Categoría: EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXIX


RETRATO DEL ARTISTA, JAIME GIL DE BIEDMA

Escribir no salva, como creían Proust et alia y como desearíamos todos, pero sí que alivia.

JULIEN GREEN

Il est agréable peut-être de passer son temps à rêver sur de beaux livres, mais la vocation de l’homme est ailleurs.

-Es agradable gastar el tiempo en soñar con bellos libros, pero la vocación del hombre está en otra parte.

Le génie n’est pas une longue patience et n’a en général rien à faire avec les facultés ordinaires des hommes.

-El genio no es otra cosa que mucha paciencia y no tiene en general nada que ver con las facultades ordinarias de los hombres.

– La distinction qu’on fait d’ordinaire entre hommes de génie, hommes de talent, etc., est une erreur fatale que l’on devrait proscrire une fois pour toutes de notre système d’éducation. d’éducation. Répéter à des enfants que les plus grandes œuvres ne peuvent être produites que par des génies est une faute impardonnable, mais leur inculquer l’idée que les génies sont excessivement rares et pour ainsi dire monstrueux, en raison même de leur extrême rareté, est, à n’en pas douter, un crime. C’est décourager les meilleures volontés avant qu’elles aient tenté le moindre effort. Il faudraitau contraire répéter sans relâche que Praxitèle et Vinci sont à refaire, qu’un siècle sans grandes œuvres est une honte, plus que cela, une faute dont chaque individu est coupable.

-La distinción que se hace a menudo entre hombres de genio, hombres de talento, etc., es un error fatal que debería proscribirse de una vez por todas de nuestro sistema de educación. Repetir a los niños que las más grandes obras no puedn ser producidas sino por genios es una falta imperdonable, pero inculcarles la idea de que los genios son excesivamente raros y por así decir, monstruosos, en razón misma de su extrema rareza, es, no hay que dudarlo, un crimen. Esto descorazona a las mejores voluntades antes que ellas hayan intentado el menor esfuerzo. Sería preciso al contrario repetir sin descansar que Praxiteles y Vinci pueden volver, que un siglo sin grandes obras es una vergüenza, más que eso, una falta de la que cada individuo es culpable.

TRADUCCIÓN PROPIA

UMBERTO ECO/CONFESIONES DE UN JOVEN NOVELISTA

Se ha dicho que los personajes de ficción son indeterminados —es decir, conocemos solo unos pocos atributos suyos—, mientras que los individuos reales son completamente determinados, y que deberíamos ser capaces de afirmar cada uno de sus atributos conocidos . Pero aun siendo esto cierto desde el punto de vista ontológico, desde un punto de vista epistemológico es exactamente lo contrario: nadie puede afirmar todas las propiedades de un individuo dado o de una especie dada, que son potencialmente infinitos, mientras que las propiedades de los personajes de ficción están severamente limitadas por el texto narrativo, y solo los atributos que menciona el texto cuentan para la identificación del personaje.

De hecho, conozco mejor a Leopold Bloom que a mi propio padre. ¿Quién podría decir cuántos episodios de la vida de mi padre me son desconocidos, cuántos pensamientos de mi padre no fueron nunca revelados, cuántas veces ocultó sus dolores, sus dilemas, sus debilidades? Ahora que se ha ido, probablemente no descubriré nunca esos aspectos secretos y quizá fundamentales de su ser. Como los historiadores descritos por Dumas, medito y medito en vano sobre ese amado fantasma, para mí perdido para siempre. En contraste con ello, sé todo lo que necesito saber de Leopold Bloom, y cada vez que releo Ulises descubro algo nuevo sobre él.

En este sentido, debemos asumir que ciertos personajes de ficción adquieren una especie de existencia independiente de sus partituras originales. ¿Cuánta gente que conoce el destino de Ana Karenina ha leído el libro de Tolstói? ¿Y cuántos de ellos han oído en cambio hablar de ella a través de películas (principalmente, dos con Greta Garbo) y series de televisión? Desconozco la respuesta exacta, pero sin duda puedo decir que muchos personajes de ficción «viven» fuera de la partitura a la que deben su existencia, y que se mueven en una zona del universo que nos resulta muy difícil de delimitar. Algunos de ellos emigran incluso de texto a texto, porque en el transcurso de los siglos, el imaginario colectivo ha invertido emocionalmente en ellos, transformándolos en individuos «fluctuantes». La mayoría procede de grandes obras de arte o de mitos, pero ciertamente no todos. Así, nuestra comunidad de entes fluctuantes incluye a Hamlet y Robin Hood, a Heathcliff y a Milady, a Leopold Bloom y a Supermán.

No es necesario haber leído la partitura original para estar familiarizado con los personajes fluctuantes. Mucha gente conoce a Ulises sin haber leído la Odisea, y millones de niños que hablan de Caperucita Roja no han leído nunca las dos fuentes principales de su historia: la partitura de Charles Perrault y la de los hermanos Grimm.
Convertirse en un ente fluctuante no depende de las cualidades estéticas de la partitura original. ¿Por qué tanta gente se apena por el suicidio de Ana Karenina, pero solo unos pocos adictos a Víctor Hugo lloran por el suicidio de Cimourdain en Noventa y tres? Personalmente, me conmueve mucho más el destino de Cimourdain (un héroe monumental) que el destino de la pobre señora. Mala suerte: tengo a la mayoría en contra. ¿Quién, excepto los admiradores de la literatura francesa, se acuerda de Augustin Meaulnes? Pues era, y sigue siendo, el protagonista de una gran novela de Alain Fournier, El gran Meaulnes. Ciertos lectores sensibles pueden engancharse de una manera tan profunda y apasionada a estas novelas que acaban dando la bienvenida a su club a Augustin Meaulnes y a Cimourdain. Pero la mayoría de los lectores contemporáneos no espera encontrarse a estos personajes a la vuelta de la esquina, mientras que leí hace poco que, según una encuesta, una quinta parte de los adolescentes británicos cree que Winston Churchill, Gandhi y Dickens eran personajes de ficción, en tanto que Sherlock Holmes y Eleanor Rigby eran reales .Así que, por lo visto, Winston Churchill puede adquirir el privilegiado estatus de un ente de ficción fluctuante, y Augustin Meaulnes no.

Ciertos personajes son más conocidos por sus avatares extratextuales que en el papel que desempeñaron en una partitura determinada. Tomemos el caso de Caperucita Roja. En el texto de Perrault, el lobo se come a la niña y la historia termina ahí, inspirando serias reflexiones sobre los riesgos de la imprudencia. En el texto de los Grimm, el cazador llega, mata al lobo y devuelve a la vida a la niña y a su abuela. Hoy en día, la Caperucita Roja que conocen todas las madres y niños no es ni la de Perrault ni la de los Grimm. Es cierto que el final feliz viene de la versión de los Grimm, pero muchos otros detalles resultan de una especie de fusión de las dos versiones. La Caperucita Roja que conocemos viene de una partitura fluctuante, más o menos la que comparten todos los niños y madres cuentacuentos.


De la misma manera, Dido, Medea, don Quijote, madame Bovary, Holden Caulfield, Jay Gatsby, Philip Marlowe, el inspector Maigret y Hercule Poirot vinieron a vivir fuera de sus partituras originales, e incluso personas que nunca han leído a Virgilio, Eurípides, Cervantes, Flaubert, Salinger, Fitzgerald, Chandler, Simenon o Christie pueden reclamar la capacidad de hacer afirmaciones ciertas sobre estos personajes. Al ser independientes del texto y del mundo posible en el que nacieron, esas figuras (por decirlo así) circulan entre nosotros, y tenemos dificultades a la hora de pensar en ellos como algo distinto de las personas reales. De modo que no solo los tomamos por modelos de nuestras propias vidas, sino también para las vidas de los demás. Podríamos decir que alguien a quien conocemos tiene un complejo de Edipo, un apetito de Gargantua, que es celoso como Otelo, duda como Hamlet o es un Scrooge.

Para estar emocionalmente implicados de forma permanente con los habitantes de un mundo posible de ficción, tenemos que satisfacer dos requisitos, a saber: 1) debemos vivir en el mundo posible de ficción como en un ensueño permanente, y 2) tenemos que comportarnos como si fuéramos uno de los personajes.

Hemos planteado que los personajes de ficción nacen dentro del mundo posible de la narrativa, y que cuando se convierten en entes fluctuantes, si lo hacen, aparecen en otras narrativas o pertenecen a una partitura fluctuante. Hemos planteado que, según un acuerdo tácito reiterado por los lectores de novelas, fingimos tomarnos en serio el mundo posible de la ficción. Así que puede suceder que, cuando entramos en un mundo narrativo muy absorbente y cautivador, una estrategia textual pueda provocarnos algo similar a un raptus místico o alucinación, y que olvidemos que hemos entrado en un mundo que es simplemente posible.

Por lo que se refiere al segundo requisito, una vez que empezamos a vivir en un mundo posible como si fuera nuestro mundo real, puede desconcertarnos el hecho de que en el mundo posible no estamos, por así decirlo, formalmente registrados. El mundo posible no tiene nada que ver con nosotros; nos movemos dentro de él como si fuéramos la bala perdida de Julien Sorel, pero nuestra implicación emocional nos lleva a asumir la personalidad de alguien difereme, de alguien que tiene derecho a vivir allí. Así, nos identificamos como uno de los personajes de ficción.

Cuando despertamos de una ensoñación en la que muere un ser querido, nos damos cuenta de que lo que hemos imaginado es falso, y damos por cierta la afirmación de que «mi ser querido está vivo y bien». Por el contrario, cuando la alucinación ficticia termina —cuando dejamos de fingir que somos el personaje ficticio, porque, como escribiera Paul Valéry, «le vent se leve, il faut tenter de vivre» («el viento se levanta, hay que intentar vivir»)—, continuamos dando por cierto que Ana Karenina se suicidó, que Edipo mató a su padre y que Sherlock Holmes vive en Baker Street.


Admito que este es un comportamiento muy peculiar, pero sucede con frecuencia. Tras derramar nuestras lágrimas, cerramos el libro de Tolstói y volvemos al aquí y ahora. Pero seguimos dando por sentado que Ana Karenina se suicidó, y pensamos que quienquiera que dijera que se casó con Heathcliff está loco.

¿Hay alguien más que comparta el mismo destino? Sí: los héroes y dioses de toda mitología; los seres legendarios como los unicornios, los elfos, las hadas y Santa Claus; y casi todos los entes reverenciados por las distintas religiones del mundo. Es obvio que para un ateo todo ente religioso es ficticio, mientras que para un creyente existe un mundo espiritual de «objetos sobrenaturales» (dioses, ángeles, etcétera) inaccesibles a nuestros sentidos pero absolutamente «reales». Y en este sentido, un ateo y un creyente se basan en dos ontologías diferentes. Pero si los católicos romanos creen que un Dios en persona existe verdaderamente y asumen que el Espíritu Santo procede de Él y de Su Hijo, entonces tienen que ver a Alá, Shiva y el Gran Espíritu de las Praderas como meras ficciones, inventadas por narrativas sacras. Del mismo modo, para un budista, el Dios de la Biblia es un individuo ficticio, y el Gitche Manitú de los algonquinos es un ser de ficción para un musulmán o un cristiano. Esto significa que para un creyente en una fe determinada todos los entes religiosos de otras religiones —en otras palabras, la abrumadora mayoría de esos entes— son individuos ficticios, así que debemos considerar ficticios a aproximadamente el noventa por ciento de todos los entes religiosos.

Los personajes de ficción viven en un mundo incompleto, o, para ser más rudos y políticamente incorrectos, en un mundo discapacitado.
Pero cuando verdaderamente entendemos su destino, empezamos a sospechar que también nosotros, como ciudadanos del aquí y ahora, topamos con nuestro destino simplemente porque pensamos en nuestro mundo de la misma manera que los personajes de ficción piensan en el suyo. La ficción sugiere que quizá nuestra visión del mundo real sea tan imperfecta como la visión que los personajes de ficción tienen del suyo. Por este motivo, los personajes de ficción bien construidos se convierten en ejemplos supremos de la «verdadera» condición humana.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXVIII


EL ESCRITOR Y LA GENIALIDAD

Genio

Si un hombre es un genio a quien su época no quiere reconocer como tal, deberá persistir en su camino, a pesar de la indiferencia. Si, por otra parte, es una persona sin talento, henchida de vanidad, hará bien en desistir.No hay manera de distinguir a cuál de estas dos categorías pertenece el que está aquejado del impulso de producir obras maestras desconocidas. Si se pertenece a una categoría la persistencia es heroica; si a la otra, ridícula. Cien años después de muerto se podrá adivinar a qué categoría se pertenece. Entretanto, hay una prueba a la que nos podemos someter –que no es infalible, pero sí de un valor considerable-, si sospechamos que somos genios, aunque nuestros amigos crean lo contrario. La prueba es ésta. ¿producimos porque sentimos la necesidad imperiosa de expresar ideas o sentimientos o actuamos solamente buscando los aplausos?

LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD.-
RUSSELL,BERTRAND

Pues es absurdo pretender condenar, en nombre del futuro, todo el pasado; es absurdo no reconocer aquí, como en todas partes, una filiación, una continuidad, y que el espíritu que los anima, más o menos oprimido, nunca ha dejado de existir. Siempre ha habido, frente a los satisfechos que se instalan en la época presente en la que prosperan y echan carnes, espíritus inquietos a los que atormenta una secreta exigencia, a los que no satisface en absoluto el bienestar egoísta y que prefieren la marcha al reposo.

Uno se pregunta, al ver ciertos libros: ¿Quién puede leerlos? Al ver a ciertas personas: ¿Qué pueden leer? Y finalmente, encajan.

Creo que lo que menos envejece en un autor es lo que parecía en su tiempo más raro, más excepcional, más audaz, siempre y cuando ese rasgo excepcional sea el producto de una observación directa y sincera. Los buenos sentimientos son, las tres cuartas partes de las veces, sentimientos «prefabricados». El verdadero artista, concienzudamente, no viste sino a medida.

El hábito de no leer, de los siglos pasados, sino las obras que han merecido sobrevivir nos impide conocer, con frecuencia, los motivos por los que han perecido las demás. Sin remontarse muy lejos, es provechoso por ejemplo leer la Fanny de Feydeau, que muchos contemporáneos de Flaubert consideraban una obra maestra. Creo que, más tarde, El negro de Soupault — que acabo de leer en el tren que me lleva a Carcasona— no suscitará más indulgencia, y que las cualidades mismas de ese libro parecerán sobre todo complacencias, una especie de asentimiento a uno mismo, a la época… Pero nada es más difícil que abstraerse de la propia época lo suficiente como para percibir defectos comunes a toda una generación.

No creo que el futuro nos agradezca todo el cuidado que aportamos a nuestros libros; muy al contrario, el exceso de cuidado podría muy bien enfriarlos antes que a otros.

Siempre he tomado un máximo de precauciones para impedir que mis libros debieran su éxito a cualquier cosa que no fuese su valor.

Es para poder escribir Hamlet por lo que Shakespeare no se permitió a sí mismo convertirse en Othello.

Lo que más admiro de Valéry, es quizá su constancia. Incapaz de verdadera simpatía, nunca ha dejado que rompieran su línea, nunca se ha dejado distraer de sí mismo por los demás.
Recuerdo haber oído a Wilde decirme: «No es por exceso de individualismo por lo que he pecado. Mi gran error, la falta que no puedo perdonarme, es haber, un día, dejado de obstinarme en mi individualismo, dejado de creer en él para escuchar a otros, dejado de creer que tenía razón de vivir así, dudado de mí mismo».

ANDRÉ GIDE
JOURNAL

– La distinction qu’on fait d’ordinaire entre hommes de génie, hommes de talent, etc., est une erreur fatale que l’on devrait proscrire une fois pour toutes de notre système d’éducation. d’éducation. Répéter à des enfants que les plus grandes œuvres ne peuvent être produites que par des génies est une faute impardonnable, mais leur inculquer l’idée que les génies sont excessivement rares et pour ainsi dire monstrueux, en raison même de leur extrême rareté, est, à n’en pas douter, un crime. C’est décourager les meilleures volontés avant qu’elles aient tenté le moindre effort. Il faudraitau contraire répéter sans relâche que Praxitèle et Vinci sont à refaire, qu’un siècle sans grandes œuvres est une honte, plus que cela, une faute dont chaque individu est coupable.

La distinción que se hace de ordinario entre hombres geniales, con talento, etc. es un error fatal que se debería proscribir de una vez por todas de nuestro sistema educativo. Repetir a los niños que las más grandes obras no pueden ser producidas sino por genios es una falta imperdonable, pero inculcarles la idea de que los genios son excesivamente raros y por así decir monstruosos, en razón misma de su extrema rareza, es, no hay que dudarlo, un crimen. Es desanimar las mejores voluntades antes de que ellas hayan intentado el menor esfuerzo. Se debería, por el contrario, repetir sin respiro que Praxiteles y Da Vinci son posibles, que un siglo sin grandes obras es una vergüenza, más que eso, una falta de la que cada individuo es culpable.

N’importe quoi… Écrire n’importe quoi est peut-être le meilleur moyen d’aborder les sujets qui comptent, d’aller au plus profond par le chemin le plus court. On dira tout uniment ce qui passe par la tête, au gré du souvenir. La mémoire nous livre tout en désordre, à tout moment du jour. On imitera ce désordre. Il n’y aura pas d’itinéraire précis dans l’exploration de notre passé, et c’est ainsi que je vois les choses aujourd’hui, 20 novembre 1959.

No importa qué…Escribir no importa qué es tal vez el mejor medio de abordar los motivos que cuentan, ir a lo más profundo por el camino más corto. Se dirá únicamente lo que pasa por la cabeza, en grado de recuerdo. La memoria nos entrega todo en desorden, en cualquier momento del día. Se imitará este desorden. No habrá otro camino preciso en la exploración de nuestro pasado, y es así cómo yo veo las cosas hoy.

Il est agréable peut-être de passer son temps à rêver sur de beaux livres, mais la vocation de l’homme est ailleurs.

Es agradable tal vez pasar todo el tiempo en soñar sobre hermosos libros, pero la vocación del hombre está en otra parte.

Julien Green
Diarios.

Traducción propia.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXVII


UMBERTO ECO

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CONFESIONES DE UN NOVELISTA

LA RETÓRICA DE LA ENUMERACIÓN

Como he dicho, los escritores hacen listas o bien cuando el conjunto de elementos del que se ocupan es tan extenso que escapa a su capacidad de dominarlo, o bien cuando se enamoran del sonido de las palabras que designan una serie de cosas. En este último caso, uno pasa de una lista que se ocupa de referentes y significados a una lista que se ocupa de significantes.

Una de esas formas de acumulación se conocía como enumerado, que aparece con regularidad en la literatura medieval. A veces, los términos de la lista parecen carecer de consistencia y homogeneidad, porque su intención era definir las propiedades de Dios, y Dios, según Pseudo Dionisio Areopagita, solo puede ser descrito por medio de imágenes disímiles. De ahí que,en elsiglo V, Enodio escribiera que Cristo era «la fuente, el camino, el derecho, la roca, el león, el portador de la luz, el cordero; la puerta, la esperanza, la virtud, la palabra, la sabiduría, el profeta; la víctima, el vástago, el pastor, la montaña, el lazo, la paloma; la llama, el gigante, el águila, la esposa, la paciencia, el gusano»[54]. Esas listas, como las letanías de la virgen, se denominan panegíricos o encomiásticas.

Otra forma de acumulación es la congeries, una secuencia de palabras o frases que significan lo mismo, y en la que la misma idea se reproduce de manera muy numerosa. Eso se corresponde con el principio de la «amplificación oratoria», que ilustra el famoso primer discurso de Cicerón contra Catilina en el Senado romano (63 a.C): «¿Hasta cuándo has de abusar de nuestra paciencia, Catilina? ¿Cuándo nos veremos libres de tus sediciosos intentos? ¿A qué extremos se arrojará tu desenfrenada audacia? ¿No te arredran ni la nocturna guardia del Palatino, ni la vigilancia en la ciudad, ni la alarma del pueblo, ni el acuerdo de todos los hombres honrados, ni este protegidísimo lugar donde el Senado se reúne, ni las miradas y semblantes de todos los senadores? ¿No comprendes que tus designios están descubiertos? ¿No ves tu conjuración fracasada por conocerla ya todos?»

El incrementum, también conocido como climax o gradatio ,es una forma ligeramente diferente. Aun refiriéndose al mismo campo conceptual, a cada, paso dice algo más, o con mayor intensidad. Un ejemplo de ello se encuentra, una vez más, en el primer discurso de Cicerón contra Catilina: «Nada haces, nada intentas, nada piensas que yo no oiga o vea o sepa con certeza»

La retórica clásica también define la enumeración por anáfora y la enumeración por asíndeton o polisíndeton. La anáfora es la repetición de la misma palabra al principio de cada oración o de cada verso. Puede que esto no constituya siempre lo que llamaríamos una lista.

El asíndeton es una estrategia retórica que omite las conjunciones entre los elementos de una serie. Un buen ejemplo es el clásico comienzo del Orlando furioso de Ariosto: «Las damas, caballeros, armas, amores, / y grandes hechos, quiero aquí cantar»

Lo contrario de un asíndeton es un polisíndeton, que une todos los elementos de una serie. En el libro II de El paraíso perdido de Milton, el verso 949 ilustra un asíndeton, seguido en el verso siguiente por un polisíndeton: y con cabeza, manos, alas y pies, nada, se sumerge, oscila, se arrastra y vuela.

y con cabeza, manos, alas y pies, nada, se sumerge, oscila, se arrastra y vuela.

La historia de la literatura está llena de colecciones obsesivas de objetos. A veces son de carácter fantástico,como lascosas que, según Ariosto, encontró en la luna Astolfo, que había ido allí a recuperar el ingenio de Orlando. A veces son inquietantes, como las listas de sustancias malignas que usan las brujas en el acto IV de Macbeth. A veces son éxtasis de perfumes, como la colección de flores que Giambattista Marino describe en su Adonis (VI, 115-159). A veces son miserables pero esenciales, como la colección de pecios que permiten a Robinson Crusoe sobrevivir en su isla, o el pequeño y humilde tesoro que, según nos cuenta Mark Twain, reúne Tom Sawyer. A veces son vertiginosamente normales, como la enorme colección de objetos insignificantes en la cocina de Leopold Bioom. A veces son profundas, pese a su inmovilidad museística, casi funeralesca, como la colección de instrumentos musicales descrita por Thomas Mann en el capítulo VII de Doctor Fausto.

