima.

La violencia del espíritu
que no conoce el perdón,
que no reconoce padres,
hermanos, esposos
hijos, amigos.
Que no sabe de lazos
de sangre.

La violencia de la carne,
la del corazón-motor
del tanque acorazado
aplastando a tu hermano.
La de manos de pistolero
la de ojos de halcón.

Pero aún temo más la violencia del espíritu
la que nunca se mancha de sangre,
la que afila las palabras-cuchillo,
la que se oculta en un silencio cobarde.

La violencia del espíritu,
la que mira desde las celosías,
la que observa en silencio
el trazo candente de las balas.

La violencia del espíritu,
enmascarada en razones,
en deformes sentimientos.
La que se oculta detrás
de una falsa alegría.

Odio toda violencia:
La violencia ciega,
la violencia sin nombre,
la violencia absoluta,
la violencia sin padre,
la violencia religiosa,
la violencia serpiente,
la violencia cuchillo,
la violencia misil,
la violencia silencio,
la violencia razonable,
la violencia interminable.

La violencia se arrastra
sobre charcos de sangre,
deglute la carne,
no sufre, no descansa,
no espera ni desespera,
no se angustia ni padece,
no tiene frío ni calor.
No come, no bebe,
no nace, no muere.

La que está en todas partes,
la que te alcanza sigilosa,
la que te habla en la noche,
la que rompe tu ventana,
la que quema tu coche,
la que mira con odio
al niño que juega,
la que no respeta al anciano,
la que no responde a tu ruego,
la que se carcajea mientras otros lloran.

En el principio era el silencio,
las tinieblas lo cubrían todo.
La violencia se agazapaba
en el útero de la nada,
fiera y acechante, esperando
el anunciado Apocalipsis.

Cuando al fin la muerte se hizo carne
ella se retiró a su cubil infame.

UN POEMARIO NEGRO XX


PERDIDO EN LAS CALLES

Perdido en las calles de la gran ciudad,
Camino como un zombi,
Camino como un fantasma.

Perdido en las calles,
El destino escoge el rumbo,
Como un barco en un mar proceloso.
Olas humanas me arrastran
A la playa donde me esperas.

Aún es pronto, tal vez sea tarde,
Pero no acelero el paso,
El destino escoge el rumbo.

Calles oscuras me atrapan,
Luces de neón se retuercen
Como libidinosos
Cuerpos desnudos.
Llaman al placer triste,
Llaman a la orgía anónima,
Pero no hago caso de sirenas,
No quiero canibalismo barato.

Aún es pronto, tal vez sea tarde,
Pero no acelero el paso,
El destino escoge el rumbo.
No deseo una meta,
No quiero un final,
No soporto el camino.
Que me arrastren las olas,
Que me lleven los vientos.
Cualquier lugar es bueno
Si me recibe el amor.

UN POEMARIO NEGRO XIX


PARAJILLO

Sueña con otros horizontes
Donde puedas volar, pajarillo,
Aquí ya nadie te quiere
Porque no aprecian tu canto.

No se lleva el lírico gorjeo,
La danza sutil del viento,
Sino la palabra encanallada
Y la pezuña en las espaldas.

Sueña mientras puedas, pajarillo,
Porque se está acabando el tiempo.
Densos nubarrones oscurecen
El sol que alegra la mañana.

Extiende ahora tus alas
Y vuela raudo lejos, muy lejos,
Cierra al viento tus ojos
Y oculta la cabeza en las espaldas.

Porque el horizonte es cualquiera
y en las nubes acecha el enemigo
Presto a cortar tus dulces alas
A sacarte el corazoncito del pecho.

No tengas miedo, pajarillo,
La muerte es buena recompensa
Para el canto libre y solitario.
Los otros seguirán viviendo
chapoteando en el cieno.

UN POEMARIO NEGRO XVIII


UN POEMA, UNA CANCIÓN

No tengo nada,
Solo un miedo atroz,
Miedo a perderte,
Miedo a perderme,
Miedo a verte,
Miedo a no verte.

No soy nada,
Pero te quiero,
No creo en nada,
Pero te amo.

No soy capaz de hablarte
No sé responderte,
Pero te quiero.

Me aterra la duda,
Me aterra la seguridad,
Me aterra tu presencia,
No soporto tu ausencia,
Pero estoy a tu lado,
Pero estás en mi pensamiento,
Pero estás en mi corazón.

Me aterra el futuro,
Me aterra el presente,
Me entristece el pasado,
Dudo del tiempo,
Pero te amo.

Adoro tu sonrisa,
Adoro tu alegría,
Amo tu mirada,
Deseo tu cuerpo,
Pero tengo miedo,
Miedo a perderte,
Miedo a perderme,
Miedo a verte,
Miedo a no verte.

UN POEMARIO NEGRO XVII


LA DECISIÓN

Un segundo,
La decisión.
La reflexión,
La reflexión ha llevado años.
Ha sido una pérdida de tiempo.
La reflexión.