La enumeración caótica no es lo mismo que el monólogo interior. Todos los monólogos interiores de Joyce serían simples conjuntos de elementos completamente anómalos si no fuera porque, para convertirlos en un todo coherente, suponemos que emergen de la conciencia de un personaje concreto, sucesivamente, por medio de asociaciones que el autor no siempre está obligado a explicar.

CÓMO ESCRIBIR

Cuando los entrevistadores me preguntan: «¿Cómo ha escrito usted sus novelas?», suelo cortar en seco esta línea de interrogatorio respondiendo: «De izquierda a derecha». Creo que no es una respuesta satisfactoria, y que puede provocar cierto estupor en los países árabes y en Israel. Ahora tengo tiempo para dar una respuesta más detallada.

En el transcurso de la escritura de mi primera novela, aprendí varias cosas. En primer lugar, que «inspiración» es una mala palabra que los autores tramposos utilizan para parecer intelectualmente respetables. Como dice el viejo refrán,el genio es en un diez por ciento inspiración y en un noventa por ciento transpiración. Dicen que el poeta francés Lamartine describía a menudo las circunstancias en las que escribió uno de sus mejores poemas: aseguró que le había llegado completamente compuesto en una súbita iluminación, una noche que paseaba por el bosque. Después de su muerte, encontraron en su estudio un impresionante número de versiones de ese poema, que había estado escribiendo y reescribiendo a lo largo de los años.

¿Qué hago durante los años de gestación literaria? Recopilo documentos, visito lugares y dibujo mapas; observo planos de edificios, o quizá de un barco, como en el caso de La isla del día de antes, y también esbozo las caras de los personajes. Para El nombre de la rosa hice retratos de todos los monjes de los que hablaba la novela. Paso esos años de preparación en una especie de castillo encantado, o, si lo prefieren,en un estadio de enajenación autista. Nadie sabe qué estoy haciendo, ni siquiera los miembros de mi familia. Doy la impresión de estar haciendo un montón de cosas diferentes, pero estoy siempre concentrado en captar ideas, imágenes y palabras para mi relato. Si al escribir sobre la Edad Media veo pasar un coche por la calle y me impresiona por ejemplo su color, consigno la experiencia en mi cuaderno, o simplemente en mi memoria, y ese color desempeñará más tarde un papel en la descripción de, pongamos, una miniatura.

La narrativa es, en primer lugar y principalmente, un asunto cosmológico. Para narrar algo, uno empieza como una suerte de demiurgo que crea un mundo, un mundo que debe ser lo más exacto posible, de manera que pueda moverse en él con absoluta confianza.

Otra pregunta frecuente es: «¿Qué idea vaga o plan detallado tiene usted a la hora de empezar a escribir?». No fue hasta después de mi tercera novela cuando adquirí conciencia plena de que cada una de mis novelas crecía a partir de una idea fecunda que era poco más que una imagen. En Apostillas a «El nombre de la rosa» dije que había empezado a escribir esa novela porque «quería envenenar a un monje». En realidad, no tenía deseo alguno de envenenar a un monje, es decir, nunca he querido envenenar a nadie, ni a un monje ni a un seglar. Simplemente me impresionó la imagen de un monje envenenado durante la lectura de un libro. Quizá estuviera recordando una experiencia que tuve a los dieciséis años: en la visita a un monasterio benedictino (Santa Scolastica en Subiaco), anduve por los claustros medievales y entré en una oscura biblioteca donde, abierto sobre un atril, encontré el Acta Sanctorum. Al pasar las páginas de ese enorme volumen en profundo silencio, con unos rayos de luz filtrándose por las ventanas de cristal esmerilado, tuve seguramente algo así como un estremecimiento. Más de cuarenta años después, ese estremecimiento resurgió de mi inconsciente. Esa fue la imagen fecunda. El resto vino a pedazos, en mis esfuerzos por dar sentido a esa imagen. Y vino por sí mismo, gradualmente, hurgando en veinticinco años de viejas fichas de archivo sobre la Edad Media, originalmente rellenadas con un propósito completamente distinto.

Antes he dicho que una vez que he encontrado la imagen fecunda, la historia puede avanzar sola. Eso es verdadero solo hasta cierto punto. Para que la historia sea capaz de avanzar, el escritor debe imponer algunas restricciones. Las restricciones son fundamentales en cualquier cometido artístico. Un pintor que decide usar óleos y no témpera, un lienzo y no un muro; un compositor que opta por una clave determinada, un poeta que elige usar pareados, o endecasílabos en lugar de alejandrinos: todo eso conforma un sistema de restricciones. También ocurre con los artistas de vanguardia, que parecen eludir las restricciones; ellos simplemente fijan otras, que pasan inadvertidas.

Mi novela está sujeta a muchas otras restricciones, pero no puedo revelarlas todas. Para escribir una novela exitosa, es necesario mantener en secreto ciertas recetas.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXVI


 

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GRANDEZAS Y MISERIAS DEL ESCRITOR

-Pero, en el fondo, nada está jamás perdido, pues el escritor se nutre de todos los alimentos de su adolescencia.

Personne n’est plus puissant qu’un écrivain qui sache manier le verbe.
. -Nadie es más poderoso que un escritor que sepa manejar el verbo.

Escribir es a menudo dar una forma precisa a cosas que deberían permanecer desconocidas

Julien Green On est si sérieux quand on a 19 ans : Journal (1919-1924

N’importe quoi… Écrire n’importe quoi est peut-être le meilleur moyen d’aborder les sujets qui comptent, d’aller au plus profond par le chemin le plus court. On dira tout uniment ce qui passe par la tête, au gré du souvenir. La mémoire nous livre tout en désordre, à tout moment du jour. On imitera ce désordre. Il n’y aura pas d’itinéraire précis dans l’exploration de notre passé, et c’est ainsi que je vois les choses aujourd’hui, 20 novembre 1959.

-No importa qué… Escribir no importa qué es quizás la mejor manera de abordar los motivos que cuentan, llegar a lo más profundo por el camino más corto. Se dirá únicamente lo que pasa por la cabeza, en grado de recuerdo. La memoria nos libra de todo desorden, en cualquier momento dle día. Se imitará este desorden. Y no habrá itinerario preciso en la exploración de nuestro pasado, es así como yo veo las cosas hoy.

DIARIOS . JEUNES ANNÉES. PARTIR AVANT LE JOUR

ANDRÉ GIDE DIARIO

¡Escribir! ¡Ah, qué delirante júbilo!, ¡qué locura! Pensar, soñar, y cantar lo que se ha soñado y pensado.

Hay algo terriblemente amargo en el tener éxitos y fracasos uno solo.

En mi habitación, una cama baja; un poco de espacio, un mueble de madera con ancha tabla horizontal a la altura del pecho; una mesita cuadrada; una silla dura. Imagino echado; compongo andando; escribo de pie; paso a limpio sentado. Estas cuatro posiciones se me han vuelto casi indispensables.

Recursos para entrenarse y para incitar a trabajar 1. Intelectuales: a) Idea de la muerte inminente. b) Emulación; sentimiento preciso de la propia época y de la producción de los demás. c) Sentimiento artificial de la propia edad; emulación por la comparación con la biografía de los grandes hombres. d) Contemplación del trabajo de los pobres; sólo una furiosa labor puede excusar a mis ojos mi riqueza. La fortuna considerada únicamente como permiso para un trabajo libre. e) Comparación del trabajo de hoy con el trabajo de la víspera; y elegir como referencia el día en el que uno ha trabajado más; convencerse con este falso razonamiento: nada me impide trabajar lo mismo hoy. f) Lectura de obras mediocres o malas; sentir en ellas al enemigo y Trabajar por odio a esas obras. (Recurso poderoso; pero más peligroso que la emulación.) 2. Materiales (todos dudosos): a) Comer poco. b) Mucho calor en las extremidades. c) No dormir demasiado (7 horas bastan). d) No intentar nunca motivarse instantáneamente por la lectura ni por la música; o bien elegir un autor antiguo y no leer (pero hacerlo piadosamente) más en este caso son siempre los mismos: Virgilio, Molière y Bach (leído sin ayuda del piano); el Cándido de Voltaire; o, por razones muy distintas, los primeros volúmenes de la correspondencia de Flaubert, o las Cartas a su hermana, de Balzac.

En cuanto a libros, sólo diccionarios. Nada que distraiga o que seduzca. Nada debe salvarnos del aburrimiento, más que el trabajo.

«Oh —dice—, tengo un método propio para leer deprisa y todos los libros. Soy un trabajador tremendo; durante nueve o diez meses al año, sin parar, trabajo doce horas al día. Ya he producido una veintena de volúmenes».
Palabas de D’anunzio según Gide.

«He puesto mi genio en mi vida —me decía—, y no he puesto más que mi talento en mis obras; lo sé, y ése es el gran drama de mi vida».

Oscar Wilde, según Gide

-Considerando que el adorno no tiene razón de ser si no es para ocultar algún defecto, y que sólo el pensamiento que no es lo bastante bello debe temer la perfecta desnudez.

A las famosas «tres unidades» yo añadiría una cuarta: la unidad de espectador. Implicaría que importa que, trátese de una obra de teatro o de un libro, la creación poética se dirija, de principio a fin, al mismo lector o espectador.

SAUL BELLOW/ENTREVISTA

-Me parece que el arte tiene que ver con lograr la quietud en medio del caos.

CERVANTES/QUIJOTE

-Hacerse poeta, que según dicen es enfermedad incurable y pegadiza.

-Estas no son aventuras de ínsulas, sino de encrucijadas, en las cuales no se gana otra cosa que sacar rota una cabeza o una oreja menos.

EMERSON

-El hombre es solo la mitad de si mismo; la otra mitad es su expresión.

GARCÍA PAVÓN/CERCA DE OVIEDO

-Cuando se tiene verdadera fiebre de novelista, es perfectamente compatible el dejarse arrastrar por la vida y el analizarla fríamente, tomando de ella los elementos necesarios para la urdimbre literaria, sin que la mayor o menor intimidad de quienes hemos trastocado su foque al sujeto literario. Tiempo después aprecié por experiencia estos últimos razonamientos y comprendí cuánto tenemos de monstruos quienes padecemos de bacilo literario. Los sentimientos más íntimos, los seres más queridos, las situaciones más personales, a la postre, los archivamos como objetos de arte. No sé si nuestros sentimientos se volcarán de lleno en algún afecto…; si ocurre, casi mecánicamente, con enorme impudicia para toda profanación, estamos seguros de que en aquel momento hemos conseguido nuestro mejor argumento.

Así siempre, como si fuese el arte una especie de dios que nos usa como lente para ver en los demás y en nosotros mismos.

CARMEN MARTÍN GAITE

-Narrar es, pues, conjurar el tiempo, abrigarse de él, de su intemperie.

-La literatura es en primer término y antes que todo, libertad.

-Lo importante es querer decir algo y querer decirlo bien.

CUADERNOS DE TODO Y DE NADA

NIETZSCHE

-No hay criatura más terrible ni más repulsiva que el hombre que huye de su propio genio.

SÓFOCLES/EDIPO REY

-El que no tiene temor ante los hechos tampoco tiene miedo a la palabra.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXV


LA MONSTRUOSIDAD DE ESCRIBIR

MÁS SOBRE FLAUBERT Y LA ORGÍA PERPETUA DE VARGAS LLOSA

-«En una carta a su amiga Mme. Roger des Gennettes, Flaubert le explicó algo que resulta evidente a queines escriben novelas, pero que les cuestas más trabajo comprender a los otros; la intervención decisiva que tiene, en la elección del tema, el factor irracional, aquel dominio al que la voluntad y la conciencia no mandan, sino obedecen, y desde el que ciertas experiencias claves, almacenadas allí y , a manudo, olvidadas, operan secretamente sobre las acciones, pensamientos y sueños humanos, como su remota raíz, como su explicación profunda. A ello se refería Flaubert al afirmar que el escritor no elige libremente sus temas… Esto significa que el novelista no crea a partir de la nada, sino en función de su experiencia, que el punto de partida de la realidad ficticia es siempre la realidad real tal como la vive el escritor. Ciertos temas se le imponen, igual que el amor y el sufrimiento, los deseos y las pesadillas. Esto no quiere decir, naturalmente, que la «inspiración» baje hacia él como un efluvio celestino, sino sencillamente, que tiene un pasado y un presente, una suma de experiencias, algunas de las cuales le sirven de materiales de trabajo. Ciertos asuntos tocan fibras profundas de su ser, excitan su sensibilidad, provocan en él la voluntad de crear, y otros, en cambio lo dejan indiferente… Resulta sintomático que el más racionalista y premeditado de los escritores, aquel que fiaba todo el proceso creador a la voluntad, señale la concordancia entre tema y temperamento como el secreto de la obra lograda. Lo cual significa también, que la discordancia entre ambas cosas, el autor que, por ejemplo, se impone por razones morales o políticas un tema irrito a su temperamento, pueda explicar en muchos casos el fracaso de una obra».

-«Su primera operación de novelista consiste en un pillaje sistemático de todo lo que está al alcance de su sensibilidad…Y es también lo que quiere decir la otra célebre frase suya… que el novelista sólo inventa historias a partir de su historia personal. El grado de conciencia que tiene el novelista de sus hurtos varía, claro está, y no es raro el caso del autor inconsciente del saqueo que sustenta su obra. En cambio , es difícil que un novelista llegue a tener conciencia cabal de todo lo que ha usado para crear, porque este pillaje no solo es multitudinario sino también extremadamente complejo. Una novela no resulta de un tema sustraído a la vida, sino, siempre, de un conglomerado de experiencias, importantes, secundarias e ínfimas, que ocurridas en distintas épocas y circunstancias, empezadas al fondo del subconsciente o frescas en la memoria, algunas personalmente vividas, otras simplemente oídas, otras más bien leídas, van de manera paulatina confluyendo hacia la imaginación del escritor, la que como una poderosa mezcladora, las deshará y rehará en una sustancia nueva a la que las palabras y el orden dan otra existencia. De las ruinas y disolución de la realidad real surgirá entonces algo muy distinto, una respuesta y no una copia, la realidad ficticia.

-Flaubert es uno de los escritores más lúcidos respecto a este proceso de conversión de lo real en ficticio. Desde muy joven sostuvo, con toda claridad que su vocación, no solo le permitía considerar el mundo como una cantera, sino que lo exigía. Tenía 21 años cuando le dijo a su compañero Ernet Chevalier que para él las personas eran nada más que pretextos para libros, y que esa curiosidad incidía por igual sobre lo «bueno» y lo «malo» pues la verdad estaba en todo. Vale la pena leer con cuidado esta cita juvenil, contiene tres elementos precoces de su teoría de la novela: (1) que el escritor se sirve sin escrúpulos de toda la realidad; (2) la ambición totalizadora y (3) la idea de que la novela debe mostrar, no juzgar.

-La convicción de que la realidad es ólo un material de trabajo se manifiesta, por supuesto, en esa manía de documentación llevada por Flaubert a extremos titánicos. Pero no son solo los libros, periódicos y los especialistas que consultas, las fuentes de su trabajo. Él convierte en literatura todo lo que le va ocurriendo, su vida entera es canibalizada por la novela.

-…No hay cinismo en esto. Flaubert irá al entierro porque siente esa muerte y porque quiere hacer un buen gesto hacia su amigo. Al mismo tiempo, sabe algo irremediable: es posible que la ceremonia le sea útil. Una novela se hace mediante sustracciones de ese género. Si son inevitables, no hay por qué avergonzarse, es preferible asumirlas como un elmento necesario de la creación.

-«Lo cual significa que en el escritor hay un desdoblamiento constante, que en él coexisten dos hombres: el que vive y el que mira al otro vivir, el que padece y el que observa ese padecimiento para usarlo. Esta duplicidad del novelista, éste vivir y compartir la experiencia humana y al mismo tiempo ser un frío y codicioso explotador de la vida propia y ajena, es algo de lo cual Flaubert tomó conciencia durante su viaje a Oriente. La condición del creador, hombre que participa sin participar, que está en la vida sin estar, le pareció una «monstruosidad».

COMENTARIO PERSONAL

No soy el único escritor al que algún lector le ha dicho cosas sobre sus textos que a él le parecen insólitas e incomprensibles. Las citas de Vargas Llosa sobre Flaubert explican muchas cosas que los escritores comprendemos pero no así los lectores. Esta duplicidad de ser al mismo tiempo persona y escritor es algo que todo escritor debe asumir en algún momento de su camino como escritor o de otra forma nada de lo que escriba merecerá la pena. Es lo que Henry Miller llamaba «explotar como escritor». Cuando te sientes tan agobiado por los problemas éticos de escribir que no puedes formar una frase sin plantearte cómo la recibirá el lector, si es ética, si se ajusta a la verdad absolutamente, si la realidad debe ser expresada de una determinada forma o exige ser reflejada como en un espejo, si la utilización como modelo de tal o cual persona real a la que conoces o de la que te han hablado, si es ético utilizar ciertas confidencias, ciertas intimidades, como material para tu novela, si te pasas toda tu vida de escritor sintiendo remordimientos por esto o aquello que has escrito, si te angustia haber utilizado a personas queridas para conseguir un determinado efecto en una determinada novela… más vale que dejes la escritura y te dediques a otra cosa, porque nunca serás un escritor, la realidad que describes será ñoña, será un cuadro naíf en el que la vida son niños ingenuos jugando en jardines del Edén o graciosas figuritas de adultos paseando del bracete por largas avenidas. Si sientes miedo a utilizar tu propia experiencia vital, transformada cómo y hasta donde tú consideres conveniente, si te aterroriza pensar lo que los lectores podrían llegar a creer sobre tus ideas, tus sentimientos, tu supuestas experiencias, que confundirán lo ficticio con lo real y a tus personajes malvados con la personalidad del autor, si piensas que los lectores estarán convencidos de que para escribir ciertas escenas y describir a ciertos personajes has tenido que vivir algo parecido, que un autor no puede describir el mal sin ser malo, a un asesino sin haber matado, a un miserable sin haber actuado de forma miserable en algún momento de su vida… entonces es mejor que te dediques a otra cosa, porque nunca serás un buen escritor. Serás ñoño, beatón, un pelota que intenta halagar a todos y que al final ofende a todos, intentarás ser políticamente correcto y acabarás siendo un escritor ridículo y tan, tan malo que tú mismo vomitarás al leerte. No se puede ser un buen escritor sin llegar a convertirse, de alguna manera, y como dice Flaubert,en un «monstruo». Alguien que intenta vivir dos vidas paralelas, la de la persona «normal» que vive en una sociedad y que trata con otros seres humanos, y la del escritor que necesita aprovechar como material incluso las experiencias más desdichadas y terribles, como un entierro, por ejemplo, según cuenta Flaubert.

¿Hasta dónde puede llegar un escritor sin perder su ética, su condición humana, su sensibilidad? Esto ya es cuestión de cada uno, lo mismo que cada uno tiene su ética personal y su carácter y vive su vida a su manera. Habrá escritores que a algunos lectores le parezcan repugnantes y habrá otros que a otros lectores les parezcan puro almíbar empalagoso, beatones repelentes y cínicos pelotas que solo pretenden halagar. Habrá escritores que trazarán líneas rojas en ciertos lugares y otros que las situarán más allá o más acá. A un escritor le puede parecer inmoral, vergonzoso, describir la intimidad de un ser querido, a la que ha tenido acceso por confidencias o en momentos de debilidad y a otro le puede parecer natural utilizar esa vivencia en una novela, siempre que transforme esa realidad de tal forma que resulte irreconocible para la persona utilizada. De hecho a mí me ha ocurrido en más de una ocasión que alguien conocido me ha comentado que le he utilizado para tal o cual personaje o he utilizado determinadas experiencias que él me ha contado, cuando eso no es cierto en absoluto, simplemente me he limitado a describir la naturaleza humana tal como yo la veo y a contar un conjunto de experiencias todas mezcladas y manipuladas para conseguir un fin. El escritor se puede encontrar con lectores que se crean retratados en sus novelas cuando lo cierto es que sí utilizó como modelos a determinadas personas, pero no precisamente a los que se quejan. Poniendo un ejemplo grosero y gracioso, no todos los personajes delgados reflejan a todas las personas reales que son delgadas ni un personaje calvo tiene que ver con fulanito al que tú tratas todos los días. Tampoco es así en cuanto al carácter, las cualidades, los perfiles psicológicos. Un tímido no tiene que ser necesariamente fulanito de tal, muy tímido, al que tú conoces. Has podido conocer, y de hecho has conocido, a muchos tímidos, a muchos deslenguados, desvergonzados, cuitados, a todo tipo de personas y de caracteres. Cuando un escritor se sirve de personas reales o vivencias personales normalmente, salvo que funcionen tal cual en la historia, lo que es muy raro, transforma a esas personas en personajes e incluso puede fusionar a unas cuantas personas en un solo personaje, o puede manipular y transformar una historia real hasta el punto de que resulta irreconocible incluso para sus protagonistas. La realidad es la realidad, la vida es la vida y la ficción es la ficción, aunque en una novela puede estar todo mezclado y resulte imposible de distinguir, como en un cóctel perfecto ni el mejor catador podría distinguir la cantidad exacta de cada ingrediente e incluso algunos le resultarían desconocidos. Pocas preguntas tan tontas e inútiles como cuando un supuesto sabiondillo, periodista, crítico, lector, o lo que sea le pregunta a un escritor cuánto hay de real, de autobiográfico, de experiencia vital, en una determinada novela y cuánto de ficción.Un escritor nunca puede contestar a esta pregunta porque ni él mismo lo sabe de forma absoluta. ¿Cómo cambia la realidad, la vida, que yo diga en una novela lo que no dije a una determinada persona real, cuando sólo lo pensé? La obsesión por reflejar la vida y la realidad en una novela, en una ficción, me parece mezquina y patológica. En realidad, si nos ponemos filosóficos, ¿cuánto de verdad hay en la historia y cuánto de ficción? ¿Podemos saber cómo era Napoleón o cómo fue en realidad Nerón, por lo que ha llegado hasta nosotros? No, solo nos llega lo que otros dijeron de ellos, algunos los conocieron, es cierto, pero teniendo en cuenta lo que dicen de nosotros los que nos conocen, lo que hay de verdad en ello o solo malevolencia y mala leche, solo cotilleo, o tal vez una perspectiva de los hechos muy diferente a la nuestra, nos daremos cuenta de lo difícil que es saber lo que es real, lo que se ha vivido, especialmente cuando pasa el tiempo. Dentro de cien años, todos calvos. En efecto, dentro de cien años nadie sabrá de mí, y sin embargo he vivido, he experimentado realidades incontrovertibles, he pensado y sentido pensamientos y sentimientos que nadie conoce. Si dentro de cien años solo uno de mis textos llegara a alguien podría éste pensar que era un lujurioso ridículo porque ha leído un párrafo de mi Diario de un gigoló, o que era un escritor terriblemente serio y dramático, oscuro, porque toda mi obra humorística habría desaparecido en la nada. Dentro de cien años mi imagen, suponiendo que tuviera alguna, podría ser tan absolutamente limitada, podada, tan tergiversada por los pocos textos que alguien leyera o por lo poco que hubiera quedado en mi en la Red o por lo que un descendiente de alguien que me conoció recuerda que le contara su ancestro, que sería más un personaje de ficción que una persona real.

A mí, particularmente, me tiene sin cuidado que Don Quijote pudo ser un personaje basado en un hidalgo que existió realmente, porque nunca sabré si era parecido al Quijote literario o era muy diferente, si en lugar de comer esto o aquello comió aquello o esto. Hay detalles que no tienen la menor importancia a la hora de leer una obra literaria. No se trata de recuperar la historia, la vida, la realidad, porque esto es imposible, incluso aunque se intente con ética absoluta y con una veracidad a prueba de bomba, porque el tiempo todo lo erosiona, lo demuele, lo anula, la verdadera historia no son cuatro personajes que pasaron a ella por cuatro hechos conocidos, la verdadera historia es la vida completa de todos y cada uno de los seres humanos que han poblado este planeta y no de lo que hizo un Hitler o un Stalin, porque sus víctimas eran tan reales , estuvieron tan vivas como ellos o más, porque la maldad está más cercana de la nada que la bondad.

El que un escritor, un creador, haya manipulado sus vivencias, la realidad, la vida, no es algo tan terrible como puede parecer, porque el tiempo hace lo mismo y los resultados son mucho más pobres, porque una obra literaria puede permanecer cien años o más, o muchos más, con una totalidad muy aproximada a cómo fue escrita, mientras la vida, la realidad de las personas o será completamente eliminada del recuerdo o será mucho más tergiversada que cualquier obra literaria. Un escritor puede sentirse un monstruo cuando hace esto, cuando va a un entierro y al mismo tiempo que comparte sufrimiento con los seres queridos del difunto, puede estar pensando en lo bien que le vendrá esta escena real, vital, para la historia de ficción que está esbozando. Lo mismo que no se le pide a un asistente al entierro que en su mente, en su interior, tenga que estar todo el tiempo sufriendo y recordando al difunto y meditando sobre la fugacidad de la vida y llorando a lágrima vida, a un escritor tampoco se le puede pedir que mientras está viviendo no esté pensando y recopilando vivencias para posibles historias ficticias futuras. No podemos ser tan hipócritas de tildar a un escritor de persona sin entrañas porque está viviendo dos vidas paralelas, la monstruosidad de dos personalidades diferentes, cuando todos los demás asistentes a ese entierro están pensando y sintiendo lo que les viene en gana, incluso algunos se morirían de vergüenza si algún telépata estuviera percibiendo sus pensamientos y sentimientos. Lo único que hace el escritor es decir lo que los demás ocultan, y esto no es totalmente así porque la manipulación de la realidad, de la vida, exigida por la ficción está muy lejos de hablar en voz alta de lo que realmente piensa y siente. Un escritor no es como son sus personajes, ni su vida ha sido y es como lo que cuenta en sus novelas, aunque haya algo de ello, a veces mucho, y aunque un lector avispado puede intuir lo que hay oculto tras las bambalinas.

Y para rematar, un apunte, una pequeña reflexión, sobre un tema de actualidad, los límites de la libertad de expresión en el arte. Terminar en la cárcel por una creación artística o literaria no parece casar muy bien con la libertad de expresión, pero utilizar el arte, la literatura, la creación, como un arma arrojadiza contra cualquiera, escondiendo la mano que tirado la piedra, amparándonos en que todo es arte, todo es literatura, todo es creación, tampoco parece algo que deba ser amparado por la libertad de expresión. Un escritor, un artista, un creador debe hacerse responsable de todo lo que crea y asumir las consecuencias, fueren las que fueren. Si vive en una sociedad reprimida sexualmente y su creación con tintes eróticos, molesta, no está obligado a admitir que en lugar de arte hizo pornografía y que la sociedad siempre tiene razón, aunque sea una sociedad victoriana, beatona, reprimida. Pero sí debe ser consciente de las consecuencias de sus actos y si decide ser valiente y enfrentarse a una mentalidad conservadora y reprimida luego no puede quejarse, puedes estar muy orgulloso de tu mentalidad abierta y de tus dotes como creador, pero si eres valiente y decides que merece la pena ir a la cárcel por defender una concepción artística y por cambiar a la sociedad, luego no te quejes. Quien se pone en vanguardia en una batalla sabe que puede recibir más balas que los que van en retaguardia o han salido huyendo. Una obra de arte, una creación, no lo ampara todo, como si quisiéramos extender un toldo por todo el cielo para no mojarnos cuando llueve, eso es imposible. En una sociedad donde deberían estar claros todos los derechos fundamentales de la persona, la pirámide de valores y qué valores son prioritarios, están más arriba que otros, porque un derecho fundamental esté arriba, en la cúspide, de la pirámide, no significa que deba estar por encima de otros valores fundamentales que también están en esa cúspide, Habrá que ver en cada momento y circunstancia si un valor debe estar siempre por encima del otro o a su altura o unas veces por encima y otras por debajo. Está claro que el valor supremo es el derecho a la vida, por lo tanto si el derecho a la libertad de expresión, en algún momento, vulnera ese derecho fundamental, está claro que debe situarse por debajo y prevalecer el derecho a la vida. Defender el terrorismo, en cualquier creación literaria o artística, no puede estar amparado por la liberta de expresión, porque cuando este derecho colisiona con el derecho a la vida debe bajar un escalón, eso está claro, pero también debe estarlo la proporcionalidad y justicia de las penas que deberían acarrear la vulneración de este derecho. No se puede castigar igual un asesinato que una amenaza. Si el pensamiento no delinque toda manifestación exterior y real de este pensamiento sí puede delinquir, por lo tanto si tenemos absoluto derecho a la libertad de pensamiento, no tenemos el mismo absoluto derecho a manifestar lo que pensamos en forma de palabra, creación artística o acto. Si no se debería censurar previamente ninguna creación artística, está claro que sí puede tener consecuencias si estamos vulnerando derechos fundamentales de otras personas. El arte, la creación, no es el paraguas perfecto para tirar la piedra y esconder la mano, pero tampoco debería ser censurado, perseguido, incluso antes de que tenga lugar su manifestación. Si alguien se siente ofendido por alguna creación literaria o artística está en su perfecto derecho a reclamar a través de la ley, pero a ésta también debemos exigirla que sea justa y que armonice todos los derechos fundamentales que están en la cúspide de la pirámide. Puede haber situaciones en las que esta armonización sea compleja pero nunca se debería confundir los intereses concretos de una persona o grupos de personas con la verdadera posición de los derechos fundamentales de la persona en la cúspide de la pirámide de valores que debe tener toda sociedad si quiere considerarse democrática, humana y no una selva donde siempre ganan los más fuertes. Un artista debe ser responsable de sus actos como los enfermos mentales lo somos de los nuestros, nuestra enfermedad no ampara o debiera no amparar todo tipo de comportamientos, lo mismo que el hecho de ser un artista o creador. La responsabilidad concreta está en cada persona y lo mismo que habrá que ver cómo influye un determinado tipo de enfermedad mental en la responsabilidad de un enfermo que comete determinados actos, habrá que ver hasta dónde llega la obra de arte, la creación, y hasta donde llega la vulneración de los derechos fundamentales de otras personas. El arte, la enfermedad mental, todo, no dejan de ser los actos de personas concretas sometidos a las leyes de una sociedad que si quiere ser respetada tendrá que tener muy en cuenta dónde se sitúa cada derecho fundamental en una pirámide de valores.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXIV


MÁS SOBRE LA NOVELA

EL GENIO

Esta referencia al genio es también característica del pseudo-erudito. Le encanta hablar del genio, porque el sonido de la palabra le exime de descubrir su significado. La literatura está escrita por genios. Los novelistas son genios. Bueno, pues vamos a clasificarlos. Y eso es lo que hace. Todo lo que hace. Todo lo que dice es probablemente exacto; pero inútil. Se mueve alrededor de los libros y no a través de ellos: o bien no los ha leído o no sabe leerlos como es debido. Y los libros hay que leerlos- mal asunto, porque requiere mucho tiempo-; es la única manera de averiguar lo que contienen. Hay algunas tribus salvajes que se los comen, pero la lectura es el único método de asimilación conocido en Occidente. El lector debe sentarse a solas y luchar con el escritor, y esto no lo puede hacer el pseudo-erudito.

CRITICA LITERARIA

En la crítica literaria es donde el pseudo-erudito puede resultar más pernicioso, porque imita los métodos de un verdadero erudito sin estar pertrechado para ello. Clasifica los libros antes de haberlos comprendido o leído; ése es su primer delito.
La prueba final de una novela será el cariño que nos inspire.

El carácter intenso y sofocantemente humano de la novela no se debe eludir; la novela chorrea humanidad; no podemos escapar de la elevación de la inspiración ni de la caída del aguacero, ni podemos mantenerlos al margen de la crítica. Tal vez odiemos lo humano, pero si tratamos de conjurar o purificar la novela de ello, ésta se marchitará, quedará un puñado de palabras y poco más.

FANTASIA

La tónica general de las novelas es tan literal, que cuando surge lo fantástico se produce un efecto curioso: mientras que unos lectores se mocionan, otros se ponen fuera de sí. Lo fantástico exige un ajuste adicional debido a lo extraño de su método o de su tema: es como una de esas exposiciones en las que hay una exhibición especial por la que se pagan seis peniques más sobre el precio de entrada. Algunos lectores pagan encantados: fueron a la exposición sólo por la exhibición secundaria; es a ellos únicamente a quienes me dirijo ahora. Otros se niegan indignados, y también éstos cuentan con nuestra más sincera estima, porque el sentir aversión por lo fantástico en literatura no equivale a sentir aversión por la literatura. Ni siquiera implica falta de imaginación, sino simplemente una cierta renuencia a responder a las exigencias que a ella le imponemos… La fantasía nos pide pagar algo extra.Implica lo sobrenatural, pero no necesita expresarlo.

ARTIFICIOS.- La introducción de dioses, fantasmas, ángeles, monos, monstruos, enanos o brujas en la vida ordinaria; la introducción de hombres corrientes en una tierra de nadie, sea el futuro, el pasado, el interior de la tierra o la cuarta dimensión; introspección o escisión de la propia personalidad y, por último, el mecanismo de la parodia o la adaptación.

Durante mis preparativos para El péndulo de Foucault, pasé una tarde tras otra, justo hasta la hora de cerrar, andando por los pasillos del Conservatorio de Artes y Oficios, donde se desarrollan algunos de los principales acontecimientos de la historia. Para describir el paseo nocturno de Casaubon por París, desde el Conservatorio hasta la place des Vosges y luego hasta la torre Eiffel, pasé varias noches deambulando por la ciudad entre las dos y las tres de la madrugada, dictando a una grabadora de bolsillo todo lo que veía, para no equivocarme con los nombres de las calles y las intersecciones.

De esta manera, aprendí que una novela no es solamente un fenómeno lingüístico. En poesía, las palabras son difíciles de traducir porque lo que cuenta es su sonido, así como sus significados deliberadamente múltiples, y es la elección de las palabras lo que determina el contenido. En narrativa, encontramos la situación opuesta: es el universo que ha construido el autor lo que dicta el ritmo, el estilo e incluso la elección de las palabras. La narrativa está gobernada por la norma latina «Rem tene, verba sequentur» («Si dominas el tema, las palabras vendrán solas»), mientras que en poesía, deberíamos cambiarla por «Si dominas las palabras, el tema vendrá solo».

La narrativa es, en primer lugar y principalmente, un asunto cosmológico. Para narrar algo, uno empieza como una suerte de demiurgo que crea un mundo, un mundo que debe ser lo más exacto posible, de manera que pueda moverse en él con absoluta confianza.

No me cuento entre los malos escritores que dicen que solo escriben para sí mismos. Lo único que los escritores escriben para sí mismos son las listas de la compra, que les ayudan a recordar lo que tienen que comprar y pueden tirar después. Todo el resto, incluidas las listas de la lavandería, son mensajes dirigidos a alguien. No son monólogos; son diálogos.

Lo que me gustaría decir aquí es que los llamados escritores «creativos» (y ya he explicado lo que puede significar ese pícaro término) no deberían facilitar jamás interpretaciones de su propio texto. Un texto es una máquina perezosa que desea implicar a los lectores en su trabajo, es decir, es un artilugio concebido para provocar interpretaciones (como escribí en mi libro The Role of the Reader). A la hora de interpretar un texto, es irrelevante preguntar al autor. Al mismo tiempo, el lector o la lectora no pueden ofrecer una interpretación cualquiera según su antojo, sino que tienen que asegurarse de que el texto, de algún modo, no solamente legitima una lectura determinada, sino que también la incita.

Decir que las interpretaciones de un texto son potencialmente ilimitadas no significa que la interpretación no tenga objeto o cosa existente alguna (hecho o texto) sobre la que concentrarse. Decir que un texto potencialmente no tiene fin no significa que cada acto de interpretación pueda llevar a un final feliz. Por este motivo, en Los límites de la interpretación propuse una suerte de criterio de falsificabilidad (inspirado por el filósofo Karl Popper): si bien puede resultar difícil decidir si una interpretación determinada es buena, o decidir cuál de las dos interpretaciones de un mismo texto es mejor, siempre es posible ver que una interpretación determinada es descaradamente falsa, alocada o descabellada.

Algunas teorías contemporáneas de la crítica dicen que la única lectura fiable de un texto es una interpretación errónea, y que un texto solo existe en virtud de la cadena de respuestas que suscita. Pero esa cadena de respuestas representa los usos infinitos que podemos hacer de un texto (podríamos, por ejemplo, usar una Biblia en lugar de un leño en nuestra chimenea), no el conjunto de interpretaciones que dependen de una serie de conjeturas aceptables sobre la intención de ese texto.

Así, Dumas comenta en sus memorias: «Crear personajes que matan a los de los historiadores es privilegio de los novelistas. El motivo es que los historiadores evocan a simples fantasmas, mientras que los novelistas crean a personas de carne y hueso»

También traté de explicar a mi amigo que la capacidad de un personaje ficticio para hacer llorar a la gente depende no solo de sus cualidades, sino también de los hábitos culturales de los lectores, o de la relación entre sus expectativas culturales y la estrategia narrativa. A mediados del siglo XIX, la gente lloraba, sollozaba incluso, por el destino de la Fleur-de-Marie de Eugène Sue, mientras que hoy, los infortunios de la pobre muchacha nos dejan cínicamente indiferentes. En contraste con ello, hace décadas mucha gente se vio conmocionada por el destino de Jenny en Love Story de Erich Segal, tanto la novela como la película.

Pero ¿estamos seguros de que los personajes de ficción no gozan de ningún tipo de existencia? Usemos los términos «Objeto Físicamente Existente» (OFE) para designar objetos que existen en la actualidad (como usted, la luna y la ciudad de Atlanta), así como para objetos que solo existieron en el pasado (como Julio César o las naves de Colón). Sin duda, nadie diría que los personajes de ficción son OFE. Pero ello no significa que no sean en absoluto objetos.

Basta con adoptar el tipo de ontología desarrollado por Alexius Meinong (1853-1920) para aceptar la idea de que cualquier representación o juicio debe corresponder a un objeto, aun cuando ese objeto no sea un objeto existente. Un objeto es cualquier cosa dotada de ciertas propiedades, pero la existencia no es una propiedad indispensable. Siete siglos antes de Meinong, el filósofo Avicena dijo que la existencia era simplemente la propiedad accidental de una esencia o sustancia («accidens adveniens quidditati»). En este sentido, puede haber objetos abstractos —como el número diecisiete o un ángulo recto, que no existen exactamente, sino que subsisten— y objetos concretos, como yo mismo y Ana Karenina, con la diferencia de que yo soy un OFE y Ana no.

Por definición, los textos de ficción hablan claramente de personas y acontecimientos no existentes (y precisamente por esta razón, reclaman la suspensión de nuestra incredulidad). Por ello, desde el punto de vista de una semántica condicionada por la verdad, una afirmación en una ficción siempre dice algo contrario a los hechos.

Pese a ello, no consideramos mentiras las afirmaciones de la ficción. En primer lugar, cuando leemos una pieza de ficción, aceptamos un acuerdo tácito con su autor o autora, que finge que lo que ha escrito es cierto y nos pide fingir que nos lo tomamos en serio. Al hacer esto, todo novelista diseña un mundo posible, y todos nuestros juicios sobre lo verdadero y lo falso se refieren a ese mundo posible. Así, desde el punto de vista de la ficción, es cierto que Sherlock Holmes vivía en Baker Street y, desde el punto de vista de la ficción, es falso que viviera en las orillas del río Spoon.

Los textos de ficción nunca toman como escenario un mundo totalmente diferente del mundo en que vivimos, aunque se trate de cuentos de hadas o historias de ciencia ficción. También en esos casos, si sale un bosque, se entiende que es más o menos como los bosques de nuestro mundo real, donde los árboles son vegetales y no minerales, etcétera. Y si por una de esas nos dijeran que el bosque está hecho de árboles minerales, las nociones de «mineral» y «árbol» serían las mismas que en nuestro mundo real.

EL ESCRIBIR VITO PORLOS ESCRITORES XXIII


VISTA POR VARGAS LLOSA

LA ORGÍA PERPETUA

-Algunos sostienen que madame Bovary es una novela donde no ocurre nada, salvo el lenguaje. No es así, en madame Bovary ocurren tantas cosas como en una novela de aventuras, matrimonios, adulterios, bodas, viajes, paseos, estafas, enfermedades, espectáculos, un suicidio, solo que se trata en general de aventuras mezquinas.

-Hechos narrados desede la emoción o el recuerdo del personaje/ El estilo materialista de Flaubert hace que la realidad subjetiva en madame Bovary tiene consistencia y peso físico como lo objetiva.

-El tratamiento de lo sexual en la narrativa es uno de los más delicados, tal vez el más arduo, junto con lo político. Como en ambosasuntos existe para el autor y para el lector una carga tan fuerte de prevenciones y convicciones, es dificilísimo fingir la naturalidad, «inventar» esas materias, darles autonomía, invenciblemente se tiende a tomar partido por o contra algo, a demostrar en vez de mostrar. Asi como, según ciertos teólogos, por la bragueta se suelen ir más hombres al infierno, gran número de novelas se precipitan a la incalidad por el mismo sitio. En ningún otro tema es tan patente la maestría de Flaubert como en la dosificación y distribución de lo erótico en madame Bovary.

-La presencia del sexo en una novela no me interesa como a un frío observador, para estudiarlo prefiero un manual.

-En mi caso ninguna novela me produce gran entusiasmo, hechizo, plenitud, si no hace las veces, siquiera en una dosis mínima, de estimulante erótico.

-He comprobado que la excitación es más profunda en la medida en que lo sexual no es exclusivo ni predominante sino se complementa con otras matereias, se halla integrado en un contexto vital complejo y diverso, como ocurre en la realidad: me excita menos un libro de Sade donde el monotema desvitaliza el sexo y lo convierte en algo mental, que por ejemplo los episodios eróticos (muy escasos» de Esplendores y miserias de las cortesanas de Balzac (recuerdo sobre todo los roces de unas rodillas en un carruaje) o los que salpican las mil y una noches en la versión del doctor Madran.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXII


TEMAS EN LA NOVELA

LUIS RACIONERO/EL ARTE DE ESCRIBIR

SUSPENSE
• El suspense: el único recurso literario que surte efecto ante tiranos y salvajes.

TEMAS
• Los principales hechos de la vida humana son cinco: el nacimiento, la comida, el sueño, el amor y la muerte. PodrÍamos elevar el número- añadir la respiración, por ejemplo- pero estos cinco son los más evidentes. Estudiemos brevemente el papel que desempeñan en nuestra vida y en la novela.

¿Qué hace el novelista?. ¿Tiende a reproducirlos con exactitud o tiende a exagerarlos, a minimizarlos, a ignorarlos y a presentar a sus personajes atravesando vicisitudes que ustedes y yo atrevamos, aunque llevan el mismo nombre.

• Al novelista se le permite recordar y comprender todo, si le convine. Conoce toda la vida oculta. ¿En qué momento después de su nacimiento tomará a los personajes?. ¿Hasta qué punto los seguirá antes de la tumba?. ¿Qué dirá o hará sentir respecto a estas dos extrañas experiencias?…La comida es un nexo entre lo conocido y lo olvidado; está íntimamente unida al nacimiento- que ninguno de nosotros recuerda- y se enlaza con el desayuno de esta mañana. Como el sueño- al que en muchos aspectos se parece-, la comida no solamente restituye nuestra fuerza, sino que tiene también un aspecto estético: puede saber bien o mal..¿Qué ocurrirá en la literatura con esta mercancía de dos caras?

• No vamos hablar de la naturaleza del sueño o de los sueños; solamente señalaremos que ocupan buena parte del tiempo, y que lo que llamamos “Historia” solo tiene por objeto dos terceras partes del ciclo humano y construye sus teorías a partir de ellas. ¿Adopta la novela una actitud similar?

• El sueño ocupa unas ocho horas de las veinticuatro del día; la alimentación, otras dos. ¿podemos atribuir al amor otras dos? Se trata de un cálculo generoso. Ésta es en parte la condición humana. Constituido así el propio novelista, toma su pluma en la mano, se introduce en ese estado anormal que se ha dado en llamar “inspiración” y trata de crear personajes. Estos tienen quizá que enfrentarse con otros elementos en la novela -lo que suele ser frecuente, aunque las obras de Henry James son un caso extremo-, y entonces, como es natural, los personajes tienen que modificar su carácter.