La vida se construye
Decisión a decisión.
Hacer o no hacer,
Vivir o morir,
Elegir esto o aquello.
Eh ahí el dilema.

La libertad,
La libertad se pierde
Cuando tomas la decisión.
Estás atrapado
En una cárcel de acero.
El resto es rutina.

Un segundo
La vida cuelga de un hilo
Y tú lo cortas
Con una decisión.
El resto es dolor.
El antes muere
Y el después
Ya no sirve para nada.
Lo importante es la decisión,
Un segundo en una vida.
La muerte es eso,
Un segundo,
Una decisión.

Te vas para no volver
Y no has dicho adiós.
Lo que importó
Fue la decisión.

Detrás el vacío,
Delante la muerte,
Un segundo, un solo segundo,
Vale por una vida.

No sientes nada
Es el resultado de la decisión,
Es en la reflexión
Cuando sientes
Que se te va la vida.

La nada no es tan difícil de alcanzar,
Una decisión.
Lo que es difícil es la vida,
Una perpetua reflexión.

El ser y la nada
Separados por un segundo,
Eso es la consciencia
Una decisión
En un océano
De reflexión.

Ahora sí, ahora
Toca la decisión.
La reflexión
Es un pasado interminable.

El amor es un periodo de reflexión
Entre la vida y la muerte
Entre el ser y la nada.

La soledad es reflexión,
Te preguntas por qué has nacido
Y por qué vas a morir.
La muerte es
Decisión.

La voluntad es muerte
La reflexión es vida
Mientras tomas la decisión
Que es muerte.
Un segundo
En la vida de un hombre
Eso es lo único que cuenta.

UN POEMARIO NEGRO XVI


SOLILOQUIOS DE UN CíNICO

No elegí nacer,
No buscaré morir,
Aprovecho para vivir.

Siempre odié las injusticias
Pero me acuesto con ellas
Aquí y allá, donde me place,
Como un amante perverso
Que con igual frivolidad
Cede al placer o al dolor.

Alguna que otra vez tengo un hogar,
Cuatro paredes, con o sin techo;
Carezco de sillas, mesas o lecho
Pero poseo un buen televisor:
Sirve de ayuda para olvidar penas.
Otras veces duermo al raso,
Si llueve me desnudo y brinco.
De noche miro las estrellas
Hasta tocarlas con los dedos.

Cuando me puede la tristeza,
-cada vez sucede más a menudo-
busco un banco en cualquier parque
buena atalaya para ver jovencitas
retozando su candor y belleza,
a la maldad del mundo ajenas.
Así voy ahuyentando la tristeza.
A veces necesito mucho tiempo
Para enjugar una sola lágrima.

* * *

Si trabajo por un currusco
me siento como un condenado
a cavar su propia tumba.
Si, por el contrario, estoy ocioso
Me imagino como un frágil pajarillo
Al que pronto cortarán las alas.

A veces camino por las calles
Relinchando sin vergüenza
Como un caballo exultante:
Termino por empotrarme
Contra cualquier coche
O me golpeo ciegamente
Contra las farolas en la noche.

Cuando me mienten me pongo serio,
LIVIDO,
Como el rostro de un cadáver.
Si me arrojan a la cara la verdad
Me carcajeo como un payaso
Con el muelle roto.

* * *

Soy un hombre ya viejo
Perdí la juventud contando chistes
A todo el que pasaba por las calles:
Deseaba tener muchos amigos
Y utilizaba el cebo de la risa.
Ahora no puedo oír ninguna gracia,
termino llorando como una plañidera.

Me gusta sonreírle al viento
En cualquier parte.
Pero apenas puedo llorar:
El divino don me fue arrebatado
Cuando recibí una última puñalada
Por la espalda.

No suelo quejarme a menudo de la vida
He aprendido a soñar mientras camino,
Presuroso,
Hacia lugares terrestres-
Los más hermosos-
A los que, sin embargo,
No deseo llegar nunca.

* * *

Cuando quiero gozar profundamente
De la Vida
Busco en los jardines la compañía
De los Niños
Con ellos he pasado mis mejores ratos.
No necesito atarme con grilletes
La Lengua
Ni me preocupa tener que restañar
Viejas heridas.

Me siento un ser humano
Anónimo
Pero no vendería mi anonimato
Por el Oro.
La fama es el más cruel de los
Tiranos,
El único que puede torturar
El Alma.
Solo me molesta una cosa:
Llevar siempre el carnet entre
Los Dientes.

* * *

A veces encuentro personas comprensivas,
Me preguntan si me siento sólo.
Uno no elige su destino, les respondo,
La vida, comprensiva, nos lo da con
Cuentagotas,
No quiere atragantarnos antes de tiempo.