• LA MUERTE.- Les gusta porque la muerte redondea bien los libros y porque -algo menos evidente-, al moverse en el tiempo, le resulta más fácil operar desde lo conocido hacia la oscuridad que desde la oscuridad del nacimiento hacia lo conocido.

• LA COMIDA.- En la novela es principalmente social. Sirve para reunir personajes que rara vez la necesitan fisiológicamente, rara vez la disfrutan y jamás la digieren, a menos que se les pida especialmente.

• EL SUEÑO.- Un acto mecánico también. Ningún autor intenta describir la inconsciencia o el mundo de los sueños. Se introducen con un propósito que no es la vida del personaje en su conjunto, sino la parte de ella que vive cuando está despierto. Nunca se concibe a aquél como una criatura que pasa un tercio de su vida en la oscuridad.

• EL AMOR.- En primer lugar, cuando el novelista pasa de concebir a sus personajes a darles forma, el “amor” -en cualquiera de sus aspectos o en todos- cobra importancia en su mente y, sin pretenderlo, hace a sus personajes excesivamente sensibles a él (excesivamente porque en la vida real no se preocuparían tanto). -Una segunda razón..es que el amor, como la muerte, se adapta al espíritu del novelista porque proporciona un final adecuado a los libros…Toda emoción fuerte lleva consigo la ilusión de la permanencia, y los novelistas han sabido utilizar esto. Normalmente terminan sus libros con una boda, y nosotros no objetamos nada porque les entregamos nuestros sueños.

• El incidente surge del personaje y lo transforma. Los personajes y los sucesos se hallan íntimamente enlazados, y el autor consigue esto mediante estas invenciones. A menudos son encantadores, a veces conmovedores y siempre inesperados. El impacto que nos producen, seguido de la sensación de “pues sí, está bien”, es señal de que todo marcha bien con el argumento; los personajes, para ser reales, deben ir sobre ruedas, pero un argumento debe suscitar sorpresa.

EL TIEMPO
• Para un novelista, en cambio, nunca es posible negar el tiempo en el entramado de su novela: aunque sea de una manera superficial, debe aferrarse al hilo de su historia. Debe tocar por fuerza esa interminable solitaria, so pena de volverse incomprensible, lo que en su caso supondría un patinazo.

• En una novela siempre hay un reloj.
• La base de toda novela es una historia, y esa historia consiste en una narración de hechos organizados en una secuencia temporal.
• Existe una novelista que ha intentado lograr la abolición del tiempo, y su fracaso es aleccionador: Gertrude Stein.

LA HISTORIA EN LA NOVELA

• Todos estamos de acuerdo en que el aspecto fundamental de una novela es que cuenta una historia…Este es el aspecto fundamental sin el cual no pude existir. Ese es el denominador común a todas las novelas.

• Podemos ya definir la historia: es una narración de sucesos ordenados en su orden temporal.

• En cuanto tal, la historia solamente puede tener un mérito: el conseguir que el público quiera saber qué ocurre después. A la inversa, sólo puede tener un defecto: conseguir que el público no quiera saber lo que ocurre después. Estas son las dos únicas críticas que pueden hacerse a una historia como Dios manda.

• Si Dios pudiera contar la historia del universo, el universo entero se convertiría en ficción.

• La ficción es más verdad que la Historia, porque va más allá de lo visible.

PERSONAJES

• Los actores de una historia son, o fingen ser, seres humanos.

• La función del novelista es revelar la vida interior en su origen.

• Todo lo observable en un hombre – es decir, sus acciones y la existencia espiritual que puede deducirse y la existencia espiritual que puede deducirse de sus acciones- pertenece al dominio de la Historia. Pero su faceta novelesca o romántica abarca la pura pasión, es decir los sueños, gozos, penas y autoconfesiones que la educación o la vergüenza le impiden expresar, y el mostrar esta faceta de la naturaleza humana es una de las principales funciones de la novela.
• La gente de una novela, si el novelista lo desea, puede ser comprendida del todo por el lector.

• ¿En qué se diferencian los seres que nacen en la novela de los que nacen en la tierra?. No podemos generalizar porque no tiene nada en común en el sentido científico; por ejemplo, no necesitan tener glándulas de secreción, en tanto que los seres humanos sí las tienen. Sin embargo, aunque escapan a una definición estricta, tienen a comportarse dentro de las mismas pautas.

• Podemos dividir a los personajes en planos y redondos.

• PLANOS.- Unas veces se les llama estereotipos y otras caricaturas. En su forma más pura se construyen en torno a una sola idea o cualidad; cuando predomina más de un factor en ellos, atisbamos el comienzo de una curva que sugiera al círculo…Una de las grandes ventajas de los personajes planos es que se les reconoce fácilmente cuando quiera que aparecen…Para un autor es una ventaja el poder dar un golpe con todas sus fuerzas, y los personajes planos resultan muy útiles, ya que nunca necesitan ser introducidos, nunca escapan, no es necesario observar su desarrollo y están provistos de su propio ambiente: son pequeños discos luminosos de un tamaño preestablecido que se empujan de un lado a otro como fichas en el vacío o entre las estrellas; resultan sumamente cómodos…Una segunda ventaja para el lector es que son fáciles de recordar después.

Una novela que sea medianamente compleja suele exigir tanto personajes planos como redondos.-

• Los personajes de Dickens son casi todos planos. Casi todos ellos pueden resumirse en una frase, y, sin embargo, existe una maravillosa sensación de profundidad humana. Probablemente, la inmensa vitalidad de Dickens hace que sus personajes vibren un poco; así que toman prestada de él la vida y parecen tener una existencia propia.

• Los personajes planos en sí no son un logro tan grande como los redondos..son mejores cuando son cómicos.

PROFECIA
• La profecía .. es un tono de voz. Puede llevar implícitas cualquiera de las creencias que han dominado a la humanidad: cristianismo, budismo, dualismo, satanismo o simplemente el amor y el odio humanos elevados al tal potencia que desbordan sus receptáculos normales, pero no nos preocupa directamente qué visión concreta del mundo se recomienda.

• El aspecto profético exige dos cualidades: humildad y la suspensión del sentido del humor.

PUNTOS DE VISTA PARA CONTAR LA HISTORIA

• ”TODO EL INTRINCADO PROBLEMA DEL MÉTODO EN EL ARTE DE LA FICCIÓN(DICE PERCY LUBBOCK) ME PARECE GOBERNADO POR LA CUESTIÓN DE LA PERSPECTIVA: LA CUESTIÓN DE LA RELACIÓN EN QUE EL NARRADOR SE SITÚA EN LA HISTORIA”.

• ¿Puede el escritor compartir con el lector los secretos de sus personajes?…:más vale que no lo haga. Es peligroso; generalmente conduce a un descenso de la temperatura, a la laxitud intelectual y emocional y, peor aún, a la jocosidad; es una invitación amistosa a ver cómo se sostienen las figuras por detrás…Se consigue intimidad, sí, pero a costa de la ilusión y de la nobleza. Es como ofrecer una copa a una persona para que no critique nuestras ideas.

• Son las confidencias sobre individuos concretos las que perjudican y apartan de los personajes al lector llevándole a examinar la mente del novelista. Y en momentos así nunca hay gran cosa en ella, porque nunca se halla en un estado creativo…Confiarle al lector nuestra visión del universo es cosa muy distinta. No es peligroso para un novelista apartarse de sus personajes -como hacen Hardy o Conrad- y generalizar sobre las condiciones en que cree que la vida se desenvuelve.

• REDONDOS.- La prueba de un personaje redondo está en su capacidad para sorprender de una manera convincente. Si nunca sorprende es plano. Un personaje redondo trae consigo lo imprevisible de la vida.

• Todos los personajes principales de Guerra y paz, todos los de Dostoievsky, todos los de Proust, Madame Bovary .. son redondos.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XXI


FICCIÓN Y REALIDAD

FRANCISCO UMBRAL

MIS PARAÍSOS ARTIFICIALES

-Nadie se ve vivir a sí mismo y el escritor menos que nadie.

-Ese es el hallazgo máximo del escribir. No se busca la belleza, ni la verdad, ni la justicia, ni la libertad, cosas todas ellas que están en la vida o no están en ninguna parte. SE busca un poco de tiempo en estado puro.

-Afirmaba Ortega que el hombre solo se mueve por razones líricas.

-Una gran obra, sobre todo una gran obra novelesca, tiene una función supletoria de mundo completo, retirado y a salvo del que podemos irnos de vez en cuando, en momentos malos o buenos, en momentos en que nos cansa el mundo que tenemos en torno.

-Pienso que el escritor, el creador de esos vastos mundos novelescos también huye de la vida al escribir.

–El lector busca siempre un autor al que devorar, busca un hombre, una conciencia, una intimidad, un canibalismo espiritual, y se come al protagonista de la novela solo vicariamente. A quien quiere comerse es al autor.

-Todos los realistas se pasan la vida metiendo la tripa, incluso los novelistas sociales españoles de los años cincuenta. Pero al esconder la tripaha sucedido la contemplación del ombligo.

-Proust y Joyce son los padres de la novela moderna porque imponen su subjetividad exasperada y lírica al libro. Se acabó el esconder la tripa.

-En la vida es inevitable traicionar al niño. En el arte se le puede salvar, conservar. Por eso el arte es sagrado.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XX


 

CONSEJOS DE CHEJOV

Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir.

Cuando escribo no tengo la impresión de que mis historias sean tristes. En cualquier caso, cuando trabajo estoy siempre de buen humor. Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos son los relatos que escribo.

No pulir, no limar demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento.

Lo he visto todo. No obstante, ahora no se trata de lo que he visto sino de cómo lo he visto.

Es extraño: ahora tengo la manía de la brevedad: nada de lo que leo, mío o ajeno, me parece lo bastante breve.
Cuando escribo, confío plenamente en que el lector añadirá por su cuenta los elementos subjetivos que faltan al cuento.
Guarde el relato en un baúl un año entero y, después de ese tiempo, vuelva a leerlo. Entonces lo verá todo más claro. Escriba una novela. Escríbala durante un año entero. Después acórtela medio año y después publíquela. Un escritor, más que escribir, debe bordar sobre el papel; que el trabajo sea minucioso, elaborado.

Te aconsejo: 1) ninguna monserga de carácter político, social, económico; 2) objetividad absoluta; 3) veracidad en la pintura de los personajes y de las cosas; 4) máxima concisión; 5) audacia y originalidad: rechaza todo lo convencional; 6) espontaneidad.

Es difícil unir las ganas de vivir con las de escribir. No dejes correr tu pluma cuando tu cabeza está cansada.
Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina, se puede engañar a la gente e incluso a Dios, pero en el arte no se puede mentir.
Dios te guarde de los lugares comunes.

Lo mejor de todo es no describir el estado de ánimo de los personajes. Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. No publiques hasta estar seguro de que tus personajes están vivos y de que no pecas contra la realidad.
No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XIX


 

ESCRIBIR-LA ORGÍA PERPETUA



PÍO BAROJA

“Yo creo que para ser escritor basta con tener algo que decir, en frases propias o ajenas.”

GRAHAM GREENE

«Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana»

ADOLFO BIOY CASARES

«Yo escribí para que me quisieran: en parte, para sobornar, y, también en parte, para ser víctima de un modo interesante. Para levantar un monumento a mi dolor y convertirlo, por medio de la escritura, en un reclamo persuasivo»

GIACOMO LEOPARDI

«La felicidad que pruebo cuando compongo es el mejor tiempo que paso de mi vida. Pasar los días sin darme cuenta, parecerme las horas cortísimas y maravillarme a menudo de tanta felicidad pasional»

ROLAND BARTHE

«La escritura es ese lugar neutro, compuesto, oblicuo, el blanco y negro en donde acaba por perderse toda identidad, comenzando por la propia identidad del cuerpo que escribe»

DIDEROT

El escritor que sobrevive a su época es el que sabe expresarla de manera más adecuada y concreta, con el mayor relieve y talento.”

FLAUBERT

«Los libros no se hacen como los niños, si no como las pirámides, con un diseño premeditado, y añadiendo grandes bloques, uno sobre otro, a fuerza de riñones, tiempo y sudor»

MICHAEL ENDE

«Las ideas se le vienen a uno al escribir, durante el trabajo. Eso de tener ideas se puede conseguir con la práctica. Es, de verdad, una cuestión de entrenamiento. Quien no sabe tocar un piano se asombra de lo que es capaz un pianista. Pero el pianista tampoco lo ha sabido desde el principio, así, sin más. Se ha ejercitado muchos, muchos años. Con un escritor pasa lo mismo.»

JAVIER ESQUINCA

“Escribir es devolver al mundo a su estado original, expulsarlo hacia el territorio de lo que aún no ha sido nombrado”

ALI CHAMUCERO

«Si los versos no sirven para enamorar, no sirven para nada»

MARIO BELLATIN

«Escribir es como mostrar una huella digital del alma”

HEMINGWAY

“El escribir es, en los mejores momentos, una vida solitaria. Las organizaciones pro-escritores palían la soledad del escritor, pero dudo que mejoren su escritura. Crece en estatura pública según abandona su soledad y a menudo su trabajo se deteriora. Porque hace su trabajo solo, y si es un escritor lo bastante bueno, debe enfrentarse a la eternidad o a la carencia de ella, cada día”.

«De todas las cosas tal y como existen, y de todas las cosas que uno sabe, y de todo lo que uno puede saber, se hace algo a través de la invención, algo que no es una representación sino una cosa totalmente nueva, más real que cualquier otra cosa verdadera y viva, y uno le da vida, y si se hace lo suficientemente bien, se le da inmortalidad. Es por eso que yo escribo y por ninguna otra razón».

KATHERINE NEVILLE

“Pueden impedirte ser un autor publicado, pero nadie puede impedirte ser un escritor, o incluso ser mejor escritor cada día. Todo lo que tienes que hacer para ser un escritor es escribir!”

JAVIER CERCAS

«Escribir es fabricarse una identidad. Dicho de otra manera: el narrador de mi novela sostiene que se trata de un relato real. Pero el relato real es imposible porque existe un punto de vista, porque al contar siempre existe un selección. El relato real es imposible proque en la medida en que uno escribe está haciendo ficción. Siempre.»

«La tarea de la literatura no es crear belleza, sino decir la verdad».

MARTÍN GAITE

«La tarea del escritor es una aventura solitaria y conlleva todos los titubeos, incertidumbres y sorpresas propios de cualquier aventura emprendida con entusiasmo».

FIZGERALD

«Nunca hubo una buena biografía de un buen novelista. No podría haberla. Un novelista son demasiadas personas, si es que es bueno».

OCTAVIO PAZ

«Los poetas no tienen biografías. Su obra es su biografía».

ROA BASTOS

«Escribo para evitar que al miedo de la muerte se agregue el miedo de la vida».

JUAN-MANUEL LLARRUMBE, EDITOR

«El escritor es capaz de comprender, y de asumir, la soledad o el sufrimiento que otros no comprenden, la soledad del corredor de fondo, el sufrimiento de una mujer enamorada, de una mujer que nunca fue amada. Nadie como el escritor asume la desdicha y lo absurdo de la condición humana».

VAZQUEZ MONTALBÁN

El escritor es la chica del bar y el amante de la chica del bar, el gánster y el policía, el homosexual y el fascista, el marxista y el heterosexual, la víctima y el asesino. El asesino de mi novela es el escritor. Es decir, yo. Y si no soy detenido en las horas que siguen a esta revelación es que ya no puedes fiarte ni de la literatura».

BENEDETTI

«El impulso que lleva al escritor a revelar su secreto forma parte de su oficio, que es comunicar. Es común que el artista, tras su descubrimiento que ha efectuado a solas, quiera de inmediato comunicarlo, así sea oralmente. No importa a cuántos. A alguien. En ese instante no piensa que puedan quitarle un tema, copiarle un desarrollo. El arte es generoso, pródigo, dador, y la verdad es que el secreto del escritor sólo adquiere un sentido cuando se hace público».

MARGUERITE DURAS

«Escribir pese a todo, pese a la desesperación».

MILÁN KUNDERA

«Escribo por el placer de contradecir y por la felicidad de estar solo contra todos».

ANTONIO SOLER

El escritor debe ir contracorriente si quiere conquistar territorios a la imaginación».

BELÉN GOPEGUI

«Un escritor no quiere entrar en la academia porque un escritor no escribe para la academia como no escribe para los bienpensantes, como no escribe para bendecir el orden establecido sino sólo la vida, la vida que se abre paso casi siempre a pesar del orden establecido».

SALVADOR GARMENDIA

«Uno escribe porque necesita responder a un impulso de escribir, porque cree que está obligado a expresar determinada realidad, a indagar en la memoria… La actividad continua de un escritor es la escritura, y por eso encuentro injustificable la actitud del escritor que abandona su trabajo. Por eso hay quienes encuentran pesado el trabajo de escribir, el escritor es un ser aburrido, no hace una actividad que se vea inmediatamente. El escritor es un ser insociable, que busca el silencio y la soledad para hacer su trabajo».

LUIS VIDALES

Como escribir es lo más parecido a un parto, yo siempre escribo acostado».

JOSE-LUIS DIAZ GRANADOS

«Por qué escribe un autor es y será siempre un gran misterio».

JOSEPH ROUX

«Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar».

«Aunque soy hombre de letras, no debéis suponer que no he intentado ganarme la vida honradamente».
George Bernard Shaw, dramaturgo irlandés

«Y… si he escrito esta carta tan larga, ha sido porque no he tenido tiempo de hacerla más corta».
Blas Pascal, científico, filósofo y escritor francés

«Un mal escritor puede llegar a ser un buen crítico, por la misma razón por la cual un pésimo vino puede llegar a ser un buen vinagre».
François Mauriac, escritor francés

«Yo no busco un gran número de lectores, sino un cierto número de relectores».
Juan Goytisolo, escritor español

«El escritor original no es aquel que no imita a nadie, sino aquel a quien nadie puede imitar».
Vizconde de Chateaubriand, François René Chateaubriand, escritor francés

«Los que escriben con claridad tienen lectores; los que escriben oscuramente tienen comentaristas».
Albert Camus, escritor francés

«Los que escriben como hablan, por bien que hablen, escriben muy mal».
Conde de Buffon, Georges-Louis Leclerc, naturalista y escritor francés

«Un poema nunca está acabado, solamente abandonado».
Paul Valéry, poeta y escritor francés.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XVIII


 

FILOSOFÍA DE LA LITERATURA

SARTRE

SARTRE
» Un poco como si fuera exorcismo, murmuro: es una banqueta. Pero la palabra queda en mis labios, se niega a posarse en la cosa… Las cosas se han liberado de sus nombres. Están ahí, grotescas, testarudas, gigantescas, y parece una estupidez llamarlas banquetas, o decir que son eso o lo otro. Estoy en medio de las Cosas, las Cosas innombrables. Me encuentro sólo, sin palabras, sin defensas, rodeado por ellas y las tengo debajo, detrás, encima. La Nausea.

TEORÍA DE LA NOVELA

El rasgo esencial de la novela contemporánea es la total carencia de base exterior, de sistema de claridad. Sin postura apriorística alguna en cuestión de saber ideológico, con ausencia de toda certidumbre directriz, las formas quedan condenadas a un proceso de generación y desmoronamiento del que las novelas de Beckett constituyen claro testimonio. Y sin duda, esta falta de certidumbres que transmitir, esta falta de mensaje que revelar, es lo que motiva que tantos y tantos lectores afirmen que las novelas de Beckett representan el fin de la Humanidad. La tragedia moderna expresada en la obra de Beckett pasa inadvertida debido a que nada hay que nos proteja, debido a que no hay nada que haga nacer en nosotros la ilusión de una nueva luz. A través de los siglos, la función de la luz ha sido siempre la de eliminar el desorden y reconciliar el hombre con sus padecimientos

HENRY MILLER

PROSA, SECRETOS
– La prosa tiene dos secretos: transición y reverberación. Que un pensamiento nazca del anterior como el canal del río, con fluida suavidad, y que cada frase interaccione con las otras, como la red de diamantes de Indra en la cual cada eslabón reflejaba y teñía todos los demás. Así, por transición y reverberación, por sfumato y resonancia -como diría Leonardo- las frases armonizan en el párrafo, las partes en el todo, las ideas en el argumento. Que las suaves luces acaben insensiblemente en las placenteras y deleitosas sombras», este leonardesco consejo al pintor debe aplicarse también al prosista en su paso de frase a frase; que las frases se esfumen o contrasten según el ánimo a expresar, pero que se concatenen conscientes de la importancia crucial de la transición. Todo objeto llena los que le rodean de infinitas semejanzas suyas, escribe Leonardo: es el principio de resonancia que De Quincey llama reverberación.

– -» Los dos secretos capitales del arte de composición en prosa son: primero, la filosofía de transición y conexión, o el arte por el cual cada grado en la evolución del pensamiento surge de otro: toda composición fluida y efectiva depende de los conectivos; en segundo lugar, el modo en que las frases se modifican unas a otras; pues los efectos más potentes en la elocuencia escrita provienen de esta reverberación, entre frases en rápida sucesión.».
RECREAR EL MUNDO.
HENRY MILLER.

ARNOLD BENNET


– La idea sólo puede existir en palabras y sólo en una forma de palabras. No se puede decir exactamente la misma cosa de dos modos distintos. Si se altera ligeramente la expresión, se altera levemente la idea. Cuando un autor corrige y pule su estilo, está corrigiéndola idea también. Una idea sólo existe cuando se expresa y no antes. Se expresa claramente una idea vaga, vagamente.
Estoy de acuerdo sobre todo en lo último, en cuanto se aplica al ensayo, la filosofía y la ciencia. Para la poesía y la novela, a veces uno desea transmitir ideas vagas, abiertas, inacabadas.

LUIS RACIONERO

MODULACION

El segundo objetivo de la escritura es crear belleza con el propio medio material de la palabra. Oídos o leídos la palabra, la frase y el párrafo tienen un contenido sensual que se dirige al oído, de modo que hablamos de eufonía en las palabras, musicalidad en la frase, armonía en el párrafo. Para escribir hay que tener oído. En poesía aún más, máxime en los últimos años en que se ha cometido la aventurada innovación de destruir la rima. Crear belleza en la expresión escrita implica desear la proporción dentro de las frases, entre éstas y con el párrafo, modular los sonidos de modo que confieran musicalidad a la escritura.