UN POEMARIO NEGRO XV


DONDE HABITE EL OLVIDO

A LUIS CERNUDA, UN COMPAÑERO DE VIAJE AL OLVIDO

Donde habite el olvido,
Allí estarás tu.
No quiero, no quiero,
Ni puedo recordar.
Ni siquiera el pasado,
Ni el amargo presente,
Ni el futuro que vendrá.
Los recuerdos me acechan
Como lobos hambrientos.
Deseando devorarme,
Deseando hincar el diente
al magro plato de mi felicidad.

Allí donde habite el olvido,
Allí…allí estarás tú.
Escondido en la sombra
Agazapado en el silencio,
donde nadie te encuentre
Ni siquiera el recuerdo.

Te hirió el sufrimiento,
Te asesinó el remordimiento.
Te hicieron mucho daño
Pero lo peor es el recuerdo.
No es tan duro el desamor
Lo peor es la remembranza.
Duele mucho la soledad
Pero duelen más los amigos,
Perdidos, abandonados, heridos,
Traicionados, sepultados.

Donde habite el olvido,
allí estarás tú.
En una fosa sin nombre,
Apartada de cualquier sendero,
Para que nadie te pise
y pueda tal ver recordarte.

Donde habite el olvido,
Allí estarás tu,
Tu cuerpo, tu mente,
Tu alma, tu destino.

El recuerdo es amargo
Como un pésimo vino.
El recuerdo aún es camino
No dulce y apacible descanso.
El recuerdo es dolor
El recuerdo es desamor.

Allí, allí, donde habite el olvido,
Allí, allí está tu destino.

La vida es recuerdo
del odio clavado como
estandarte de pecado;
de la inútil tristeza
que nunca, nunca ceja,
de la angustia sin esperanza
royendo las vísceras del alma.
Donde habite el olvido
Allí estarás tú,
Tu cuerpo, tu mente,
Tu alma, tu destino.

El insomnio no cesa
Ni con el fin de la noche
Y el recuerdo corrompe
La anhelante mirada.
Recuerdo el presente
Recuerdo el pasado,
Hasta el invisible futuro
Asoma a mi recuerdo.

Allí donde habite el olvido,
Allí…allí está tu destino.
Recuerdo hasta el momento
De mi pecaminoso nacimiento.
Solo el pecado puede
Hacernos nacer a un mundo
Donde recordar es llorar.

Recuerdo cada paso
Cada instante, cada sueño.
Tengo la cabeza vuelta
Hacia el camino recorrido.
Me tambaleo hacia delante
Pero quiero volver atrás
Para vivir la misma vida
Para enmendar los errores
Para cambiar mi destino.

Es un sueño insensato
Repetiría la misma jornada
El instinto asesino
No permite el descanso
La libertad es una burla
Cuando manda tu cuerpo.
Donde habite el olvido
Allí estarás tu,
Tu cuerpo, tu mente,
Tu alma, tu destino.

Quiero la memoria del pez
Vivir siempre el presente
Olvidarme del pasado,
No saber que existe futuro.
El recuerdo hace a la persona
La persona recuerda el dolor
El dolor se prolonga en el tiempo.
No es posible la felicidad
Cuando recuerdas tus errores
Cuando revives tus amores
Cuando nada puedes cambiar.

Ni el odio de tu hermano
Ni el perdón de tu enemigo.

En la noche del olvido
Quisiera poder permanecer.
El recuerdo es una luz deslumbrante
Que ahoga toda esperanza.
El silencio no recuerda
ni el grito ni el gemido
No le llega la voz parlanchina
Hecha de puro recuerdo
El silencio es olvido
Hermano de la muerte.
Allí donde habite el olvido
Allí…allí está tu destino.

UN POEMARIO NEGRO XIV


 

LA BÚSQUEDA

No es fácil encontrar lo que busco,
No es la satisfacción de un deseo
Lo que guía mis pasos temblorosos,
Ni la esperanza de un mañana diferente,
Ni la tierra de la gran promesa.
Ni siquiera el amor puro
Ni la amistad sin fisuras
Ni el sol cálido de mediodía.

Aún no soy capaz de definirlo,
Pero no es el aire que respiro,
Ni la caricia del océano en mis ojos,
Ni trepar a la montaña para verlo todo.

Noto su presencia acurrucada en el fondo,
Parece esconderse de mí, temerosa,
Carece de figura, no tiene mirada
A veces creo sentir su aliento.

No tiene nombre, no puedo llamarla,
Para atraparla entre mis manos,
Para rozarla suavemente al pasar.
Siempre desaparece en el silencio,
Parece un sueño olvidado.

A veces hablo con ella en voz alta
O le canto muy suave como a un niño.
A veces me detengo sorprendido
Y la busco en cualquier mirada
O me escondo debajo de la cama:
Tal vez le guste jugar al escondite.

Le doy forma de mujer hermosa
Y sueño con un amor sublime
La requiebro con palabras olvidadas
O escribo poemas invisibles.

Me aturdo en el ruido insolente,
Me duermo para calmar su vigilia,
Me pierdo uno y otra vez entre la gente.
Pero noto su amable presencia
Allí donde no la espero.

No es fácil encontrar lo que busco
No es un sueño de mi mente
No es un relámpago en la noche,
No es el elixir de la perpetua alegría.
Me siento triste y cabizbajo
cuando acaba el día preguntándome:
¿cuándo empezó este tormento?

Puede existir algo que no busque?
Que no me necesita, es evidente.
¿Entonces porqué me mira?
¿Porqué sigue ahí, en cualquier parte?

No es fácil encontrar lo que busco
O tal vez, tal vez, no lo deseo.

UN POEMARIO NEGRO XIII


EN MEDIO DE LA NADA

No recuerdo el tiempo.
No sé qué es el espacio.

La materia parece un sueño.

Solo me queda la consciencia.
Pero de qué: no de mi cuerpo,
Si alguna vez lo tuve.
No de un pasado muerto.

Tal vez de mi existencia,
Del suspiro de mi mente.
Me estoy moviendo,
Pero ¿hacia dónde, desde dónde?

En algún tiempo olvidado
Me refugiaba en los espacios,
En los intersticios de la materia inerte.
O huía del presente
Acosado por la culpa
De nacer de un vientre.

El tiempo se curva
En un circulo perfecto.
Fui una vez sin pretenderlo.
Ahora intento recordar
para no permanecer ciego
En el centro de la noche eterna.

No hay caminos en el más allá,
Sólo esperanza de encontrar
Una respuesta en el silencio.

Me imagino caminando
Por senderos de pasión.
Tal vez el sentimiento
No sea algo tan malo.
Tal vez el amor sea
La única respuesta posible.

No quiero engañarme.
Busco al otro en el vacío,
Pero tiene que llenarme.
Estoy aterido de frío
En la helada llanura.
Tiene que ser todo lo que necesito
No me conformo con un poco
De esto, de aquello, de lo otro,
O no me moveré de aquí:
El lugar que he elegido para mí
Está en el centro del silencio.

UN POEMARIO NEGRO XII


EL CÍRCULO DE LA CONSCIENCIA

Confiaba en su consciencia
Como en un pasaporte a la eternidad.
Nada puede matar la consciencia,
Pensaba, apretando los dientes
Como si pudieran arrebatar
La única esperanza de su vida.

A mi lado puede pasar el tiempo
Como un río de mansa corriente,
Los días, como locas cabritillas,
Los meses como apacibles bóvidos
Los años como sabias tortugas,
Pero nada puede agotar
La fuente inagotable,
Oscurecer la luz inasible

Soy un espectador de la vida,
Intento mirar sin involucrarme
Cuando mi cuerpo se duele
Me refugio en el fondo
Allí donde la oscuridad es más profunda,
Donde nada llega, ni siquiera
Las olas del océano del dolor.

UN POEMARIO NEGRO XI


ADIOS AMIGO

He tomado una amarga decisión,
Antes que me rechaces, te rechazo.

No voy a esperar a que se acabe tu paciencia.
Sabes que nunca pasaré por el aro.
Tienes que aceptarme como soy
O dejemos que pase la corriente.
Ya estoy harto de tu vieja cantinela
Si yo fuera esto, lo otro, lo de más allá.
Soy como me ves, ni más ni menos.

A veces me arrebata la pasión.
A veces me lleva el viento.
Otras caigo en un profundo silencio.
No pediré disculpas una vez más.
No soy la horma de tu zapato.
Los puentes se construyen sobre abismos
No para evitar mojarse el culo.

No te he pedido comprensión,
No necesito una palabra de consuelo.
Si quieres empezar el puente
Comienza por clavar una estaca en tu terreno.
Sabes que no dedicaré mi vida a otra cosa
Pero no estoy dispuesto a perder el tiempo.

He tomado una amarga decisión,
Antes que me rechaces, te rechazo.

Quiero que dejes de buscar,
Quiero que te adaptes al rebaño,
Quiero que me des tu palabra.

Quieres muchas, muchas cosas,
Pero tú, amigo, no das nada.
Porque nunca te hago peticiones
Crees que me basta con mirarte.
Piensas que estoy para servirte.
¿Qué necesita hoy el señor?
¿Una palmadita en el hombro?
¿Una sonrisa que te perdone?
¿Qué camine contigo en círculo?

La amistad es generosa,
Das y no esperas nunca recibir.
¿Porqué no te aplicas el cuento?

He tomado una amarga decisión,
Antes que me rechaces, te rechazo.

Sé que tu tienes la razón,
Pero a mí no me sirve para nada.
Antes la llevaba en el bolsillo
para repartir a cambio de sonrisas,
Pero ya estoy harto de chantajes,
Si quieres una palabra de amistad
Es preciso que intentes dejarme vivir en paz.

No soy el esperado juguete.
Pídele a los Reyes Magos tu regalo.
Tal vez te traigan un poco de empatía.
Con ella puedes intentar dejar de ser
El ombligo de un mundo a tu medida.