¿Qué implica el objetivo modulación en cuanto a las palabras?. Eufonía, seleccionar las quesuenen bien, sin caer en el ónix, sardónice y carbunclo de Wilde, o los nenúfares de Villaespesa. Hay que sopesar las calidades de las palabras, no por el significado –que ya se hizo cuando aplicamos el objetivo de claridad-, sino por su sonoridad, poder sugeridor, color emocional. Cada uno tiene sus palabras favoritas: a mí me gustan crepúsculo, tiniebla, transfondo, vislumbrar, amatista.. ¡Qué mas dá¡, cada uno tendrás las suyas. ¡Qué hermoso atesorar un harén de palabras favoritas¡. A veces me duermo pensando en una de ellas, oyéndola, explorando sus aureolas. Unamuno hablaba de los nimbos de las palabras: los tienen.
El objetivo de modulación aplicado a la frase se logra con la cadencia. Cadencia es regularidad en la combinación de las duraciones de los sonidos. Es grata al oído,y por ello se dice voz cadenciosa; se puede aplicar a los movimientos de danza y a los que sin serlo, tienen ritmo: andar cadencioso. En la frase la cadencia nace físicamente de la pausa para respirar, sobre la cual se elabora y embellece, como en la música, cuando ésta cae suavemente.

ORIGINALIDAD EN LA FORMA
-PROUST.- Hay que ocuparse sólo de la impresión o de la idea a traducir. Los ojos del espíritu se tornan hacia dentro, hay que esforzarse por expresar el modelo interior con la mayor fidelidad posible. Un solo detalle de más (para brillar, o para no brillar demasiado, por afán de chocar, o por la infinita voluntad de ser “clásico”) compromete, la experiencia y el descubrimiento de una ley. No sobran las fuerzas de sumisión a lo real para pasar de la impresión en apariencia simple, del mundo de lo invisible, a aquel de lo concreto, en el cual lo inefable se resuelve en fórmulas claras.
El escritor, colocado entre la luz y la oscuridad, es un crepúsculo, es el obstáculo poderoso que impide a la luz pura de la impresión dominar a la pura oscuridad del medio expresivo, y a éste aniquilarse en aquélla. El escritor está en una zona que no es luz ni oscuridad, como la duda, la opinión, la perplejidad, e incluso el razonamiento, porque también éste es algo que no es luz ni tinieblas. RACIONERO A.E

POESIA

Quizá la prosa bien escrita se ha refugiado en la poesía, donde, abolida la rima, el poema se convierte en una sucesión de frases bien hechas que describen imágenes evocadoras. RACIONERO- A.E.

“LA POESIA es conversión en el sentido más personal y más íntimo del diálogo. Un poema no está vivo hasta que un lector no reaccione a las palabras escritas porel poeta. La propaganda es un monólogo que no busca una reacción, sino un eco. No reconocer la diferencia entre poesía y propaganda daña a ambas”.

…La dificultad de analizar los mecanismos de la obra maestra, pues, lógicamente, si así no fuera, llegaríamos a la receta para confeccionarla. Peroentre la lucidez de la fórmula y la ambigüedad de la corazonada existe una zona de penumbra por cuyo claroscuro se orientan los grandes poetas.

JAMES JOYCE
“ Nuestro espìritu no puede estar jamás satisfecho, si no ha podido hacer un claro análisis de lo que hace unos momentos produjo de una manera inconsciente”. Citado L.I. a las Humanidades pag 27.

PROUST

“En cualquier tipo de expresión adecuada, aunque sea la familiar, habrá siempre instinto y reflexión, inconsciencia inspiradora, adivinación y conciencia; o, incluso, ciencia”. Pag 27 I.H.

BECKETt

CAOS

-“No podemos escuchar una conversación, durante más de cinco minutos, sin tener intensa conciencia de la confusión imperante. Esta confusión nos rodea por todas partes, y el único remedio, en la actualidad, es dejarla entrar. El único medio de renovación consiste en abrir los ojos y contemplar el desorden. No se trata de un desorden que quepa comprender. He propuesto que lo dejemos entrar porque es la verdad. Beckett.

INCONSCIENTE
GRAHAM GREENE
Al preguntarle sobre el papel de su inconsciente en la creación de su obra, a veces encogía los hombres, ante la imposibilidad de concretar. A veces decía, riéndose, que “ quién sabe si despierto copio en el papel lo que dormido he escrito en la mente”.

ENTREVISTA A AUGUSTO MONTERROSO

Se habla de escritores de la razón y de escritores de la emoción ¿Con qué
modelo se identifica y cuál sería en su obra el papel de la intuición?

-Lo he pensado algunas veces y no hay respuestas muy claras a eso, pero si
tuviera que escoger, yo escribo más con la emoción. También se necesita la
inteligencia para dar la forma, para encauzar las emociones, porque el
trabajo con la palabra, con el lenguaje, es un trabajo con la razón.
Ahora, respecto a la intuición, no he pensado en eso, pero sí he pensado
en el instinto. Yo considero el instinto como algo que guía al escritor,
que te dice por dónde ir, cómo hacer. También se habla mucho de si se debe
escribir con la emoción de una experiencia, o después, cuando ya la
emoción se ha asentado. He tenido algunas experiencias con alumnos que me
mostraban un cuento y me decían que lo habían escrito bajo el efecto de
una gran emoción, y eso era, para ellos, lo que tenía valor. Pero para
convertir eso en arte también hace falta inteligencia, instinto. Lo mismo
pasa cuando me dicen que mis cuentos tienen humor, ironía. Estoy en contra
del exceso de humor, de la ironía permanente. El humor forma una parte
importante de la vida, y por eso es bueno que haya humor en la literatura.
De ahí cierta sabiduría literaria para poder transmitir la ironía, para
que el lector reaccione, participe, se sorprenda. Para graduar esos
efectos está el instinto. Llegaríamos entonces a la conclusión de que la
principal cualidad de un escritor es el instinto. Y eso suena como algo
animal… Como soy fabulista, siempre me imagino a los escritores en la
selva, acechados por animales feroces. Es que hay que andar con mucho
cuidado para no desbarrancarse o para no ir a dar a las fauces de una
fiera.

-Cada parte va rigiendo y moderando a la otra. Yo creo que ser escritor es
muy difícil; pero siempre se piensa que lo de uno es lo más difícil.
«Nooo», decimos, «para los pintores, es fácil; para los músicos también.
Lo difícil es ser escritor…». El escritor tiene un concepto, una idea y
sufre por darle forma, por realizarla. No me refiero al temor a la página
en blanco sino al sufrimiento del proceso. Sin darse cuenta, uno ya está
metido en esto y sufriendo, en vez de gozar por lo que escogió hacer.
Pero también hay cierto gozo en la escritura ¿no?
-Bueno, esa es una pregunta que no he podido responderme a mí mismo. No lo
sé, es el gozo lo que se obtiene sufriendo. La escritura es el sufrimiento
del neurótico. La etapa en que está el gozo es cuando he logrado terminar
algo, pero no en el proceso de deslizar el lápiz en la hoja.

¿Qué verdad?
-Bueno, no veo la verdad como una cosa objetiva y única sino como la
verdad literaria de la propia obra: que no engañes al lector, que no hagas
trucos, que no le toques las tripas. Y en cuanto a la belleza, tendríamos
que ir a los griegos, a Platón. La idea de que era arte lo que yo estaba
haciendo me abocó a mi objeto, al trabajo de darle forma al lenguaje. Ni
siquiera me refiero a los problemas que plantea el cuento o la novela sino
al trabajo con lo material del lenguaje. He pensado que de alguna forma el
cuento moderno tiende a ser un texto para ser releído.

¿Es decir que para usted la prosa es una forma de poesía?

-Qué bueno que lo mencione, porque yo parto de que todo arte es poesía.
Todo arte tiende a la poesía, a expresar la poesía. Sólo que a lo mejor
hay muchos que no lo saben. Es falso que la prosa sea una cosa y la poesía
otra. Podemos hacer la distinción entre prosa y verso, pero no entre prosa
y poesía. Es lo mismo para la música o la arquitectura. Si no tiende a la
poesía, el arquitecto es un fabricante de depósitos para vivir.

-Hay complejidades de la forma y complejidades de lo que se quiere decir.
Por lo que hace a la complejidad de la forma, yo tiendo a que no exista, a
que ésta sea sencilla. En cuanto a una complejidad interior, dentro de lo
que he escrito, es otra cosa. Estoy pensando también en los niveles de
lectura. Ahí sí puede haber complejidades. Hay un primer nivel de
lectura simple, lo que se dice, hay otro en lo referencial a otras
literaturas, eso ya lo vuelve más complejo, después estaría la traída y
llevada ironía, que como de vez en cuando aparece, hace más complejo el
sentido. También hay alusiones de segundo grado. Esto sucede sobre todo en
Lo demás es silencio.

-Tengo por principio no explicar nunca una obra. El lector debe
interpretarla como quiera, porque explicarla es matarla. Yo a veces me
sorprendo por la manera en que la interpretan…

¿En la vida, sirve la literatura?
-En la vida sirve muchísimo la literatura. Tal vez yo lo digo porque desde
muy niño tuve la experiencia de combinar vida y literatura. Mi infancia
fue muy pobre, pero muy llena de libros. En mi familia pasamos situaciones
muy difíciles porque mi padre era poeta, bohemio, pero también era un gran
lector y me hizo conocer muchos libros. Así, siempre encontrábamos una
referencia literaria de la cual agarrarnos. Bueno, es para lo que sirve la
literatura. Para cambiar al mundo, sin embargo, lo único que sirve es la
acción.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XVII


¿POR QUÉ ESCRIBEN LOS ESCRITORES?

«Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana»

Graham Greene

«Yo escribí para que me quisieran: en parte, para sobornar, y, también en parte, para ser víctima de un modo interesante. Para levantar un monumento a mi dolor y convertirlo, por medio de la escritura, en un reclamo persuasivo»

Adolfo Bioy Casares

«Los libros no se hacen como los niños, si no como las pirámides, con un diseño premeditado, y añadiendo grandes bloques, uno sobre otro, a fuerza de riñones, tiempo y sudor»

Gustave Flaubert

«La felicidad que pruebo cuando compongo es el mejor tiempo que paso de mi vida. Pasar los días sin darme cuenta, parecerme las horas cortísimas y maravillarme a menudo de tanta felicidad pasional»

Giacomo Leopardi

“El escribir es, en los mejores momentos, una vida solitaria. Las organizaciones pro-escritores palían la soledad del escritor, pero dudo que mejoren su escritura. Crece en estatura pública según abandona su soledad y a menudo su trabajo se deteriora. Porque hace su trabajo solo, y si es un escritor lo bastante bueno, debe enfrentarse a la eternidad o a la carencia de ella, cada día”.

Hernest Hemingway

“Pueden impedirte ser un autor publicado, pero nadie puede impedirte ser un escritor, o incluso ser mejor escritor cada día. Todo lo que tienes que hacer para ser un escritor es escribir!”

Khaterine Neville,

«La tarea del escritor es una aventura solitaria y conlleva todos los titubeos, incertidumbres y sorpresas propios de cualquier aventura emprendida con entusiasmo».

Carmen Martín Gaite

«Escribo para evitar que al miedo de la muerte se agregue el miedo de la vida».

Augusto Roa Bastos

«El escritor es la chica del bar y el amante de la chica del bar, el gánster y el policía, el homosexual y el fascista, el marxista y el heterosexual, la víctima y el asesino. El asesino de mi novela es el escritor. Es decir, yo. Y si no soy detenido en las horas que siguen a esta revelación es que ya no puedes fiarte ni de la literatura».


Manuel Vázquez Montalbán

Escribir pese a todo, pese a la desesperación».

Marguerite Duras

«Aunque soy hombre de letras, no debéis suponer que no he intentado ganarme la vida honradamente».

George Bernard Shaw

«Un mal escritor puede llegar a ser un buen crítico, por la misma razón por la cual un pésimo vino puede llegar a ser un buen vinagre».

François Mauriac

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XVI


EL ARGUMENTO EN LA NOVELA

ARGUMENTO.-
• Lo específico de la novela es que el escritor puede hablar por boca de sus personajes, hablar acerca de ellos o bien hacernos escuchar cuando ellos hablan consigo mismos. Tiene acceso a sus autoconfesiones y, a partir de ahí, puede descender incluso más y asomarnos al subconsciente.

• En la mayoría de las obras literarias existen dos elementos: el individuo humano, del que hemos hablado hace poco, y ese elemento que vagamente denominamos arte. Nos enfrentamos ahora con un aspecto muy superiorel argumento. Este, en lugar de encontrarse con los seres humanos más o menos moldeados a su conveniencia, como se hallan en el teatro, se encuentra con unos seres enormes, sombríos, intratables y ocultos en sus tres cuartas partes, como icebergs. De nada le servirá explicar a estas aricas criaturas las ventajas del triple proceso de planteamiento, nudo y desenlacetan persuasivamente expuesto por Aristóteles. Alguno que otro personaje se levanta y obedece y el resultado es una novela que debería haber sido una obra de teatro.Pero no todos obedecen.Prefieren quedarse sentados en un rincón y rumiar sus pensamientos o algo semejante…Sin embargo, existen ciertos límites.. Los personajes no deben quedarsemeditando demasiado, no pueden perder el tiempo subiendo y bajando escaleras de sus propiasentrañas. Deben contribuir, sino , se pone en peligro intereses superiores. Una contribución al argumento.¡Cuantas veces hemos oido ea frase!. Los personajes de una obra de teatro contribuyen por necesidad, pero, ¿hasta qué punto es esto necesario en una unove?.
Un argumento es también una narración de sucesos, pero el énfasis reca en la causalidad. Una historia es: “El rey murió y luego murió la reina”. Un argumento es: “El rey murió y luego la reina murió de pena”. Se conserva el orden temporal, pero se ve eclipsado por la sensación de causalidad. O también:” La reina murió, nadie sabía por qué, hasta que se descubrió que fue de pena por lamuerte del rey”.Este es un argumento con misterio,forma que admite un desarrollo superior.
Si es una historia, preguntaremos: “¿Y luego, qué pasó?. Si es un argumento, preguntaremos: “¿Por qué? Esta es la diferencia fundamental entre estos dos aspectos de la novela. Un argumento no puede contarse a un público de trogloditas boquiabiertos, ni a un sultán tiránico, ni a un público del cine, su moderno descendiente. A éstos sóloles mantiene despiertos el “y luego.., y luego…”, no pueden aportar más que curiosidad. Y un argumento exige inteligencia y memoria.

• A veces el argumento triunfa demasiado. Los personajes tienen que renegar de su naturaleza a cada momento porque, si no, se ven tan arrastrados por la corriente del destino que ello debilita nuestra fe en su existencia.

• En la desigual batalla que el argumento libra con los personajes, aquél a veces se toma una cobarde venganza. Casi todas las novelas se debilitan hacia el final. Esto se debe a que el argumento requiere una conclusión. ¿ Y por qué es necesario? ¿Por qué no existe una convención que permita al novelista terminar en cuanto se aburre? Por desgracia tiene que redondear las cosas y, normalmente, mientras está en ello los personajes pierden vida y nuestra impresión final es que agonizan.

• La muerte y el matrimonio son casi la única conexión que establece entre los personajes y el argumento; y, siempre que ocurran al final del libro, el lector está más dispuesto a aceptarlo y a adoptar un punto de vista libresco. Al pobre escritor hay que dejarle terminar de alguna manera, tiene que ganarse la vida, como todo el mundo; así que no debe sorprendernos que no se oigan más los martillazos y el ajuste de tornillos. Dentro de lo que cabe generalizar, éste es el defecto inherente a toda novela: al final se estropea.

• Los personajes dejan poco a poco de obedecer al autor; han puesto cimientos sobre los que luego no quieren construir y entonces, el propio novelista tiene que ponerse a trabajar para que la obra quede terminada a tiempo.Finge que los personajes actúan para él. Sigue repitiendo sus nombres y utilizando guiones y comillas. Pero los personajes están ausentes o muertos.

• ¿Por qué hay que planear una novela?. ¿No puede crecer? ¿Por qué necesita un desenlace como las obras de teatro? ¿No puede desplegarse?. El autor, en lugar de situarse por encima de su obra y controlarla, ¿no puede zambullirse dentro de ella y dejarse arrastrar hacia algún objetivo imprevisto? El argumento es emocionante y puede ser hermoso, pero, ¿no es una obsesión tomada del teatro, de las limitaciones espaciales del escenario? ¿No puede la novela idear una estructura menos lógica y al mismo tiempo más acorde con su genio?…Los escritores modernos lo creen así.

• En la novela hay algo más que tiempo, gente, lógica o cualquiera de sus derivados; algo más aparte del destino, incluso. Y con este algo más no nos referimos a nada que excluya a estos aspectos, ni a nada que los incluya o los abarque. Nos referimos a algo que los corta como un haz luminoso, algo que en un punto se relaciona íntimamente con ellos e ilumina pacientemente todos sus problemas, y en otro cae sobre ellos o los atraviesa como si no exisstieran. A este rayo de luz le daremos dos nombres: fantasía y profecía.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XV


NOVELISTAS VISTOS POR NOVELISTAS-CONTINUACIÓN

RULFO
• Rulfo, que me interesa es desabrido en su precisión alunicante de fantasmagorías.

SANCHEZ DRAGO
• Sanchez Dragó es Quevedo en su invención, abigarramiento y locuacidad. Nuestro querido Fernando se había desangrado en el parto de Gárgoris y Habidis, y luego agotado sus fuerzas en la lactancia de semejante monstruo arrasador. Después de ese libro nadie puede negar que Sánchez Dragó posee ese ambiguo don llamado el dominio de la lengua, que consiste, supongo, en usarla imbuido del mismo talante que quienes la inventaron. Ahí es nada. Luis Racionero. A.E.

GALA,ANTONIO
• Gala, aparte de su teatro, es un prolífico articulista que cultiva el género inventado por Aloisius Bertrand y perfeccionado por Baudelaire de la prosa poética. El idioma castellano, tan duro de aristas, se suaviza acariciado por la pluma de Gala, como pocos autores después de Bécquer lo habian conseguido. ..El terciopelo de Gala y la corteza de roble de Sánchez Dragó habrán recubierto de modo distinto sus narraciones, pero en ambas novelas estará presente la voluntad de estilo.

• Los personajes de Dickens son casi todos planos.Casi todos ellos pueden resumirse en una frase, y, sin embargo, existe una maravillosa sensación de profundidad humana. Probablemente, la inmensa vitalidad de Dickens hace que sus personajes vibren un poco; así que toman prestada de él la vida y parecen tener una existencia propia.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XIII


EL ESCRITOR COMO SER HUMANO

AROZAZENA,RAFAEL

Un escritor necesita ser curioso, saber mentir para saber narrar y peinar canas. El tiempo es fundamental. Declaración a Versión española por la película Mararia. No las he recogido literalmente.

BECKET,SAMUEL

“ La subjetividad, tanto si la contemplamos desde el punto de vista fenomenológico como psicólogo, no es más que la aparición en el ser de una propiedad fundamental del lenguaje. Es ego quien dice ego. Ahí encontramos el fundamento de la subjetividad, que se determina por el estatuto lingüístico de la persona.” Novela el Innombrable. I.H. Pag 110.

-“No podemos escuchar una conversación, durante más de cinco minutos, sin tener intensa conciencia de la confusión imperante. Esta confusión nos rodea por todas partes, y el único remedio, en la actualidad, es dejar la entrar. El único medio de renovación consiste en abrir los ojos y contemplar el desorden. No se trata de un desorden que quepa comprender. He propuesto que lo dejemos entrar porque es la verdad. Becket Pag 103 I.H.

CASARES,BIOY.-

“Abandonar un cuento después de escribir unas pocas páginas parece menos grave que abandonar una novela después de muchas páginas. Por eso, ante un cuento uno está menos inhibido y, además preocuparse tanto por el final si la literatura está llena de historias famosas y admirables que concluyen de cualquier modo. Créanme: es necesario para la obra terminar lo que cada cual tiene entre manos, por más que haya cuentos admirables de final mal resuelto o inferior a lo que prometieron .(Sacado libro a la hora de escribir ).

CHANDLER,RAYMOND

El mal escritor es deshonesto sin saberlo, y el escritor más o menos bueno puede ser deshonesto porque no sabe en relación con qué ser honesto. El simple arte de matar pag 207 f.

Es fácil abusar del estilo realista: por prisa, por falta de conciencia, por incapacidad para franquear el abismo que se abre entre lo que a un escritor le gustaría poder decir y lo que en verdad sabe decir. Es fácil falsificarlo: la brutalidad no es fuerza, la ligereza no es ingenio, y esa manera de escribir nerviosa, al-borde-de-la-silla, puede resultar tan aburrida como la manera vulgar; los enredos con las rubias promiscuas pueden ser muy fatigosos cuando los describe un joven gotoso que no tiene en la cabeza otro objetivo que describir un enredo con rubias promiscuas. Y se ha hecho tanto de esto, que cuando un personaje de una narración de detectives dice Yeah, el autor es automáticamente un imitador de Hammett. Pag 213 f. El simple arte de matar.

GREENE,GRAHAM

“Graham trabajaba por la mañana y por la tarde corregía lo escrito aquella jornada. Lo hacía alrededor de las cuatro y media o cinco, después de descansar un rato, a modo de siesta, aunque no siempre durmiese. Leía en alta voz lo escrito para lograr toda la eufonía posible en cada frase. Graham daba suma importancia a la música de la frase. Para él, el mayor elogio con que podía ensalzarse un libro era decir que era readable. con esta palabra designaba el interés, el suspense de las ideas y la musicalidad del estilo. Antes de corregir bebía algo que estimulase su inspiración. Una vez terminado el libro, venía la corrección de toda la obra. Estoy convencido de que esta labor, a veces, era la más difícil de su creación. En ocasiones le oí decir a Grama que se encontraba como bloqueado, sin poder proseguir su obra. Mientras trabajaba en un manuscrito, se sentía llevado por el ala de la inspiración; se sentía feliz -¡sólo relativamente feliz, no podía aspirar a más!- observando cómo avanzaba su obra. Pero cuando llegaba al estadio de la corrección de todo el libro, aquello parecía no tener fin. DE LA BIOGRAFIA DE LEOPOLDO DURAN

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XII


NOVELISTAS VISTOS POR OTROS NOVELISTAS

BELLOC

http://es.wikipedia.org/wiki/Hilaire_Belloc

Leo «The Cruise of the Nona» No me gusta Belloc. Lo exagera todo. Habla mucho de la Verdad, pero no hay verdad en sus sentimientos. Cuando exagera su odio, logra una especie de crudo efecto cómico; pero, cuando exagera sus sentimientos hacia lo que ama, notamos una fundamental falsedad. Ciertamente desea creer, pero ¿cree realmente?. Pag 75 de En Busca de Un personaje de Graham Greene.