He tomado una amarga decisión,
Antes que me rechaces, te rechazo.

 

UN POEMARIO NEGRO X


CARA AL VIENTO

Has cometido un tremendo error:
No se acepta a los que no se doblan.

Permanecer firme contra el viento
Es una solemne tontería,
Todo el mundo sabe
Que el viento es el más fuerte.

Vale, amigo, el viento no tiene razón,
Pero es preciso saber perder,
Te inclinas un poco al desgaire,
Haces como que te atas el zapato
Y el viento soplará muy suave
No tiene gran interés en acabar
Con quien inclina la cabeza.

En un mundo de tormentas
Solo los tontos permanecen firmes.
O alcanzas el trono de Eolo
Desde donde se domina el mundo
O te escondes en las fangosas zanjas.

En días tranquilos y soleados
Puedes surgir como topo despistado,
Asomar curioso la cabeza
Y mirar tranquilo hacia el horizonte.

Incluso podrías caminar, medroso,
tan solo unos pasos sobre el árido terreno.
No te alejes mucho del hoyo,
Sabes que todo viento es caprichoso.

Da pena verte, la cara erosionada,
Torcida la columna vertebral,
Los pies hundidos en el cieno,
Los ojos tristes, lacrimosos.

Da pena verte, aguardando la tormenta,
Perdiendo de esa manera miserable el tiempo.
Nadie te mira, estás solo,
Porqué empecinarte en esa postura.

Eres orgulloso, soberbio,
Te bastaría con inclinar
Ligeramente la cabeza,
Tan solo una pequeña reverencia,
Y ya no estás solo.
Pacerás en los huertos,
Bajo el tórrido sol,
Sin miedo al viento.

He oido que esta noche
Va a soplar dura la tormenta,
Mientras todos dormimos.
Solo te cogerá a ti despierto,
De pie, cara al viento,
Te va a quebrar el espinazo.

Será una verdadera pena:
Un hombre que prometía tanto.

 

UN POEMARIO NEGRO IX



ESTA TRISTE NOCHE

Esta triste noche quisiera hablar contigo,
no importan las palabras, aunque dialogue el silencio.

Esta triste noche quisiera amar tu cuerpo,
no importan los besos aunque sean tan fríos
como los de una esfinge de hielo.

Esta triste noche quisiera ver tus ojos;
no importa la mirada, aunque solo advierta en ella desprecio.

Esta triste noche en que estas tan lejos
quisiera poder llorar sobre tu cálido pecho,
no importan los latidos, aunque no digan: te quiero.

Esta triste noche quisiera morir entre tus brazos
para olvidar mi tristeza, no importa nada, amor,
aunque me olvides mañana y no entierres mi cuerpo.

Esta triste noche, te hablo a ti, mi sueño,
¡Qué te importa mi amargura!, aunque escupas mi dolor
aunque ni siquiera existas: te quiero.

Esta triste noche no pasará nunca,
no vendrás a consolarme y yo gemiré despierto.

Esta triste noche, ¡Oh Dios, qué noche más triste!,
quisiera no quererte, pero no puedo, amor mío;
no moriré, no, lo sé, tendré que sufrir en silencio.

UN POEMARIO NEGRO VIII


UN TESTAMENTO DESESPERADO

Te parece mal
Que no esgrima mis razones
Contra las tuyas.
Vienes a mí cargado
Con sólidos argumentos,
Para anunciarme
Que me he separado del rebaño.

¿Qué puedo oponer
a una verdad indubitada?.
Es inútil que rebusque
En mis bolsillos vacíos.
El último pedazo de razón
Se perdió hace ya tiempo,
Cayó al río de la vida
Al pasar un puente cualquiera.
En un descuido se deslizó
De mis manos temblorosas
Y la corriente lo arrastró muy lejos.

Dices que vas a tocarme el corazón
Con tus sabias palabras de gurú.
Aunque consigas abrir la puerta
Solo encontrarás el frío viento del vacío.

Anuncias, exultante, que tu fino bisturí
Ha tropezado por fin con el músculo de mi alma.
Te engañas miserablemente,
Lo que queda de ella
Ha sido devorado por los perros
A la puerta de mi casa,
Mientras hozaban en el cubo de la basura.

¿Qué es lo que me queda?.
Preguntas con sutil sarcasmo.
Me queda una muerte digna
Lejos del rebaño que bala
A la puerta del matadero.

Allí donde soplan los vientos,
Lejos del gran redil,
Los corderos extraviados
Son devorados por lobos hambrientos.

No pude elegir mi vida,
Pero elijo mi muerte.

Tu estás bien arropado,
Al calor de ejemplares lanudos
Que bajan la cerviz
Para no ver al matarife.

Prefiero la muerte en la montaña
Mientras la nieve cae mansa
Y ululan vientos de terror.

Nos hemos equivocado todos
Sobre todo el gran rebaño.
Elegimos llenar la barriga
Con el suculento pienso
Que se fabrica con la magra carne
De nuestros desaparecidos hermanos.

Ahora, mientras balan alegres
A la puerta del gran baile
Me tumbo sobre el frío suelo,
Alumbrado por la luna cálida

 

UN POEMARIO NEGRO VII


SOLEDAD MAQUILLADA

No maquilles tu rostro con colores chillones,
no escondas tu mirada en amarillos,azules,
verdes esmeraldas;en arcoiris tendidos
como pingajos de alegría.

Mis ojos son penetrantes
y taladran la muselina
de tu procaz vestido,
descubren tu cuerpo
frio, gélido, deforme,
con venas incoloras
que va recorriendo la angustia
con su paso siempre uniforme,
cargado de viscosos presagios.

¡Qué fea eres, tan maquillada!
¡Qué mal suena tu voz cuando dices,
engolada, tus ingenuas mentiras!.

No intentes vestirte de esperanza
porque conozco tu desnudez,
esa honda perspectiva
de tunel hacia la nada.

Rodeas el circulo de la Divinidad
con un vacío de voces estridentes
que pregonan tu nombre
en millones de lenguajes donde
siempre balbucea la tristeza.

Solo la plenitud puede liberarse de tu acoso
que aplasta impunemente a todo ser,
herido con la llaga mortal
que significa no serlo todo,carecer de algo.

Soledad te llamaste en mi ayer atormentado,
soledad te llamas en el hoy esperanzado
y en el triste mañana donde habitan
los esqueletos podridos de mis tiernas ilusiones
te llamarás como te nombre hoy:
Desnuda soledad, maquillada piltrafa
de muertos colores,cadaver putrefacto
escondido dentro de un brillante mausoleo.

Soledad, te quiero desnuda hasta el tuétano de los huesos,
quiero sentir en el paladar el sabor bilioso de tu médula,
no intentes engañarme con feas caretas despintadas.

 

UN POEMARIO NEGRO VI


 

BAILA POETA.


La luz golpea
Silenciosa
El cerebro.

El sonido rasga
La carne rebelde.

Baila poeta,
Al ritmo de tu angustia.

Retuerce tu cuerpo
Hasta olvidar
Tu amarga soledad.

Escupe tu impotencia
Blanco y rojo
Rojo y blanco
Giran y giran
En tu pupila

Patea tu amargura
Con las plantas de tus pies
Donde has escrito tus versos.

Verde, rojo, blanco.
Blanco, rojo, verde.
En tu alma
Arcoiris de tristeza.
Girando
La esperanza del olvido.

En la penumbra
Sangre
Se apaga y se enciende
Llamando
A la locura.

Poeta
Baila y llora
Sobre el amor soñado.

Pisa
La blanca luz
Que hiere
Tu dolor.
Aplasta
Cruel
Tus entrañas vivas
De gemidos
De amor
De gritos del corazón.

Poeta
Triste
Oculta
Tus lágrimas
A los ojos indiferentes.
Devóralas
Muy dentro.
Y baila
Espectral
Con la sonrisa
Muerta
En la máscara riente.

¿Quién te quiere
poeta
angustiado?

¿Quién comprende
tu espíritu
dulce?
Atormentado
Ayer
Melancólico
Hoy
Y triste
Siempre.

¿Quién puede
amar
tu desnuda ternura
erizada
de angustia?
¿Abrazar
tu corazón
abierto al infinito
agitado
en la ansiedad
de una espera
ETERNA?

¿Quién puede
besar
los lejanos
horizontes
entrevistos en tus sueños?

¿Quién descubrirá
más allá
del frío
de tu mente
viajera
Tempano
A la deriva
Fragil
Y luminoso
En la noche polar
Ese fuego
ARDIENTE
Con brazos
De llama
Estrechando
El vacio?-

Oh poeta
Poeta
¿quién te condenó
a percibir
la luz
en un mundo
ciego?

¿A sentir
EL AMOR
En la patria sin sol
De la oscura
Violencia?

¿Quién te obligó
al parto
de la mente
en la tierra yerma
de la abortiva estupidez?

UN POEMARIO NEGRO V


 

EL HOMBRE TRISTE

Era un buen hombre de mirada clara.
Joven el rostro, el alma enlutada.
El tiempo acechante robó su alegría
Cualquier camino sirve al desdichado
Cualquier destino al hombre triste.

De parcas palabras, de pulcra ropa
Siempre llevaba la sonrisa en ristre
Hasta que la vida le golpeó la cara
Con puño anónimo.
Es más fácil herir sin temor a la venganza.

Era un hombre sin miedo
Por eso hablaba sin medir las palabras.
Creía en la bondad de la gente
El mal no existe, solo la ignorancia.
Un día encontró al demonio: era su hermano.

Tenía el alma blanca, el corazón del color del cielo,
El bolsillo vacío no pesaba en su mente.
Poco era bastante y nada suficiente,
Nadie compraba su libertad
Con promesas de felicidad.
Me basta con nada
Decía sonriente.