ALBERT CAMÚS

http://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Camus

• EL EXTRANJERO.- Todo sentimiento o pensamiento parecen abolidos; él ha sido creado sin psic
ología ni memoria, existe en un presente perpetuo. No es exagerado proponer que son las cosas las que, en último término, han inducido a este hombre al crimen. el sol, el mar, la arena deslumbrante, el cuchillo brillante, el revólver..» Robbe-Grillet.-. Citado L. Racionero A.E.

http://es.wikipedia.org/wiki/Alain_Robbe-Grillet

CARPENTIER,ALEJO.-

http://es.wikipedia.org/wiki/Alejo_Carpentie

• «Quizá Alejo Carpentier se recreaba en la belleza, pero su esfuerzo por maridar cultura criolla con Venecia o Versalles produce alepori (? no lo encuentro en el diccionario).- RACIONERO ARTE DE ESCRIBIR.-

DICKENS VISTO POR GRAHAM GREENE

DICKENS

http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Dickens

He comenzado a releer «David Copperfield». Ciertamente, los dos primeros capítulos de la novela son incomparables; no superados ni siquiera por Proust o Tolstoy. Uno teme el momento en que Dickens caerá como siempre cae, en un sentimentalismo exagerado y ridículo. Cuán perfectamente desarrollado está el idilio de Yarmouth, con la amenaza de míster Murdstone en el fondo. Pag 77 G. G. B. Personaje.

HAMMET VISTO POR CHANDLER

HAMMETT,DASHIEL

http://es.wikipedia.org/wiki/Dashiell_Hammett

Hammett escribió al principio ( y casi hasta el final) para personas con una actitud aguda y agresiva hacia la vida. No tenían miedo del lado peor de las cosas, vivían en ese lado. La violencia no les acongojaba. Hammett devolvió el asesinato al tipo de personas que lo cometen por algún motivo, y no por el solo hecho de proporcionar un cadáver. Pag 211 fi. El simple arte de matar pag 211 final.

Todos los movimientos literarios son así: se elige a un individuo como representante de todo el movimiento; por lo general es la culminación de éste. Hammett fue el as del grupo, pero no hay en su obra nada que no esté implícito en las primeras novelas y cuentos cortos de Hemingway.

El simple arte de matar de Chandler, pag 210


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EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES XI


LA NARRACIÓN DESDE EL PRINCIPIO DE LOS TIEMPOS

RAFAEL AZUAR

http://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Azuar

Me gustan los libros viejos. Tienen sabor a noches de vigilia, a horas de soledad junto a la luz de una lámpara, al silencio en el que se pasa una página y se medita en algo que ya se ha vivido y que, posiblemente, no volverá jamás. Pasará la vida de un hombre, o la de una mujer, y este libro permanecerá, con el misterio de unas palabras que han sido escritas -aunque el lector lo ignore- para siempre. Creo que, en el siglo pasado, la literatura tenía mucha más importancia que en el presente. No solamente las novelas y la poesía estaban llenas de ambiciosas metas, sino que constituían, por sí mismas, un profundo motivo de inquietud en el alma del autor. No se sabía qué era más importante, si la literatura o la vida, y la verdad era que en ambas latía un espíritu invisible y todopoderoso que nos confundía.

En el principio de la Historia, según Hesíodo, las musas deslizaron al oído del hombre mentiras numerosas semejantes a la verdad, pero llegó a ocurrir un día -un hecho por lo demás insólito- que la realidad en que vivimos se manifestaba mucho más rica y fantástica que la imaginación. En efecto, cuánta historia, cuántos delirios, cuántas venganzas y deseos, cuántas novelas nunca escritas, se cumplen en las limitadas horas del día… Nuestra historia se va haciendo, aunque no nos demos cuenta, de aquello que Stendhal llamaba petits faits vrais, en los cuales basaba sus relatos.

En 1887, en el prólogo a su novela Pedro y Juan, Guy de Maupassant hace una notable introspección sobre su arte de novelar y llega a decir que el autor que se propone simplemente divertir a su público escribe sin preocupación alguna, pero aquellos autores «sobre quienes pesan todos los siglos de la literatura pasada, a quienes nada satisface, a quienes todo disgusta porque sueñan en algo mejor, a quienes todo parece ya desflorado, y a quienes, en fin, su obra produce la impresión de un trabajo inútil y común, llegan a juzgar el arte literario como una cosa misteriosa, impalpable, que apenas nos revelan algunas páginas de los más grandes maestros».

Guy de Maupassant se adelanta, en este párrafo, a las más modernas teorías sobre la creación literaria. También nos habla en este prólogo de la que él llama novela objetiva, según la cual no podemos conocer de los seres humanos más que sus gestos y actitudes, lo que nos dicen y lo que hacen, de modo que tanto el autor como el lector aceptan un ejercicio de psicología, sugerida por el autor y más o menos admitida por el lector, el cual ya no es un elemento pasivo, sino recreador del personaje. Esta teoría será desarrollada años más tarde por escritores como Hemingway, Dos Passos y llevada al extremo por Paul Bowles, el autor de El cielo protector.

Las ideas de Maupassant sobre el relato se adelantan medio siglo sobre su tiempo y si leemos las Ideas sobre la novela, de Ortega y Gasset, aparecidas en 1927, no encontraremos nada distinto a lo que ya se dice en el prólogo de Pedro y Juan.

Guy de Maupassant solía llevar sus manuscritos a Gustave Flaubert, a quien llamaba su maestro, el cual le advertía que el talento -o el genio, según se mire- no era más que una larga paciencia.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES X


SOBRE EL ESTILO II

Hay que escribir como se habla, y hay que hablar bien. RACIONERO A.E.

“Sí, corrijo bastante… Pero no sé si es porque soy exigente o porque soy torpe”.. “ A mi me dijeron siempre que me tomo todo a broma y que, por eso, lo que escribo es frío. Repito la lección aprendida: el humor pone distancia entre el lector y el libro…

“Creo que para escribir buena prosa hay que tener buen ojo, o por lo menos conocer las reglas de la versificación, para evitar que se deslicen versos en la prosa. Porque surge un desagradable cambio de ritmo cuando en la prosa aparece un verso bien acentuado.

CONCISIÓN

Debe existir un principio de conexión entre las partes, un objeto que se enseñorea de la frase y reina sobre ella para, sin cambiar de tema ni de escena, llevarla a un cierre perfecto. Una palabra es un plano, una frase una secuencia : se cambia de plano, pero no de escena dentro de la secuencia. La fuerza se consigue con la concisión. Fuera palabras redundantes: Obstat quicquid non adiuvat (sobre lo que no añade). Cada palabra es una idea nueva y cada frase un pensamiento nuevo, sino, sobran. L. Racionero A.E.

COPULATIVAS

-Mucho cuidado con los goznes y articulaciones –como, y, pero, cuyo –que sean rótulas flexibles, no chirriantes junturas oxidadas. Si para la unidad se cuida una idea reina, para la fuerza se cuida la palabra clave, que debe ir en el mejor sitio. Ne decrescat oratio (que no mengüe la frase), las partes se van elevando, nunca pensamiento débil detrás de uno fuerte, no acabar con adverbios, preposiciones o palabras menudas. Hay que ser consciente de un clímax, en cada frase.

GRAHAM GREENE

En cuanto al estilo Graham se puso una meta casi inasequible de perfecta sencillez y precisión. Suprimiría toda palabra inútil.- De la biografía de Leopoldo Duran.

¿Cómo trabajaba? La disciplina de Graham Greene fue meticulosa y diamantina. Sólo una cosa era esencial para el cometido de su vida. Silencio.

BYOY CASARES

CORRECTO USO DEL IDIOMA

“Tal vez para el que empieza no haya parámetros. Cada cual se abre camino como puede; en el fondo, solo y cometiendo errores. Si hay parámetros los da el tino, y el tino lo da la experiencia, y la experiencia la dan los años de trabajo. Cuando yo era un chico leía libros de críticos, gramáticos, filólogos españoles, tradicionalistas y malhumorados, como Clemencín, Rodriguez Marín, Cejador, el padre Mir, e incluso Valbuena y el venezolano Baralt. Me descaminaron, pero ¿qué no me descaminaba entonces? Escribí pensando en el vocabulario y en la gramática: una manera de desviar la atención. Hay que leer a buenos escritores… Yo empecé por los clásicos españoles. Como buscaba la literatura, en ellos la encontré en grandes dosis; para saciarme no me bastaba Cervantes; necesitaba autores menos conocidos como Malon de Chaide. Si bien a la larga fueron ganancia, a la corta me llevaron a escribir paródicamente con unas palabras y en un estilo que no eran míos, ni de mi país ni de mi época. Es verdad que muy pronto incorporé en mis escritos palabras acabas de letras de tantos, y también el estilo, que me pareció prestigiósamente culto, de un ensayo de Carl Jung sobre el Ulysses de Joyce; vertiginosas audacias reconstrucción de historias que pretendían imitar la del Ulysses.” Sacado de Bioy Casares a la hora de escribir.

ESTILO

El estilo no es un adorno como creen algunos, tampoco una cuestión de técnica, es- como el color del pintor- una cualidad de la visión, la revelación del universo particular que cada uno ve, y que no ven los demás. El placer que nos da el artista es revelar un universo mas.- MARCEL PROUST citado por Luis Racionero en El arte de escribir.

Ni un adorno, ni una técnica, sino una visión personal, un punto de vista que revela el mundo desde un ángulo insólito, eso será el fondo del estilo, porque la forma, lo quiera o no Proust –y él la practicaba a fondo-, es una cuestión de técnica: las frases no caen bien porque sí, sino por dar con la cadencia armoniosa, las palabras no suenan bien –por más visión interior que las soporte- si no están elegidas con esmero. Hay una música interior de la escritura hecha de número y ritmo, simetría y rotura de simetría, alternancia y sorpresa, y sobre todo de sonoridad, reverberaciones en la música callada del estilo. ARTE ESCRIBIR

… El escribir depende tanto de la superficialidad de los días de uno. Podemos estar preocupados con compras y réditos y conversaciones casuales, pero la corriente del inconsciente continúa fluyendo imperturbablemente resolviendo problemas, planeando; estamos sentados ante el escritorio, estériles y desanimados, y de repente las palabras vienen a nosotros como el aire; las situaciones que parecían acorraladas en un callejón sin salida se resuelven: la obra se ha llevado a cabo mientras dormíamos o andábamos e tiendas o charlábamos con un amigo… EL FIN DE LA AVENTURA. PAG 23 GRAHAM GREENE

DEFINICION.

Estilo es el nombre latino de una pluma de hierro usada para grabar, como en las tablillas cuneiformes; de ahí se extendió a connotar el arte que nace dela escritura. Así, el más rígido y simple de los instrumentos ha prestado su nombre a la más flexible y sutil de las artes, su aplicación se ha extendido incluso a otras, y así hablamos de “estilos” arquitectónicos. ARTE DE ESCRIBIR.-

El estilo es la manera de expresarse; hay que escribir como se habla, y hay que hablar bien. El estilo se configura hacia dos intenciones: claridad y belleza, debe ser perspicuo y ornado. Para conseguir claridad, que es la cortesía de los escritores –como la puntualidad es la cortesía de los reyes- es preciso parar mientes en la selección de palabras y construcción de frases. Cada palabra expresa una idea, cada frase un pensamiento, cada párrafo un argumento.

FRASES

Baudelaire cuenta su visita a Gauthier. El maestro le espeta, de entrada, si lee el diccionario. Luego le recomienda la palabra exacta, única; el orden, cada toque en su sitio natural; la abundancia, no omitir ningún matiz, y la metáfora, es decir inteligencia de las correspondencias y símbolos universales. Elementos de una frase: palabra exacta, secuencia ordenada, matices completos e imágenes sugeridoras. Entre frases, cuidar que exista transición, lo cual se logra por reverberación y cadencia en fonética y en ideas. Para el párrafo, equilibrio, proporción y plenitud. L. Racionero A.E.

La longitud de la frase depende de las intenciones del autor más de lo que cuenta. Casi todo se puede dividir en frases cortas, pero el estilo telegráfico tiende a ser monótono. Una frase muy larga ahora la atención en un marasmo de palabras. En ambos casos se perderá la atención del lector, que es precisamente lo único que no puede suceder. Hay pensamientos y acciones que piden la frase corta, otros que están mejor expresados en una larga. El autor debe decidirlo calculando el impacto, la impresión que desea lograr en el lector. Para una acción muy viva, es evidente la frase corta; para emociones nobles y elevadas el tono solemne se consigue mejor con frases largas. A menos que se busque un efecto especial, hay que desconfiar de la frase muy corta o muy larga. Alternar frases largas y cortas confiere buen estilo.

PROSA, SECRETOS

La prosa tiene dos secretos: transición y reverberación. Que un pensamiento nazca del anterior como el canal del rio, con fluida suavidad, y que cada frase interaccione con las otras, como la red de diamantes de Indra en la cual cada eslabón reflejaba y teñía todos los demás. Así, por transición y reverberación, por sfumato y resonancia –como diría Leonardo- las frases armonizan en el párrafo, las partes en el todo, las ideas en el argumento. Que las suaves luces acaben insensiblemente en las placenteras y deleitosas sombras”, este leonardesco consejo al pintor debe aplicarse también al prosista en su paso de frase a frase;que las frases se esfumen o contrasten según el ánimo a expresar, pero que se concatenen conscientes de la importancia crucial de la transición. Todo objeto llena los que le rodean de infinitas semejanzas suyas,escribe Leonardo: es el principio de resonancia que De Quincey llama reverberación.

-“ Los dos secretos capitales del arte de composición en prosa son: primero, la filosofía de transición y conexión, o el arte por el cual cada grado en la evolución del pensamiento surge de otro: toda composición fluida y efectiva depende de los conectivos; en segundo lugar, el modo en que las frases se modifican unas a otras; pues los efectos más potentes en la elocuencia escrita provienen de esta reverberación, entre frases en rápida sucesión».

SINÓNIMOS

Soy de los que no creen en los sinónimos. Cada idea tiene una palabra y, sobre todo, viceversa. Si no fuera así, no se habrían inventado más palabras. Con una basta por cada idea. Por tanto, siempre hay un matiz, por sutil que sea, por nimio que parezca, que las diferencia. Tampoco me gusta la costumbre española de no repetir una palabra so pena de escribir mal. Si estamos hablando de lo mismo, hemos por fuerza, de usar la misma palabra, so pena de crear confusión. L. Racionero.- A

BIOY CASARES

TIEMPOS

Muchas dudas con el tiempo de los verbos en la narración. Atención a esa narración en pasado, siempre han sucedido las cosas, el presente es mucho más interesante sobre todo en relatos de suspense. Las cosas que están sucediendo atraen mucho más que las que han sucedido y se relatan ahora.

TRANSICIÓN

Es el fluir suave o abrupto entre palabras y frases. Para conseguir este progreso agradable entre palabras se usan la aliteración y la asonancia. Asonancia es repetir vocales, aliteración repetir consonantes. Los acentos modulan el sonido y el número de sílabas la longitud del sonido, los grupos de sílabas modulan la melodía Si hay además cadencia dentro de la frase, aparece un ritmo.

UNIDADES CLÁSICAS-ACCIÓN-TIEMPO-LUGAR

En mis años de aprendizaje yo estaba en contra de las unidades (las veia como trabas a la libertad) pero con alguna sorpresa fui notando que las historias, cuando se ajustan, cuando se comprimen, salen mejor.

“Conviene que la ficción transcurra en el menor tiempo posible”. BIOY CASARES

VOCABULARIO

“Una ambición que puede ser peligrosa es la detener riqueza de vocabulario. Cuando yo era joven oía con envidia la frase, aplicada a Lugones o algún otro escritor consagrado: “ escribe con todo el idioma”. Probablemente haya que escribir con todo el idioma usual, renunciando a la vanidad de emplear arcaísmos, neologismos y cualquier palabra que llame la atención del lector. En cada texto- y esto parece importante para novelistas y cuentistas- debe uno tratar de que el idioma sea verosímil para el mundo que se describe.

“Vernon Lee, en su libro Traficando con palabras, dice que algunos escritores, para evitar verbos simples como “haber”, “ser”, “estar”, echan mano de expresiones metafóricas. Una ventaja de tales verbos es que se notan menos que los empleados para reemplazarlos. Creo, asimismo, que suele ser preferible repetir una palabra que sustituirla por un sinónimo. En el uso de sinónimos hay que tener cuidado… Se notan a veces . Se notan a veces como si estuvieran escritos en otro tipo de letra. Pueden compararse con máscaras a las que uno reconoce como a través del disfraz.

“Recuerdo una vez más la definición de Bergson: la inteligencia es el arte de solucionar situaciones. Quizá sea más difícil escribir muchas veces “dijo” que poner “pensó” y otros verbos. Uno elegirá la solución que para cada caso convenga. Lo importante es que se lea bien. Lean y relean en voz alta los párrafos, las frases, y no se conformen hasta que no quede en ellos ningún defecto que pasar por alto. Ahora recuerdo otra regla. Por la misma razón que ponemos la revelación al final de la historia, debemos poner lo importante al final de la frase. Esta regla, sin embargo, no debe ser aplicada con insistencia. La lectura de La guerra gaucha, de Leopoldo Lugones, por momentos se vuelve molesta porque toda frase concluye con un efecto y con una sorpresa.” DEL LIBRO BIOY CASARES A LA HORA DE ESCRIBIR

-Para fijar todos los matices del pensamiento no es preciso ese vocabulario rebuscado, complicado, numero y rico que se hace pasar por escritura artística, sino discernir con extrema luicdez todas las modificaciones del valor de una palabras, según el lugar que ocupa. Juntar menos nombres, verbos y adjetivos de significado casi inasible, pero más frases construidas diversamente, cortadas con ingenio, llenas de sonoridades y ritmo sabio. Esforzarse en ser excelentes estilistas antes que coleccionistas de términos raros. L. Racionero A.E.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES IX


EL ESCRITOR Y LAS DIFICULTADES AL ESCRIBIR

GRAHAM GREENE

-El escritor se construye con ayuda de lo que no puede hacer. Una deficiencia es a menudo un don. No podemos robar. Lo único que podemos hacer es avanzar. Avanzar se convierte en una desgracia

-Luego me contó cómo las necesidades económicas le acuciaban sin pausa; cómo en seis semanas escribió El agente confidencial por las mañanas, mientras que al mismo tiempo escribía El poder y la gloria con más calma por las tardes. No tenía nada de dinero en el banco para sostener a su familia. La necesidad le obligaba a trabajar a base de estimulantes. Más tarde durante la guerra, continuó Graham, ya tenía un sueldo oficial, y podía escribir sin ansiedad. Es muy difícil vivir al principio de lo que uno escribe. Le chocaba cómo muchos autores escribían una obra o dos, y luego desaparecían totalmente, a pesar de que las primeras obras hubiesen triunfado. Estos autores, probablemente, solucionaron su problema económico y ya no cultivaron más la literatura. El reflexionaba: Creo que si hubiese nacido en una casa rica, quizá no hubiese escrito sino un libro o dos. BIOGRAFIA LEOPOLDO DURAN.

UMBERTO ECO
CONFESIONES DE UN JOVEN ESCRITOR

En francés existe una distinción entre un écrivain —alguien que produce textos «creativos», como, por ejemplo, un novelista o un poeta— y un écrivant: alguien que registra datos, como un empleado de banco o un policía que prepara el informe de un caso criminal.

En el transcurso de la escritura de mi primera novela, aprendí varias cosas. En primer lugar, que «inspiración» es una mala palabra que los autores tramposos utilizan para parecer intelectualmente respetables. Como dice el viejo refrán, el genio es en un diez por ciento inspiración y en un noventa por ciento transpiración. Dicen que el poeta francés Lamartine describía a menudo las circunstancias en las que escribió uno de sus mejores poemas: aseguró que le había llegado completamente compuesto en una súbita iluminación, una noche que paseaba por el bosque. Después de su muerte, encontraron en su estudio un impresionante número de versiones de ese poema, que había estado escribiendo y reescribiendo a lo largo de los años.

ARNOLD BENNETT.- La idea sólo puede existir en palabras y sólo en una forma de palabras. No se puede decir exactamente la misma cosa de dos modos distintos. Si se altera ligeramente la expresión, se altera levemente la idea. Cuando un autor corrige y pule su estilo, está corrigiéndola idea también. Una idea sólo existe cuando se expresa y no antes. Se expresa claramente una idea vaga, vagamente.

Estoy de acuerdo sobre todo en lo último, en cuanto se aplica al ensayo, la filosofía y la ciencia. Para la poesía y la novela, a veces uno desea transmitir ideas vagas, abiertas, inacabadas.

POESIA

Quizá la prosa bien escrita se ha refugiado en la poesía, donde, abolida la rima, el poema se convierte en una sucesión de frases bien hechas que describen imágenes evocadoras. RACIONERO- A.E.

“LA POESIA es conversión en el sentido más personal y más íntimo del diálogo. Un poema no está vivo hasta que un lector no reaccione a las palabras escritas por el poeta. La propaganda es un monólogo que no busca una reacción, sino un eco. No reconocer la diferencia entre poesía y propaganda daña a ambas”.
…La dificultad de analizar los mecanismos de la obra maestra, pues, lógicamente, si así no fuera, llegaríamos a la receta para confeccionarla. Pero entre la lucidez de la fórmula y la ambigüedad de la corazonada existe una zona de penumbra por cuyo claroscuro se orientan los grandes poetas.

UMBERTO ECO

SOBRE LA POESÍA

Pero, como escribí una vez —si bien en forma de una paradoja que puso en circulación uno de mis personajes ficticios—, hay dos clases de poetas: los buenos, que queman sus poemas a los dieciocho años, y los malos, que siguen escribiendo poesía mientras viven .