Pero hasta quien no busca
Termina encontrando al demonio.
Fue al volver una esquina,
Nada tenía que perder
Por eso confió en su hermano
Y perdió el envite.

Puso el corazón en su mano
Sin reguardo ni ticket.
Puedes hacer con él lo que quieras,
Solo te pido me lo devuelvas un día.
Dijo y siguió caminando alegre,
Con un hueco en su pecho.
Al cabo de un tiempo
Lo encontró en el arroyo,
Brillaba entre la basura
Hasta los vagabundos
Lo habían desechado.

UN POEMARIO NEGRO IV


 

NO TENGO ALMA

No tengo alma,
Lo dicen ellos,
Los que sí tienen alma.

No tengo alma,
Pero lloro a escondidas
Como los que no tienen alma.

Siento el dolor
En todo mi cuerpo,
El cuerpo de los que no tienen alma.

Es un cáncer profundo
Que me va consumiendo
En el silencio,
El silencio de los que no tienen alma.

Arrastro mi cuerpo
Por los caminos solitarios,
Los caminos de los que no tienen alma.

Odio a escondidas
Procurando que no se trasluzca
En mis ojos vacíos,
Los ojos de los que no tienen alma.

Ellos están cargados de razones
Y les ampara la justicia,
La justicia de los que sí tienen alma.

Ya no me diferencio de las bestias,
Por eso han salido a buscarme
Con la metralleta en sus manos.
La metralleta de los que sí tienen alma.

Espero escondido en la espesura,
La espesura de los que no tienen alma.
Pronto seré cazado,
Pronto seré crucificado
En dos maderas con forma de cruz,
La cruz de los que no tienen alma.

Me espera la lanza afilada,
La lanza de los que sí tienen alma,
La clavarán en mi vientre,
Penetrará en mis vísceras,
Allí donde habita el vacío.
El vacío de los que no tienen alma.

Convertirán mi cuerpo en polvo,
El polvo de los que no tienen alma.
Un suspiro me separa aún
De la nada más absoluta,
La nada de los que no tienen alma.

Ellos se quedaran muy tranquilos
Porque saben que algún día
No lejano alcanzarán el cielo prometido,
El cielo de los que sí tienen alma.

L

 

POEMARIO NEGRO III


 

 

PARA UN AMOR

Eres como la muerte:
Bella y serena.
En tus ojos la noche
Me acoge
Maternal.

Eres la estrella
Más lejana
Del Cosmos infinito.
Mi sueño
Más triste,
Mi dolor
Más hondo.

Eres el anhelo permanente
Siguiendo un camino
Que no me lleva
Hacia ninguna parte.

Eres la esperanza
Más inútil,
El deseo
Más impotente
En mi fría vida.

Eres mi amor
Y te amo.
A pesar de todo.
Incluso si no existes.
Incluso si solo eres
El desvarío
De mi mente alucinada.

Me has llevado
Hasta las fronteras
De la nada.
Me empujas
Hacia el abismo
De la muerte.
Y sin embargo
Te quiero.

Beso tus labios
Duros
Como la piedra.
Busco tu mirada
Que se quema
En fuegos fatuos.
Anhelo tu sonrisa
Que nunca existirá
En ese rostro
De hielo.

Deseo abrazar tu cuerpo
Desnudo
Como el viento.
Como la niebla
Que me esconde
El camino.
Como luz que viene
De otro mundo.

Deseo saber a qué sabe
El amor de
Un fantasma.
A qué huele tu sexo
Transparente, cristalino.

Deseo saber si tu corazón
Aún palpita.
O se quedó parado
Como el reloj cósmico
De la eternidad,
Sin números, sin agujas
Sin tiempo,
Sin vida,
En la sutil frontera
Entre el Cosmos y la Nada.

Deseo saber quién eres
Amor mío.
Aunque caiga en el abismo
Del Noser.
Aunque la respuesta
A ese misterio
Sea mi tumba
Para siempre.

POEMARIO NEGRO II


 

COMO MUERE UNA ESPERANZA

Lenta se acerca la noche
Y tú estás ahí esperando,
Con la mirada perdida
En un sueño sin sentido.

Tu rostro se va transformando
En un misterio vacío.
Una niebla, densa y fría,
Te va ocultando del tiempo
Donde los fantasmas perdidos
cuchichean y parlotean
Al otro lado del horizonte,
En el mundo de los sueños.

La frente lisa, fúlgida,
Se va petrificando en la muerte,
Refleja la quietud de un mar dormido;
Allí el silencio es un canto fúnebre
De viejas plañideras
Llorando una eterna despedida.

El corazón agoniza con ritmo seco, duro,
Como redoble de millones de timbales
Anunciando el final de un día de dolor.