Confesiones de un joven novelista.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES VIII


LOS GÉNEROS LITERARIOS

LA CIENCIA FICCIÓN

CITA SACADA DE MIKEL BARCELÓ «CIENCIA FICCIÓN, GUÍA DE LECTURA»

La «Ley de Sturgeon»

En el seno de la ciencia ficción existe un aforismo, conocido como la Ley de Sturgeon, el cual determina que «el noventa por ciento de cualquier cosa es basura». Según parece, nació en los años cincuenta en una mesa redonda sobre ciencia ficción en la que intervenía el autor Theodore Sturgeon. En palabras del propio Sturgeon en una entrevista de 1980:

Había un tipo en la mesa, no recuerdo quién, que estaba por allí recogiendo libros; se los llevó a su cuarto y pasó la noche entera leyéndolos. A la mañana siguiente la mesa se reunió y él vino con todos esos libros llenos de tiras de papel asomando entre las páginas. Bien, durante media hora se dedicó a leer los pasajes marcados. ¡Eran los fragmentos más espantosos que jamás había oído! ¡Horrible! ¡Simplemente horrible! La gente se revolcaba por el suelo. Cuando acabó se volvió hacia mí y me dijo:
-Señor Sturgeon, el noventa por ciento de toda esa ciencia ficción es basura.
Yo me limité a mirarle y contesté:
-Bien, el noventa por ciento de todo es basura.
Poco sospechaba yo que llegaría a ser una Ley.

Mi opinión personal es que esa estimación es benevolente y se queda corta. La realidad es que gran parte de la ciencia ficción (como ocurre en cualquier actividad humana) es irrelevante e incluso podría considerarse basura. Tal vez ello sea un efecto directo de la capacidad media de la especie humana, o simplemente una muestra de la indolencia general. Aunque hay que reconocer que gran parte de la ciencia ficción anterior a los años cincuenta era muy floja en muchos aspectos.

Creo que en las últimas décadas las cosas han mejorado algo en la ciencia ficción, pero sigue siendo cierto que muchos de los libros del género no justifican ni siquiera el tiempo empleado en leerlos. (Incidentalmente me atreveré a repetir, con Sturgeon, que no es un fenómeno exclusivo de la ciencia ficción. Por ejemplo, no todo García Márquez es Cien años de soledad, y ello no impide que se reconozca la calidad de dicha novela).

De entrada renuncio a convencer a los que siguen considerando que la ciencia ficción es un género literario de segunda clase. La experiencia me ha demostrado que quien no ha empezado a apreciar la ciencia ficción en la adolescencia y juventud ha de poseer una gran inteligencia y una gran amplitud de miras para empezar a saborearla durante su vida adulta. La inteligencia tal vez exista, pero es fácil que la mentalidad abierta que exige la ciencia ficción haya desaparecido ya en muchos adultos.

¿QUIÉN ES MIGUEL BARCELÓ’

http://es.wikipedia.org/wiki/Miquel_Barcel%C3%B3

¿QUIÉN ES THEORODRE STURGEON?

http://es.wikipedia.org/wiki/Theodore_Sturgeon
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EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES VII


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EL ESTILO

ESTILO REALISTA.-
El simple arte de matar de Raymond Chandler pag 21
Es fácil abusar del estilo realista. Por prisa, por falta de conciencia, por incapacidad para franquear el abismo que se abre entre lo que a un escritor le gustaría poder decir y lo que en verdad sabe decir. Es fácil falsificarlo; la brutalidad no es fuerza, la ligereza no es ingenio y esa manera de escribir nerviosa, al-borde-de-la –silla puede resultar tan aburrida como la manera vulgar, los enredos con las rubias promiscuas pueden ser muy fatigosos cuando los describe un joven gotoso que no tiene en la cabeza otro objetivo que describir un enredo con rubias promiscuas. Y se ha hecho tanto de esto, que cuando un personaje de una narración de detectives dice yeah, el autor es automáticamente un imitador de Hammett.

BIOY CASARES

EXPRESION
Solo existe una manera de expresar algo: una palabra para decirlo, un adjetivo para calificarlo y un verbo para animarlo. Esto pretendía Flaubert. No está tan claro. Si fuese así, no habría estilo sino el estilo, absoluto, único, perfecto. Flaubert le decía a Maupassant:

“Cuando pase delante de un tendero sentado a su puerta, de un portero que fuma su pipa, de un cortejo de carruajes, muéstreme el tendero, el portero, su pose, su apariencia física, conteniendo además –indicado por la habilidad de la imagen- toda su naturaleza moral, de modo que yo no les confunda con ningún otro tendero o portero, y hágame ver, con un solo rasgo, en qué ese caballero del carruaje no se parece a los otros cincuenta que le siguen y preceden”.

ESTRUCTURA

“La estructura previa suele mostrar en la marcha todas sus deficiencias, ¿No? Por eso cité la frase de Goethe –“El pensamiento no sirve para pensar” -, porque el plan no tiene aún la experiencia que se adquiere a medida que se va escribiendo la historia…En general sé cuando la idea va a dar un cuento o una novela. Si ustedes me preguntan por qué lo sé, me costaría explicarlo. El cuento es como una revelación. Por lo demás, me pregunto si algunas novelas mias no son cuentos.

METáFORA

La parte inmaterial del estilo es la metáfora y el símbolo que se usan para evocar y connotar. Cuando se desean comunicar ideas, se quiere ser claro y preciso. Cuando se expresas emociones, sensaciones o sentimientos que, por definición, son imprecisos, vagos en penumbra, sin fronteras (definir significa poner límites, perfilar), sólo puede recurrirse a la imagen que se convertirá en símbolo o metáfora.
La metáfora es el umbral de la imaginación, el germen de la evocación, el soñador que persigue su sueño (metáfora china). Una metáfora bien nacida desencadena la evocación y provoca una emoción profunda. L. Racionero A.E.

MODULACIÓN

El segundo objetivo de la escritura es crear belleza con el propio medio material de la palabra. Oídos o leídos la palabra, la frase y el párrafo tienen un contenido sensual que se dirige al oído, de modo que hablamos de eufonía en las palabras, musicalidad en la frase, armonía en el párrafo. Para escribir hay que tener oído. En poesía aún más, máxime en los últimos años en que se ha cometido la aventurada innovación de destruir la rima. Crear belleza en la expresión escrita implica desear la proporción dentro de las frases, entre éstas y con el párrafo, modular los sonidos de modo que confieran musicalidad a la escritura.
¿Qué implica el objetivo modulación en cuanto a las palabras? Eufonía, seleccionar las que suenen bien, sin caer en el onix, sardónice y carbunclo de Wilde, o los nenúfares de Villaespesa. Hay que sopesar las calidades de las palabras, no por el significado –que ya se hizo cuando aplicamos el objetivo de claridad-, sino por su sonoridad, poder sugeridor, color emocional. Cada uno tiene sus palabras favoritas: a mí me gustan crepúsculo, tiniebla, trasfondo, vislumbrar, amatista.. ¡Qué mas da! cada uno tendrás las suyas. ¡Qué hermoso atesorar un harén de palabras favoritas¡. A veces me duermo pensando en una de ellas, oyéndola, explorando sus aureolas. Unamuno hablaba de los nimbos de las palabras: los tienen.

El objetivo de modulación aplicado a la frase se logra con la cadencia. Cadencia es regularidad en la combinación de las duraciones de los sonidos. Es grata al oído,y por ello se dice voz cadenciosa; se puede aplicar a los movimientos de danza y a los que sin serlo, tienen ritmo: andar cadencioso. En la frase la cadencia nace físicamente de la pausa para respirar, sobre la cual se elabora y embellece, como en la música, cuando ésta cae suavemente.

ORIGINALIDAD EN LA FORMA

-PROUST.- Hay que ocuparse sólo de la impresión o de la idea a traducir. Los ojos del espíritu se tornan hacia dentro, hay que esforzarse por expresar el modelo interior con la mayor fidelidad posible. Un solo detalle de más (para brillar, o para no brillar demasiado, por afán de chocar, o por la infinita voluntad de ser “clásico”) compromete, la experiencia y el descubrimiento de una ley. No sobran las fuerzas de sumisión a lo real para pasar de la impresión en apariencia simple, del mundo de lo invisible, a aquel de lo concreto, en el cual lo inefable se resuelve en fórmulas claras.

El escritor, colocado entre la luz y la oscuridad, es un crepúsculo, es el obstáculo poderoso que impide a la luz pura de la impresión dominar a la pura oscuridad del medio expresivo, y a éste aniquilarse en aquélla. El escritor está en una zona que no es luz ni oscuridad, como la duda, la opinión, la perplejidad, e incluso el razonamiento, porque también éste es algo que no es luz ni tinieblas. RACIONERO A.E.

PÁRRAFO

El párrafo expresa un argumento o concatenación de pensamientos: es un conjunto de frases. Modularlo es disponer las frases con proporción, como se diseña una fachada situando puertas y ventanas, o un cuadro equilibrando masas y colores. Para conseguir belleza o emoción, hay que modular bien el párrafo, proporcionarlo. A veces, se desea crear tensión y entonces se desequilibra, otras se desea serenidad y se construye el párrafo con simetría. Del mismo modo que la palabra tiene un tono emocional y la frase lo tiene, así el párrafo. Hoy día, que la belleza no se acepta como única finalidad del estilo, se debe, no obstante, adecuar la forma a la emoción que se desea comunicar. Párrafo caótico, inquietante, sosegado, tedioso, vivaz, según lo que se cuenta y cómo se desea contarlo. Normalmente, el qué y el cómo se apoyan: un pensamiento sublime es una frase solemne; una situación noble es un párrafo armonioso. Una acción caótica es un párrafo discorde. Para que el párrafo esté bien modulado, hay que alternar frases largas con cortas y conectarlas en párrafos bien proporcionados. Luis Racionero. A. E.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES VI


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FOTO DE BIOY CASARES

LA CREACIÓN Y LAS MANÍAS A LA HORA DE ESCRIBIR

CREACION
– El acto creativo es una onirosíntesis, combinación inconsciente realizada en estado similar al sueño. El acto de creación guarda una estrecha relación conlaregeneración biológica: cuando una célula se quiere regenerar, regresa a la indiferenciación; cuando la mente quiere generar, regresa al sueño de la razón que –según Goya- produce monstruos. La creatividad comienza donde el lenguaje termina; todo lenguaje, ya sean palabras, fórmulas, silogismos o símbolos, es letra muerta, agua pasada incapaz de expresar la emoción nueva, la visión repentina, el descubrimiento de relaciones insospechadas, la conexión de conceptos previamente bisociados..- LUIS RACIONERO-EL ARTE DE ESCRIBIR.- Pag. 33.- Cita de Becquer interesante, descubrir de dónde la ha cogido.

DECORADO
GRAHAM GREENE
“ A mi no me interesa el paisaje, la decoración de una casa, si tiene una lámpara o unas escaleras- excepto en cuanto estas cosas pueden afectar la conducta o la evolución del carácter de alguno de los personajes de la novela. Esta es la razón de por qué no soy partidario de Sir Walter Scott”. DE LA BIOGRAFIA DE LEOPOLDO DURAN

DESCRIPCION ACCIONES VIOLENTAS.
Nadie tiene recetas para escribir bien; podrá tenerlas para evitar determinados errores. De todos modos, hay libros que dan consejos útiles, como Traficando con palabras, de Vernon Lee(seudónimo de Violet Page, escritora inglesa( 1856-1935). Esta escritora nos dice: no refieran acciones violentas con verbos auxiliares y frases largas; no describan un paisaje con términos de acción, no digan que el pasto crece y que los árboles estiran sus ramas, porque entonces una escena tranquila se convierte en una función de circo. A lo mejor ustedes dirán que estos son consejos menores, consejos de cocinero. Lo que pasa es que escribir se parece a cocinar Bioy Casares.

ESCRIBIR ARTESANALMENTE
GRAHAM GREENE- O Y D. PAG 157
El aspecto “artesanal” del trabajo es muy consciente. Pongo atención en el “punto de vista “, por ejemplo, o releo en voz alta y efectúo numerosas corecciones por razones de eufonía…. No se puede pues hablar de técnica o de artesanía. Confío mucho en lo que creo que es el inconsciente, sin duda a causa de mi experiencia del psicoanálisis cuando era adolescente. Esto no quiere decir que la escritura sea enteramente mágica , pero a veces la magia interviene en pequeños toques: el elemento preciso que hace que las otras piezas ajusten y encuentren su lugar, sin que uno se dé cuenta, en el tiempo preciso. Hay que dejarse llevar por una especie de fe en el propio inconsciente, y mantener con él buenas relaciones.

ESCRIBIR PARA EL LECTOR.
– Cuando escriban piensen que todo libro es una máquina compuesta de papel impreso y de un lector. Yo al menos escribo siempre para el lector. Y hay que tratar de manejarlo, de cuidarlo, de que no se aburra con el cuento que le estamos contando, de que el cuento no se alrgue más de lo necesario y que tenga una sorpresa de vez en cuando, y que la sorpresa no sea totalmente inesperada, para que el lector pueda decir: “Debí pensar que venía esto”. Todo esto ayuda a que el lector crea en lo que está leyendo, en la historia que le están contando.. No, escribo pensando en que va a haber lectores y que sería bueno que esos lectores sigan la historia sin demasiadas ganas de cerrar el libro… Pienso, simplemente, en que lo que estoy haciendo para un lector. Procuraré que el lector, a pesar de su natural indiferencia y distracción, lo recoja. El escritor debe producir material de lectura… Podemos considerar nuestra escritura como mensajes para mucha gente cuya cara no conocemos y que todavía no ha nacido, de modo que no es imaginable; pero hay que tenerla en cuenta, porque escribimos para esa gente, no para nosotros…. Es dificil que en su tiempo los escritores sean inmediatamente aceptados. El sentido críticos no está suficientemente despierto. BIOY CASARES.

ESCRIBIR EN SERIO
– Una de las cosas que más dificulta la escritura es tomársela en serio ¿no?. Claro, pasa lo mismo con la vida. Uno la toma en serio, aunque sabe, o debiera saber… Por un lado, al escribir trato siempre de hacerlo le mejor que puedo (en este sentido creo que muchos escritores somos operarios ejemplares), y por otro lado recuerdo que en esta vida todo es pasajero y me digo que aun las cosas por las que estaría dispuesto a morir en verdad importan poco. Sé que uno importa poco. Muchos fracasos importan poco y, si llevamos un diario, de alguna manera lo celebraremos, porque nos darán páginas que divertirán al lector. Al principio yo era muy inmaduro, y quería que los críticos dijeran- como había leidoen algunos críticos españoles, respecto al escritor que analizaban-: “Bioy fue el primero en usar tal palabra”. No se puede escribir así. Cuando uno escribe una novela, más vale que no esté preocupado con la idea de introducir la palabra “figurero”, para evitar “snob” y conseguir que lo aplaudan por eso.- BIOY CASARES.

ESCRIBIR DOPADO
GRAHAM GREENE-O.Y D. PAG 154
Sí, en 1939. Yo era entonces oficial de la reserva. Sabía que se acercaba la guerra y que pronto debería abandonar a mi mujer y a mis hijos. No teníamos nada ahorrado. Tenía, pues, que terminar una novela a toda prisa para hacernos con algo de dinero, mientras seguía trabajando en The Power and the Glory. Dedicaba las tardes a este libro, en el que avanzaba muy lentamente; por la mañana escribía unthriller, The Confidential Agent. Lo escribí en seis semanas, bajo el efecto de la benzedrina. Piente que en aquella época, escribir un libro me ocupaba por lo menos durante nueve meses. Me cotó mucho trabajo desintoxicarme. Lo logré disminuyendo progresivamente la dosis; no podía dejarlo de golpe, pues la abstinencia me deshacía los nervios. Desde entonces, la benzedrina me da miedo. Hay un excitante no tan duro, la dexadrina, que utilicé también alguna vez. Pero ahora ya no tomo nada.
ESCRIBIR MANIAS
GRAHAM GREENE O.Y D. PAG 155
Por lo que se refiere a la escritura, soy un maníaco. Para mí estos hábitos se convierten entonces en cuestión de vida o muerte. Escribir debe convertirse en una rutina. Cuando estoy trabajando seriamente en un libro, empiezo muy temprano, hacia las siete, antes de bañarme, de afeitarme, de leer el correo o de hacer cualquier otra cosa. Si el escritor tuviera que esperar por la llegada de lo que la gente llama “ la inspiración”, no escribiría una palabra.
Las cuento una a una, con el dedo índice. Cuando trabajo de verdad, me fijo un mínimo de palabra por día
Cuando se es joven adquiere uno métodos de trabajo que cree van a durar toda la vida y resistir a todas las catástrofes. En veinte años de labor habré llegado probablemente a una media de quinientas palabras por día, cinco días a la semana. Puedo escribir una novela por año, con tiempo de revisar lo escrito y corregir la copia a máquina. Siempre he sido un hombre metódico, de manera que cuando he produjcido mi tarea diaria dejo de escribir, aunque sea a mitad de una escena. De cuando en cuando, durante el trabajo de la mañana, cuento lo que llevo hecho y marco en el manuscrito el número de palabras escritas. Esto evita a la imprenta la necesidad de hacer un cválculo, puesto que en la página frontal de mi manuscrito puede ver la cifra exacta¨83.764 pongo por caso. EL FIN DE LA AVENTURA. PAG 38
… Como he dicho, buena parte de la obra del novelista tiene lugar en el inconsciente, en cuyas profundidades está ya escrita la última palabra antes de aparecer trazada la primera sobre el papel. ´Recordamos los detalles de nuestra obra, no los inventamos… EL FIN DE LA AVENTURA PAG 39

GRAHAM GREENE
El escritor se construye con ayuda de lo que no puede hacer. Una deficiencia es a menudo un don. No podemos robar. Lo único que podemos hacer es avanzar. Avanzar se convierte en una desgracia

INCONSCIENTE
GRAHAM GREENE
Al preguntarle sobre el papel de su inconsciente en la creación de su obra, a veces encogía los hombres, ante la imposibilidad de concretar. A veces decía, riéndose, que “ quién sabe si despierto copio en el papel lo que dormido he escrito en la mente”.

PROFESIONALES DE LA ESCRITURA
GRAHAM GREENE
Luego me contó cómo las necesidades económicas le acuciaban sin pausa; cómo en seis semanas escribió El agente confidencial por las mañanas, mientras que al mismo tiempo escribía El poder y la gloia con más calma por las tardes. No tenía nada de dinero en el banco para sostener a su familia. La necesidad le obligaba a trabajar a base de estimulantes. Más tarde durante la guerra, continuó Graham, ya tenía un sueldo oficial, y podía escribir sin ansiedad. Es muy difícil vivir al principio de lo que uno escribe. Le chocaba cómo muchos autores escribían una obra o dos, y luego desaparecían totalmente, a pesar de que las primeras obras hubiesen triunfado. Estos autores, probablemente, solucionaron su problema económico y ya no cultivaron más la literatura. El reflexionaba: Creo que si hubiese nacido en una casa rica, quizá no hubiese escrito sino un libro o dos. BIOGRAFIA LEOPOLDO DURAN PAG 253.

PROPOSITOS AL ESCRIBIR
– Abundan las obras maestras escritas en cumplimiento de propósitos ulteriores, a veces meritorios, a veces deleznables. Bastaría con citar dos ejemplos: el Quijote y La cartuja de Parma. Hoy nos parece que los propósitos alegados por Cervantes no guardan proporción con el libro que nos dejó; losvemos como otro encanto que se agrega al felicísimocomienzo del Quijote. En cuanto a la cartuja de Parma, creo recordar que Sthendhal la escribió para despertar la admiración de dos señoras. O quizás escribió con ese propósito la famosa descripción de la batalla de Waterloo que hay en la novela.
– – Como escribir una novela medianamente aceptable es una tarea complicada, aconsejo a los que empiezan a escribir que sean precavidos y que ascéticamente descarten los propósitos ulteriores. BIOY CASARES

REQUISITOS PARA ESCRIBIR
– “Para escribir cuentos y novelas habrá que saber contar, tener imaginación, un poco de lógica y oído..Mi amiga Vlady Kociancich, la autora de La octava maravilla y de otras novelas admirables, me dijo que también era indispensable la fuerza de carácter. En efecto, con cada publicación nos proponemos a un juicio público. Hay que estar revestido de una coraza de insensibilidad para no desencantarse ante el silencio de unos y las críticas adversas de otros. El reconocimiento, si llega, llega cincuenta años después, cuando ya no importa. La verdad es que para casi a todos los escritores el comienzo es duro. Generalmente los críticos son tan severos con los que empiezan como generosos con los consagrados.” Bioy Casares.

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES V


 

SOBRE EL DIÁLOGO Y OTROS ASPECTOS DE LA NOVELA

GRAHAM GREENE

“Hay que respetar, desde luego los principios básicos: evitar los adjetivos, a no ser que resulten estrictamente necesarios. Pero más importante aún es evitar los adverbios. Cuando abro un libro y veo que tal o cual persona “Replica vívamente”, o “habla tiernamente”, cierro el libro y lo dejo. Es el diálogo el que tiene que expresar la vivacidad o la ternura, sin que haya que subrayarla con adverbios”. O y D. Pag. 163

Hay que escribir como se habla, y hay que hablar bien. RACIONERO A.E.

GUION
– PERSONAJES.- Se utiliza para indicar que habla un personaje. Si empieza en punto el párrafo se pone otro guión, si es coma no.
– No- respondió Justo, yo no las quiero complicar…
– No hagas chistes malos- dijo Daniel -; y además…

ERNESTO SABATO RELATO MUERTE EN EL BARRO.

PROPOSITOS AL ESCRIBIR

Abundan las obras maestras escritas en cumplimiento de propósitos ulteriores, a veces meritorios, a veces deleznables. Bastaría con citar dos ejemplos: el Quijote y La cartuja de Parma. Hoy nos parece que los propósitos alegados por Cervantes no guardan proporción con el libro que nos dejó; los vemos como otro encanto que se agrega al felicísimo comienzo del Quijote. En cuanto a la cartuja de Parma, creo recordar que Sthendhal la escribió para despertar la admiración de dos señoras. O quizás escribió con ese propósito la famosa descripción de la batalla de Waterloo que hay en la novela.
– – Como escribir una novela medianamente aceptable es una tarea complicada, aconsejo a los que empiezan a escribir que sean precavidos y que ascéticamente descarten los propósitos ulteriores. BIOY CASARES

ELIPSIS.

-La regla de oro del artista: exquisito tacto de omisión, la mitad es normalmente más expresiva que el todo. RACIONERO A. E.

EMOCION

-Una emoción no es un concepto, ni un sentimiento es una argumentación, por lo cual pueden haber maneras paralelas de expresarlos. Cuál sea la mejor dependerá en cada caso de diversos parámetros: el contexto, el receptor, la habilidad peculiar del autor. BAUDELAIRE dice: “Hay ciertas sensaciones deliciosas, no por vagas menos intensas; no hay punta más acerada que la del infinito.”

 

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES IV


 

 

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NARRADORES

PERSONA
-PRIMERA Y TERCERA PERSONA.-

“Al ponerse a escribir uno se siente más cómodo en primera persona. Pero la resistencia que opone la tercera persona dura poco y no hay que ceder enseguida a la comodidad. Quiero decir que si a uno le parece que a la historia que va a referir le conviene la tercera persona, por un instante de pereza no vale la pena escribirla en primera. Probablemente la gran novela está escrita en tercera persona. Se ha dicho, tal vez con razón, que solamente con la tercera persona se logra la mayor dignidad de estilo. Desde luego hay lugar para libros escritos de una manera u otra. La primera persona introduce un nuevo personaje, el relator, que puede ser más o menos histriónico y que permite ciertos juegos en la relación de la trama. El lector cree espontáneamente en el relator. Debo reconocer que hay situaciones en que la primera persona puede ser providencial. A mi alguna vez me ocurrió sentir que no imaginaba eficazmente la historia que estaba contando en tercera persona, que la escribía sin ganas, aunque me parecía atractiva. Porque el desgano se repetía diariamente, resolví retomar en primera persona la historia desde el principio: en el acto sentí que la manejaba con mano firme; la misma se encaminó y a mí me divirtió contarla. Creo que los lectores salen siempre favorecidos cuando el autor escribe con gusto…

El alejamiento del autor ha de permitir una objetividad mayor, lo que a su vez permitiría que la historia aparezca con toda su dignidad, libre de condicionamientos psicológicos. La primera persona puede ser un poco ridícula, a veces inesperadamente.

Sacado de Bioy Casares a la hora de escribir.

PUNTO DE VISTA

Creo que uno debe siempre colocarse, durante una serie de secuencias, desde el “punto de vista” de un solo personaje. Esto no excluye completamente al autor, pues éste puede aparecer en el sesgo de una metáfora, de una comparación,etc. Pero si usted tiene una escena con varios personajes y la describe a través de los ojos de un primer personaje, de un segundo, y así sucesivamente, la estructura íntegra de la escena resulta desflecada y pierde intensidad. Esto ocurre a veces entre escritores a quienes yo calificaría de “ medianos “ y desde luego, ocurre siempre en los malos. Henry James lograba mantener el mismo punto de vista durante todo un libro, aun con riesgo de parecer artificioso. Proust hacía trampas. Había elegido el presentar sus libros en primera persona y su “yo” describía escenas y diálogos en los que materialmente no había podido participar. Este es un gran defecto de Proust – a la medida del autor- pues de tiempo en tiempo el relato resulta carente de credibilidad. Sólo Dios y el escritor son omniscientes. No el que dice “yo”.
Graham Greene

GRAHAM GREENE

Sobre la novela.- Novela es una obra donde los personajes se relaciona. No neceista argumento. La intervención propia del novelista es muy limitada. Con el novelista sucede en la novela lo que con el piloto en el avión. El piloto hace falta para que el avión se eleve. Se eleva ayudado por el piloto. Una vez en el aire, el aviador casi no hace nada. Una vez que todo está en marcha, los personajes se imponen al escritor, que ya no tiene dominio sobre ellos. Caminan por sí solos. El escritor sigue escribiendo. A veces escribe cosas que parece que no tienen razón de ser. Sólo al final se ve el porqué. El novelista interviene para que aterrice el avión. Es hora de que termine la novela.

Planeo la obra en grandes líneas: tema, principio, final… Acaso algunos hechos capitales que ocurrieron en el medio de la obra. Pero con frecuencia, dejo las riendas sueltas al caballo para que siga el camino que quiera. Sin embargo, ni es conveniente soltar demasiado las riendas, ni tampoco controlarlas demasiado. Biografia LEOPOLDO DURAN.

Una escena o una vivencia que le impresiona puede dar origen a una novela. Después de día y medio en cierto lugar, me confió emocionado: “ Quizá esta experiencia pueda dar origen a una novela”.

CREACIÓN Y CREATIVIDAD

CREACION

El acto creativo es una onirosíntesis, combinación inconsciente realizada en estado similar al sueño. El acto de creación guarda una estrecha relación conlaregeneración biológica: cuando una célula se quiere regenerar, regresa a la indiferenciación; cuando la mente quiere generar, regresa al sueño de la razón que –según Goya- produce monstruos. La creatividad comienza donde el lenguaje termina; todo lenguaje, ya sean palabras, fórmulas, silogismos o símbolos, es letra muerta, agua pasada incapaz de expresar la emoción nueva, la visión repentina, el descubrimiento de relaciones insospechadas, la conexión de conceptos previamente bisociados..- LUIS RACIONERO-EL ARTE DE ESCRIBIR.-

GRAHAM GREENE-O.Y D. PAG 154

Sí, en 1939. Yo era entonces oficial de la reserva. Sabía que se acercaba la guerra y que pronto debería abandonar a mi mujer y a mis hijos. No teníamos nada ahorrado. Tenía, pues, que terminar una novela a toda prisa para hacernos con algo de dinero, mientras seguía trabajando en The Power and the Glory. Dedicaba las tardes a este libro, en el que avanzaba muy lentamente; por la mañana escribía unthriller, The Confidential Agent. Lo escribí en seis semanas, bajo el efecto de la benzedrina. Piente que en aquella época, escribir un libro me ocupaba por lo menos durante nueve meses. Me cotó mucho trabajo desintoxicarme. Lo logré disminuyendo progresivamente la dosis; no podía dejarlo de golpe, pues la abstinencia me deshacía los nervios. Desde entonces, la benzedrina me da miedo. Hay un excitante no tan duro, la dexadrina, que utilicé también alguna vez. Pero ahora ya no tomo nada.

SUEÑOS
GRAHAM GREENE

Graham soñaba mucho. Cuando se despertaba, encendía la luz y escribía una síntesis de lo soñado, para no olvidarlo. Luego completaba esta síntesis durante el día. Tenía sus sueños importantes encuadernados con gran cuidado… Pensaba escribir un libro con la selección de estos sueños. Un día en Antibes, me leyó el epígrafe y el prólogo para este libro… El libro sobre los sueños de Graham, Un mundo propio: diario soñado, ya se ha publicado. DE LA BIOGRAFIA DE LEOPOLDO DURAN PAG 252.

O. y D. Pag 158
Uno entra en contacto con esta parte de sí mismo gracias a los sueños o a estos elementos inesperados que se cuelan de rondón en las novelas, y uno sólo se da cuenta del papel que representa el inconsciente en el instante en que se materializa así, subrepticiamente.
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el escribir visto por los escritores III


PERSONAS REALES Y PERSONAJES

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GRAHAM GREENE

Graham me contó la enorme dificultad de tomar como héroe de una novela una persona real conocida… Su novela On the way back sobre Panamá, con un héroe basado en Chuchu no pudo llegar a su fin. Porque el Chuchu real le venía a la pluma a cada instante, tratando de imponerse al personaje que el escritor estaba creando. Graham desistió. Era la primera vez que intentaba escribir una novela con un héroe de esta índole. Le salió mal, y escribió, a cambio, Conociendo al general.

-Nunca he podido describir, incluso a personajes ficticios, como no fuera por sus actos. Siempre me ha parecido que, en una novela, debe dejársele al lector que imagine a los personajes como se le antoje; no seré yo quien les procure una ilustración improvisada…. El fin de la aventura.

CARÁCTER PERSONAJES

GRAHAM GREENE

Me habló de la necesidad de que los personajes creados por el escritor sean siempre fieles a sí mismos. Con este motivo, me habla de Martin Turnell, quien criticó severamente Inglaterra me ha hecho así. Según Turnell, los personajes no estaban desarrollados por el autor: no evolucionaban. Graham arguye que no es él quien les prohibe evolucionar o desarrollarse, sino que es la heroína Kate quien se repliega sobre sí misma, porque no quiere aparecer como enamorada de su hermano Anthony BIOGRAFIA LEOPOLDO DURAN

PERSONAJES

GRAHAM GREENE

DETALLES.- Cuando leo una novela y debo guardar en la memoria todos los detalles -ella es rubia, tiene larga la nariz, se peina de tal o cual manera, etcétera- esto me enerva. Prefiero que sea el lector el que realice este trabajo y que construya su propia imagen de manera que no tenga el temor de olvidar si el personaje tiene el pelo lacio o si lo tiene rizado…

PUNTO DE VISTA

Creo que uno debe siempre colocarse, durante una serie de secuencias, desde el «punto de vista» de un solo personaje. Esto no excluye completamente al autor, pues éste puede aparecer en el sesgo de una metáfora, de una comparación,etc. Pero si usted tiene una escena con varios personajes y la describe a través de los ojos de un primer personaje, de un segundo, y así sucesivamente, la estructura íntegra de la escena resulta desflecada y pierde intensidad. Esto ocurre a veces entre escritores a quienes yo calificaría de » medianos » y desde luego, ocurre siempre en los malos. Henry James lograba mantener el mismo punto de vista durante todo un libro, aun con riesgo de parecer artificioso. Proust hacía trampas. Había elegido el presentar sus libros en primera persona y su «yo» describía escenas y diálogos en los que materialmente no había podido participar. Este es un gran defecto de Proust – a la medida del autor- pues de tiempo en tiempo el relato resulta carente de credibilidad. Sólo Dios y el escritor son omniscientes. No el que dice «yo».

GRAHAM GREENE

“ A mi no me interesa el paisaje, la decoración de una casa, si tiene una lámpara o unas escaleras- excepto en cuanto estas cosas pueden afectar la conducta o la evolución del carácter de alguno de los personajes de la novela. Esta es la razón de por qué no soy partidario de Sir Walter Scott”. DE LA BIOGRAFIA DE LEOPOLDO DURAN

VIDA Y ESCRITURA

GRAHAM GREENE

“Me horroriza, por ejemplo, que se pongan de relieve los lazos evidentes entre mis novelas y mi vida…Estos lazos son inevitables y necesarios. Pero deberían permanecer disimulados en el inconsciente…Un escritor debe doblegarse ante dos obligaciones contradictorias: implicarse en una novela, al tiempo que se desliga de sí mismo. Uno llega a desligarse perdiéndose en los personajes de sus novelas. No se piensa: “¿Haría yo esto o lo otro? Simplemente, se comprueba: “Smith lo ha hecho”. Ni siquiera se dice: “¿Cómo actuaría Smith en tales o cuales circunstancias?” porque Smith actúa por su cuenta. Uno olvida su propia existencia. Si lo prefiere, más que unas vacaciones con relación al yo Consciente. Se experimenta una sensación idéntica contando sus sueños día tras día al psicoanlista; aunque los sueños forman parte de uno, cuando uno los cuenta tiene la ilusión de no desvelarse por entero. Los libros y los sueños tienen esto en común, creo yo,

El otro y su doble.

El escribir visto por los escritores II



ARGUMENTO

CITA DE E.M FORSTER

ARGUMENTO.-

• Lo específico de la novela es que el escritor puede hablar por boca de sus personajes, hablar acerca de ellos o bien hacernos escuchar cuando ellos hablan consigo mismos. Tiene acceso a sus autoconfesiones y, a partir de ahí, puede descender incluso más y asomarnos al subconsciente.

• En la mayoría de las obras literarias existen dos elementos: el individuo humano, del que hemos hablado hace poco, y ese elemento que vagamente denominamos arte. Nos enfrentamos ahora con un aspecto muy superiorel argumento. Este, en lugar de encontrarse con los seres humanos más o menos moldeados a su conveniencia, como se hallan en el teatro, se encuentra con unos seres enormes, sombríos, intratables y ocultos en sus tres cuartas partes, como icebergs. De nada le servirá explicar a estas ariscas criaturas las ventajas del triple proceso de planteamiento, nudo y desenlace tan persuasivamente expuesto por Aristóteles. Alguno que otro personaje se levanta y obedece y el resultado es una novela que debería haber sido una obra de teatro.Pero no todos obedecen.Prefieren quedarse sentados en un rincón y rumiar sus pensamientos o algo semejante…Sin embargo, existen ciertos límites.. Los personajes no deben quedarse meditando demasiado, no pueden perder el tiempo subiendo y bajando escaleras de sus propias entrañas. Deben contribuir, sino , se pone en peligro intereses superiores. Una contribución al argumento.¡Cuantas veces hemos oido ea frase! Los personajes de una obra de teatro contribuyen por necesidad, pero, ¿hasta qué punto es esto necesario en una novela?

Un argumento es también una narración de sucesos, pero el énfasis recae en la causalidad. Una historia es: “El rey murió y luego murió la reina”. Un argumento es: “El rey murió y luego la reina murió de pena”. Se conserva el orden temporal, pero se ve eclipsado por la sensación de causalidad. O también:” La reina murió, nadie sabía por qué, hasta que se descubrió que fue de pena por la muerte del rey”.Este es un argumento con misterio,forma que admite un desarrollo superior.

Si es una historia, preguntaremos: “¿Y luego, qué pasó? Si es un argumento,preguntaremos: “¿Por qué? Esta es la diferencia fundamental entre estos dos aspectos de la novela. Un argumento no puede contarse a un público de trogloditas boquiabiertos, ni a un sultán tiránico, ni a un público del cine, su moderno descendiente. A éstos sóloles mantiene despiertos el “y luego.., y luego…”, no pueden aportar más que curiosidad. Y un argumento exige inteligencia y memoria.
• A veces el argumento triunfa demasiado. Los personajes tienen que renegar de su naturaleza a cada momento porque, si no, se ven tan arrastrados por la corriente del destino que ello debilita nuestra fe en su existencia.
• En la desigual batalla que el argumento libra con los personajes, aquél a veces se toma una cobarde venganza. Casi todas las novelas se debilitan hacia el final. Esto se debe a que el argumento requiere una conclusión. ¿ Y por qué es necesario? ¿Por qué no existe una convención que permita al novelista terminar en cuanto se aburre? Por desgracia tiene que redondear las cosas y, normalmente, mientras está en ello los personajes pierden vida y nuestra impresión final es que agonizan.
• La muerte y el matrimonio son casi la única conexión que establece entre los personajes y el argumento; y, siempre que ocurran al final del libro, el lector está más dispuesto a aceptarlo y a adoptar un punto de vista libresco. Al pobre escritor hay que dejarle terminar de alguna manera, tiene que ganarse la vida, como todo el mundo; así que no debe sorprendernos que no se oigan más los martillazos y el ajuste de tornillos. Dentro de lo que cabe generalizar, éste es el defecto inherente a toda novela: al final se estropea.
• Los personajes dejan poco a poco de obedecer al autor; han puesto cimientos sobre los que luego no quieren construir y entonces, el propio novelista tiene que ponerse a trabajar para que la obra quede terminada a tiempo.Finge que los personajes actúan para él. Sigue repitiendo sus nombres y utilizando guiones y comillas. Pero los personajes están ausentes o muertos.
• ¿Por qué hay que planear una novela ¿No puede crecer? ¿Por qué necesita un desenlace como las obras de teatro ¿No puede desplegarse? El autor, en lugar de situarse por encima de su obra y controlarla, ¿no puede zambullirse dentro de ella y dejarse arrastrar hacia algún objetivo imprevisto? El argumento es emocionante y puede ser hermoso, pero, ¿no es una obsesión tomada del teatro, de las limitaciones espaciales del escenario?. ¿No puede la novela idear una estructura menos lógica y al mismo tiempo más acorde con su genio?…Los escritores modernos lo creen así.
• En la novela hay algo más que tiempo, gente, lógica o cualquiera de sus derivados; algo más aparte del destino, incluso. Y con este algo más no nos referimos a nada que excluya a estos aspectos, ni a nada que los incluya o los abarque. Nos referimos a algo que los corta como un haz luminoso, algo que en un punto se relaciona íntimamente con ellos e ilumina pacientemente todos sus problemas, y en otro cae sobre ellos o los atraviesa como si no exisstieran. A este rayo de luz le daremos dos nombres: fantasía y profecía.

 

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REALIDAD Y FICCIÓN

Confesiones de un joven novelista de Umberto Eco

Por definición, los textos de ficción hablan claramente de personas y acontecimientos no existentes (y precisamente por esta razón, reclaman la suspensión de nuestra incredulidad). Por ello, desde el punto de vista de una semántica condicionada por la verdad, una afirmación en una ficción siempre dice algo contrario a los hechos.

Pese a ello, no consideramos mentiras las afirmaciones de la ficción. En primer lugar, cuando leemos una pieza de ficción, aceptamos un acuerdo tácito con su autor o autora, que finge que lo que ha escrito es cierto y nos pide fingir que nos lo tomamos en serio . Al hacer esto, todo novelista diseña un mundo posible, y todos nuestros juicios sobre lo verdadero y lo falso se refieren a ese mundo posible. Así, desde el punto de vista de la ficción, es cierto que Sherlock Holmes vivía en Baker Street y, desde el punto de vista de la ficción, es falso que viviera en las orillas del río Spoon.

Los textos de ficción nunca toman como escenario un mundo totalmente diferente del mundo en que vivimos, aunque se trate de cuentos de hadas o historias de ciencia ficción. También en esos casos, si sale un bosque, se entiende que es más o menos como los bosques de nuestro mundo real, donde los árboles son vegetales y no minerales, etcétera. Y si por una de esas nos dijeran que el bosque está hecho de árboles minerales, las nociones de «mineral» y «árbol» serían las mismas que en nuestro mundo real.


 

EL ESCRIBIR VISTO POR LOS ESCRITORES I


PARA QUIÉN ESCRIBIMOS

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UMBERTO ECO-CONFESIONES DE UN JOVEN NOVELISTA

Esta cita es nueva. No está en mi archivo. En cuanto pueda pondré también aquí el enlace para bajar el archivo de citas.

No me cuento entre los malos escritores que dicen que solo escriben para sí mismos. Lo único que los escritores escriben para sí mismos son las listas de la compra, que les ayudan a recordar lo que tienen que comprar y pueden tirar después. Todo el resto, incluidas las listas de la lavandería, son mensajes dirigidos a alguien. No son monólogos; son diálogos.

CONSEJOS PARA EMPEZAR A ESCRIBIR

El consejo es evidente: que lean mucho, que traten de leer buenos libros, que no sufran en su amor propio por errores cometidos; que se alegren de corregirlos y de aprender. Piensen en lo que escriben, no se crean infalibles, no supongan que lo que sale al correr de la pluma está definitivamente logrado. Cuando tengan una idea que les parezca buena, plantéensela de otro modo….Cuando van a leer el testamento de alguien, todos tiemblan, porque el testamento de alguien, todos tiemblan, porque el testamento suele ser lo que resolvió alguien que estaba solo. Por eso hay libros tan absurdos, escritos por gente normal, quizás inteligente: dirías que en la soledad uno se atreve a cualquier estupidez. Al contar nuestras historias a un amigo, solemos descubrir deficiencias que no advertimos cuando estábamos solos, y quizá por respeto al criterio del interlocutor las corregimos. Debe uno estar dispuesto a aceptar las buenas sugerencias.

Para escribir bien hay que escribir mucho, hay que pensar, hay que imaginar, hay que leer en voz alta lo que uno escribe, hay que acertar, hay que equivocarse, hay que corregir las equivocaciones, hay que descartar lo que sale mal. Si vamos por mal camino y nos paree que no tenemos esperanza, dejos eso y empecemos otra cosa, o retomemos la idea de manera diferente en la esperanza, de a lo mejor, ser una persona distinta.

 

BELLEZA DE LA FORMA

-GOETHE.-
Hablamos demasiado, debería hablar menos y dibujar más. Personalmente preferiría renunciar al habla y, como la naturaleza orgánica, comunicar lo que deseo decir en formas, bocetos. Aquella higuera, el reptil, el capullo en mi ventana, aguardando quedamente su futuro, son portentosas rúbricas. Una persona capaz de descifrar su significado pronto sería capaz de prescindir de la palabra y la escritura. Cuantas más vueltas le doy, más siento algo fútil, mediocre, incluso destartalado en el lenguaje. Por el contrario, la gravedad de la naturaleza y su silencio me sobrecogen, cuando estoy cara a cara con ella, sin distracción.

-Definir es limitar la belleza residente en un inconsciente desplegarse, la silenciosa elocuencia de las obras maestras. Reticencia, no explicar, sugerir siempre, sugerir y detenerse a tiempo. La regla de oro del artista: exquisito tacto de omisión, la mitad es normalmente más expresiva que el todo.

CLARIDAD

La ambigüedad aparece por la mala selección de palabras y la mala colocación de éstas. Para escoger bien las palabras no hay más remedio que conocerlas muy bien, para lo cual es imprescindible estudiarse el diccionario y leerse -con intención de aprender- los buenos autores, para ver dónde las colocan y para expresar qué. Internalizar el uso adecuado de las palabras es dominar el genio de la lengua, sobre todo si, además, se colocan en la frase con el giro idiosincrático castizo de la lengua. La verdad nace más fácilmente del error que de la confusión; por eso detesto, sobre todo, la ambigüedad, la oscuridad y el enrevesamiento. Que digan lo que quieran, pero que se entienda. Lo malo es no poder discutir por no saber lo que se está diciendo. Una vez salvada la claridad, debemos aplicarnos a la construcción de frases con unidad y fuerza. L. Racionero. A.E.

La claridad exige la palabra exacta en el sitio exacto, para lo cual es imprescindible usar el diccionario, tanto el de la Academia, para conocer el significado, como el etimológico, para saber de dónde viene y cómo se ha formado.

¿Qué exige la claridad de la frase?. Una gramática correcta, evitar oscuridades, colocar esa palabra exacta que hemos buscado en el lugar exacto. Se trata de construir bien las frases, y seremos claros; para eso hay que saber gramática, cosa que solemos aprender en el bachillerato…José Plá decía que la clave de la escritura está en hallar los adjetivos adecuados. L. Racionero. A.E.

 

 

 

 

 
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