Te vas elevando en un cielo cálido
Donde la paz de acoge bajo su túnica suave
Y allí, en una tierra yerma que gime en la espera,
Queda tu sangre seca, extendida en la llanura
Como lago abrasado en fuego de pasión.

BELLEZA DE MUJER

Belleza de mujer,
fugitiva y eterna,
un solo instante en nuestros brazos;
un breve aleteo en nuestros ojos
y la amaremos para siempre,
aunque el tiempo la entierre,
cruel, en el recuerdo:
un triste esqueleto de duros huesos,
cuencas vacías mirando la noche,
hedor de podredumbre.

Su cadáver pasará a nuestro lado
y las entrañas devolverán
entre arcadas repugnantes
el dolor de lo perdido,
pero nadie podrá quitarnos
el recuerdo, el perfume de su belleza.

¿Quién me arrebatará el deseo
infinito y dulce de tu cuerpo de diosa?
¿Quién podrá destruir la esperanza de tu amor,
despertarme de mi sueño mientras suspiramos
juntos y felices en el lecho?
¿Cómo borrar la imagen de mis besos
en tus labios, tu sonrisa adorable
llamándome al placer?

Aunque estés lejos, en el vacío de lo imposible,
siempre te tendré cálida, acurrucada en mis brazos;
aunque no seas mía, me pertenecerá siempre
la esencia de tu dulce recuerdo.

UN POEMARIO NEGRO I


 

NOTA INTRODUCTORIA: Estos poemas los escribí en Madrid, allá por el año 1978 en adelante. Muchos de ellos fueron escritos en el metro, entre viaje y viaje de casa al trabajo y del trabajo a casa. Fue una época terrible de mi vida, la llamo la «etapa negra» de ahí el nombre del poemario. Escribía lo que sentía, sin más. En alguna ocasión he intentado reescribir los versos, pero lo he dejado porque lo que ganan en belleza formal lo pierden en intensidad y emoción.

POEMARIO NEGRO

AUTORRETRATO

Eterno vagabundo en la niebla
Buscando mundos imposibles.
Soñador de esperanzas rotas.
Viento que gime en la llanura
Huyendo siempre
De la angustia.
Suspirando por un escondrijo
Al amparo de la tristeza.

Eterno romántico de horizontes
Que se alejan siempre de tus pasos
Que solo son hollados
Acariciados
Por la llama de tu mirada abrasadora.

Eterno dolor en movimiento
Agitándose
En el silencio.
Retorciéndose
En la soledad.
Muriendo
Y reviviendo
Como infernal condenado.

Eterno luchador
Vencido
Contra crueles fantasmas
Que te hieren
Invisibles
Con el filo cortante
De sus espadas despiadadas
Templadas
En la gélida fragua de la nada.

Eterno sediento
De amor.
Beodo
De ilusiones
De inmensos océanos de ilusiones.
Sequedad infinita
Que se resquebraja
Por la impotencia.

Eterna pregunta
Planteada al tiempo.
Clavada en el centro
Del ojo de la vida.

Eterno demente
Pidiendo respuestas
Al mudo silencio.

Eterno peregrino
Hacia el santuario sin caminos
De la diosa felicidad.

Eterno aspirante
Al cetro y corona
De la divinidad.

Eterno
Y temporal.
Esa
Es tu condena.
Esa
Es tu esperanza.

No tengo nombre
No me llames.
Amigo.
Con vacías palabras.

Sabed todos
Que soy
En esencia
Sufrimiento.


LOS SENTIMIENTOS DEL POETA

DESESPERACIÓN

Hay momentos oscuros,
hay noches solitarias,
hay etapas negras
hay abismos sin fondo.
Entonces la desesperación
acecha emboscada
como pantera negra
de ojos relucientes.

Como cuando tu mirada
tropieza con el espejo,
implacable testimonio
de una vida rota para siempre.

Cuando todo es tristeza
y no queda en el alma
ni una sola brizna de alegría.

Cuando el cielo es gris
y la lluvia cae mansa.

Cuando la música suave
es el lamento del alma.

Cuando no se puede llorar
y la sonrisa nos mata.

Cuando el mañana nos asquea
y despreciamos el ayer.

Cuando ni el sueño del bello amor
puede anular las pesadillas.

Cuando hasta la soledad
rechaza hacernos compañía
y sentimos el vacío
aplastarnos las entrañas.

Entonces algo indefinible nos invade;
cada rincón del ser, hasta lo insensible,
se alza en feroz rebelión,
abraza a la nada con deseo lujurioso,
la besa con salvaje ansia,
busca la posesión con delirio,
en suprema desesperación del alma.

Un orgasmo infinito y atroz
recorre hasta la médula de la existencia;
un gemido inenarrable atraviesa el universo,
se pierde inadvertido para el hombre,
hasta para la mirada del ángel.

¡Qué rechazo visceral de la angustia de la vida
nos hunde en un abismo, llano, sin esperanza,
donde la dulce desesperación hace dormir
al alma en el exquisito sueño de la nada!